Liverpool renace
El Liverpool FC, due?o de Europa entre la mitad de los setenta y la mitad de los ochenta, pero sumido en una profunda depresi¨®n desde las cat¨¢strofes de Heysel (1985) y de Hillsborough (1989), puede volver el mi¨¦rcoles a la cima del f¨²tbol. De la mano de una peque?a, pero aguerrida, armada espa?ola encabezada por Rafael Ben¨ªtez, un entrenador cerebral y t¨ªmido que ha conquistado a la apasionada hinchada de Anfield, el Liverpool juega en Estambul la final de la Liga de Campeones ante un rival temible por su eficacia y sangre fr¨ªa, el Milan de Shevchenko y Kak¨¢.
El Liverpool, m¨¢s bien poca cosa en el f¨²tbol de la primera mitad del siglo XX, empez¨® a forjar su leyenda al tiempo que su ciudad se hund¨ªa en las tinieblas de la recesi¨®n. Enriquecida con el negocio de la esclavitud en el siglo XVIII y como puerto de paso del grueso caudal comercial que un¨ªa a la metr¨®poli con sus colonias, Liverpool lleg¨® a ser en 1930 una ciudad de 850.000 habitantes que constru¨ªa hoteles con lujosas fachadas de m¨¢rmol y nutr¨ªa de servicios al industrioso norte de Inglaterra. Pero su poder¨ªo se inclin¨® tras la Segunda Guerra Mundial ante el declive de la manufactura inglesa, la desaparici¨®n del imperio, la creciente importancia de Europa en el comercio brit¨¢nico y la aparici¨®n de los modernos contenedores. El puerto de Liverpool fue incapaz de competir con sus rivales de la costa oeste y el continente. Y con el puerto se arruin¨® toda una ciudad que apenas sab¨ªa vivir de otra cosa.
En 1930, Liverpool lleg¨® a tener 850.000 habitantes que constru¨ªan hoteles con fachadas de m¨¢rmol y daban servicios al norte del pa¨ªs. Ahora tiene 450.000
Tras la II Guerra Mundial, el puerto fue incapaz de competir con sus rivales. Y con el puerto se arruin¨® una ciudad que apenas sab¨ªa vivir de otra cosa
Liz Crolley, experta en sociolog¨ªa del f¨²tbol de la Universidad: "El entrenador Rafa Ben¨ªtez ha entendido perfectamente todo lo que Liverpool representa"
Pese a la final europea, la temporada nacional ha sido decepcionante, con un juego muy irregular y un quinto puesto que le deja sin plaza en la Liga de Campeones
El centro urbano se convirti¨® en un barrio fantasma de edificios vaciados por la crisis y la poblaci¨®n mengu¨® casi hasta la mitad, en su huida del elevado paro: en los a?os ochenta ya s¨®lo quedaban 450.000 habitantes y en algunos barrios el desempleo lleg¨® al 44%. Los ¨¢nimos de los orgullosos scouses, como gustan de ser llamados los nativos, se hab¨ªan sustentado primero en los Beatles y luego en la sorprendente jerarqu¨ªa de su f¨²tbol en Europa. Pero ese dominio acab¨® en las gradas de Heysel, donde dejaron la vida 36 seguidores de la Juventus cuando la violencia entre las hinchadas provoc¨® la avalancha del p¨²blico, que qued¨® aprisionado entre las rejas que rodeaban el campo y la incapacidad de la polic¨ªa belga. A la verg¨¹enza de Heysel, que dej¨® a Inglaterra sin f¨²tbol europeo durante seis a?os, se a?adi¨® enseguida la melancol¨ªa de Hillsborough, cuando miles de seguidores del Liverpool se hacinaron en una de las tribunas de ese estadio de Sheffield para contemplar una semifinal de la Copa de Inglaterra frente al Nottingham Forest. Un total de 96 seguidores del Liverpool murieron asfixiados o aplastados ante la mirada at¨®nita de una polic¨ªa tan torpe como la de Heysel, incapaz de dirigir a otras gradas semivac¨ªas a una hinchada temerosa de llegar tarde al partido tras los parsimoniosos controles policiales de la entrada.
Ahora, f¨²tbol y ciudad empiezan a atisbar al un¨ªsono el final del t¨²nel. La ciudad avanza de la mano de una profunda reconversi¨®n del casco urbano. Pero basta callejear por la vetusta Duke Street y sus aleda?os para percibir que el cambio a¨²n est¨¢ a medias: decr¨¦pitos casones abandonados alternan con edificios de cristal y hermosos restaurantes de dise?o; hay solares en barbecho junto a otros presididos por enormes gr¨²as, con los cimientos de hormig¨®n dispuestos ya a soportar un nuevo proyecto. A diferencia de la vecina Manchester, Liverpool nunca tuvo una base industrial: su riqueza se bas¨® en el comercio y en los servicios. Construcci¨®n, banca y turismo son hoy la fuerza motriz del cambio, forzado primero con dinero p¨²blico, consolidado ahora con dinero privado. Liverpool espera incrementar en 2008 en 1,7 millones el n¨²mero de turistas para celebrar su capitalidad cultural europea, un evento que la ciudad quisiera ver convertido en lo que los Juegos Ol¨ªmpicos fueron para Barcelona.
Tambi¨¦n el f¨²tbol parece renacer, bajo la batuta de un espa?ol de formas simples y fondo complejo. El Liverpool, que en 2001 hizo una breve razzia europea arrebatando al Alav¨¦s la Copa de la UEFA en un partido dram¨¢tico (5-4), quiz¨¢ pierda el mi¨¦rcoles su primera final de la Copa de Europa en 20 a?os, pero eso no le har¨ªa perder su fe en Rafa Ben¨ªtez, m¨¢s por lo que se adivina que por lo que se ve. "Ha entendido perfectamente todo lo que Liverpool representa", afirma Liz Crolley, experta en sociolog¨ªa del f¨²tbol de la Universidad de Liverpool, pero, por encima de todo, hincha de los rojos de Anfield. "Hay una manera de hacer las cosas en Liverpool: con orgullo pero con humildad, con respeto por los dem¨¢s y al mismo tiempo con pasi¨®n", dice. "Alex Ferguson no es el estilo Liverpool. Jos¨¦ Mourinho, tampoco", asegura, descartando a los poderosos entrenadores del Manchester United y del Chelsea. "Houllier y Ben¨ªtez s¨ª lo son", a?ade en referencia al antecesor del espa?ol, el franc¨¦s G¨¦rard Houllier. "El papel de Ben¨ªtez es fundamental para el Liverpool, por eso creo que se quedar¨¢ muchos a?os. Est¨¢ feliz y quiere seguir con nosotros".
Liz se ha presentado a la charla con varios colegas de fatigas, hinchas con los que fragu¨® una amistad eterna en los d¨ªas terribles de Hillsborough. "La prueba de lo bueno que es Ben¨ªtez es que en el equipo inicial del partido de vuelta contra el Chelsea s¨®lo hab¨ªa un jugador fichado por ¨¦l: Luis Garc¨ªa", subraya Mike Delaney, trabajador de la factor¨ªa de autom¨®viles Jaguar. Luis Garc¨ªa, nacido en Badalona hace casi 27 a?os, es un trotamundos que ha defendido al Valladolid, Tenerife, Atl¨¦tico de Madrid y Barcelona antes de recalar en el Liverpool.
Su gol fantasma al Chelsea, nada m¨¢s arrancar el partido de vuelta de las semifinales europeas, le ha valido el respeto de la afici¨®n y un rinc¨®n en la historia. "Es un gran jugador", opina Mike. "Para ser el primer a?o su resultado es fant¨¢stico", coincide Des McCarthy, un funcionario de aspecto t¨ªmido. "Es un gran jugador, pero a veces lo quiere hacer todo ¨¦l. Aunque es su primera temporada en Inglaterra, que siempre es la m¨¢s dif¨ªcil", se queja primero y matiza despu¨¦s Tag Herstad, un joven noruego afincado desde hace a?os en Liverpool. "La distribuci¨®n fue su mayor problema al principio", corrobora Cliff Whittingham, electricista de profesi¨®n y el ¨²nico protestante del grupo de scouses a pesar de que hist¨®ricamente el Liverpool fue el club de los protestantes y el Everton el de los cat¨®licos. Pero esto no es ni Belfast ni Glasgow, y el f¨²tbol se ha saltado aqu¨ª las viejas barreras religiosas.
Pese a la final europea, la temporada nacional del Liverpool ha sido decepcionante, con un juego muy irregular, un quinto puesto que le deja sin plaza en la Liga de Campeones y la humillaci¨®n a?adida de que se la ha birlado el Everton, el gran rival local, que no quedaba por delante desde 1987, cuando gan¨® su ¨²ltima Liga. "Ben¨ªtez sabe lo que hace", le defiende Des. "Tiene un plan y empezaremos a ver los resultados la pr¨®xima temporada. Pero, si no estuvi¨¦ramos en la final, estar¨ªamos llorando", admite.
La 'armada espa?ola'
Xabi Alonso, forjado en la Real Sociedad, es el miembro m¨¢s cotizado de la armada espa?ola por su calidad y su proyecci¨®n de futuro. Antonio N¨²?ez, centrocampista de contenci¨®n procedente del Real Madrid, ha jugado pocas veces como titular pero ha tenido un papel clave al entrar en los ¨²ltimos minutos para enfriar el juego y guardar el bal¨®n en la recta final de los partidos m¨¢s dif¨ªciles. Morientes, que no juega la Liga de Campeones porque la empez¨® con el Real Madrid, lleg¨® al Liverpool en enero, y, aunque s¨®lo ha marcado tres goles, puede explotar la pr¨®xima temporada. Josemi, defensa procedente del M¨¢laga, y el argentino Mauricio Pellegrino, defensa del Valencia, completan el grupo de hispanos.
"Xabi Alonso es parte de la nueva era", dice Des. "Siempre nos ha gustado tener gente en el medio campo que sabe pasar la pelota. Desde que se fue MacAlistair en 2001 no ten¨ªamos ninguno, hasta que lleg¨® Xabi", apunta Mike. "No necesita tanta fuerza f¨ªsica como los dem¨¢s porque es muy inteligente", afirma Tag. "S¨®lo tiene 22 a?os, tiene mucho futuro. Creo que se quedar¨¢ bastante tiempo con nosotros", pronostica Cliff.
"Para ser la primera temporada, la verdad es que se puede decir que he entrado con muy buen pie. La afici¨®n me ha cogido cari?o y me siento muy arropado", admite el jugador. Xabi cree que su forma de jugar no ha cambiado en lo sustancial, aunque ha tenido que adaptarse al juego m¨¢s f¨ªsico de la Liga inglesa. "B¨¢sicamente soy el mismo. Aqu¨ª es m¨¢s r¨¢pido y hay m¨¢s contacto y hay que adaptarse. Eso no significa que corra m¨¢s, pero en los balones divididos hay que ir m¨¢s al cuerpo a cuerpo", explica.
Se siente bien en el m¨ªtico Anfield. "La gran diferencia entre el Liverpool y la Real Sociedad es el estadio. Anoeta se ha enfriado con la pista. Anfield es un estadio con todas las letras. Es muy diferente, aunque tanto aqu¨ª como en San Sebasti¨¢n el p¨²blico es muy considerado con los jugadores". Pero el legendario Kop, esa grada en la que se hacinaban los hinchas creando uno de los espect¨¢culos m¨¢s legendarios del f¨²tbol, se ha templado con la supresi¨®n de los grader¨ªos de general tras las tragedias de Heysel y de Hillsborough. "Ahora el Kop es diferente", admite Alonso. "Se ha reducido el aforo, la gente est¨¢ sentada y no es lo mismo que antes. Dicen que en esa tribuna entraban 26.000 personas. Es algo incre¨ªble. Hombre, eran otros tiempos, se ten¨ªan menos en cuenta las cuestiones de seguridad y todo eso".
Dicen que los hinchas del Liverpool tienen algo especial. "El car¨¢cter es una cuesti¨®n de atm¨®sfera", afirma el t¨ªmido Des. "El Liverpool es un reflejo del car¨¢cter amistoso de la gente de aqu¨ª. No sabr¨ªa decir por qu¨¦ es tan especial. Lo llevamos en el coraz¨®n. En Londres la gente no conoce a su vecino, aunque lleven a?os viviendo en el mismo sitio. Aqu¨ª no pasa eso", sostiene Mike. "A la gente no le importa la mala prensa, especialmente la mala prensa del sur. Dicen que somos unos ladrones, que no hay que fiarse. Pero lo dice gente que nunca nos ha visitado", se queja.
Pero el Liverpool, como la ciudad, a¨²n no ha salido del t¨²nel. "Hemos vivido tiempos muy duros. De ser el club con m¨¢s ¨¦xito a no ganar casi nada y ver c¨®mo el Manchester United recoge el testigo de nuestro dominio", se lamenta Mike. "Hemos tardado 10 a?os en darnos cuenta de eso", apostilla Liz. "Cada a?o cre¨ªamos que el a?o siguiente iba a ser el bueno y de repente nos dimos cuenta de que hac¨ªa ya 10 a?os que no gan¨¢bamos nada", explica Des. De alguna manera, el Liverpool es v¨ªctima de su ¨¦xito: sigue viviendo en el pasado, en los a?os m¨ªticos de Bill Shankly, el manager que rein¨® entre 1959 y 1973 y convirti¨® un equipo de segunda divisi¨®n en el mejor de Inglaterra. Su presencia a¨²n se deja sentir en el t¨²nel que lleva de los vestuarios al c¨¦sped, donde hizo instalar un cartel para intimidar al adversario: "Esto es Anfield". A Shankly le sucedi¨® Bob Paisley, que prolong¨® el dominio del Liverpool en la Liga (gan¨® seis entre 1974 y 1983) y lo extendi¨® al continente con tres de las cuatro copas de Europa del Liverpool.
Desarrollo comercial
"Parte de nuestro problema es la historia y el tener que hacer las cosas a la manera de Liverpool", razona Liz Crolley. "Todos los entrenadores han intentado reinventar el viejo Liverpool de Shankly y Paisley. A la antigua. Por eso no han triunfado", afirma. "Tenemos que ir hacia delante. No nos hemos desarrollado comercialmente. Nosotros vamos a Asia, jugamos y volvemos. Cuando el Manchester va, luego se queda ah¨ª, promoviendo sus intereses. Tenemos que ser m¨¢s comerciales. Esa es nuestra contradicci¨®n. Queremos el dinero, pero tambi¨¦n queremos que las cosas sigan siendo como son", suspira. Identidad y comercio chocan en la mentalidad identitaria de una hinchada que a veces roza el racismo. "Acepto que hay algo de racismo en la actitud de los hinchas: consideran que s¨®lo los de Liverpool son de pura cepa y que deber¨ªan tener siempre preferencia. S¨®lo deber¨ªas apoyar a un equipo si te sientes identificado con ¨¦l, y la identidad viene originada, antes que nada, por el lugar de donde eres", sostiene.
"Es muy dif¨ªcil conjugar tradici¨®n y comercio", advierte Rogan Taylor, historiador del f¨²tbol, profesor, escritor, periodista. "Es un problema para clubes como el Liverpool. Por un lado est¨¢ el global branding, la marca global, hinchas en todo el mundo. Pero por otro est¨¢ lo local: de d¨®nde eres, cu¨¢l es tu nombre. Mi nombre es Liverpool. Hay que equilibrar eso: local y global. No es imposible, pero es dif¨ªcil". "El Liverpool es muy localista. No est¨¢ preparado para un desarrollo como el que se ha dado en los ¨²ltimos 10 o 12 a?os. Vamos m¨¢s despacio. Pero eso tiene tambi¨¦n su lado bueno porque podemos aprender de los errores de otros", contin¨²a. "El problema es que es un club muy conservador, pero si no cambiamos no habr¨¢ dinero y sin dinero no habr¨¢ nuevo estadio y apenas podremos comprar jugadores, y sin jugadores no hay triunfos y sin triunfos no hay futuro. Porque al final, en el f¨²tbol, lo m¨¢s importante siempre pasa en el campo".
Taylor cree que "los fundamentos del Liverpool se han visto afectados por las tragedias de Heysel y de Hillsborough". "La ciudad nunca lo olvidar¨¢. Pero lo m¨¢s importante es que el resultado de esas tragedias es la reforma del f¨²tbol ingl¨¦s y la creaci¨®n de la Premier League. El f¨²tbol moderno en Inglaterra es la resultante de sumar Heysel y Hillsborough y dividirlo por la televisi¨®n v¨ªa sat¨¦lite", dice.
La semilla del cambio
LA REMODELACI?N del muelle Alberto, a principios de los ochenta, se ha convertido en la semilla del cambio que vive Liverpool. Los disturbios raciales de Tooxteth, un gueto negro en el centro de la ciudad, en el verano de 1981, provocaron el inicio de una intensa renovaci¨®n urbana que empez¨® en el Albert Dock, el viejo muelle inaugurado en 1846 y cerrado en 1972. El muelle se convirti¨® en centro comercial, con galer¨ªas de arte, restaurantes y hoteles que empezaron a atraer a turistas y locales a la ribera del Mersey. A mediados de los ochenta comenzaron a levantarse los primeros bloques de viviendas, y en 1988 se inaugur¨® la galer¨ªa Tate.
Entre 1971 y 1991, el n¨²mero de residentes en el centro hab¨ªa seguido cayendo y pas¨® de 3.600 a 2.340. Ahora se estima que ya hay 12.000 personas viviendo en esa misma zona y que en el a?o 2007 ser¨¢n m¨¢s de 20.000. Son cifras muy significativas si se tiene en cuenta que en el centro de Manchester viven unas 5.000. La vivienda se ha revalorizado y el precio medio de un piso de dos o tres habitaciones ha pasado de menos de 150.000 euros en el a?o 2000 a cerca de 190.000 en 2003. Pero son precios todav¨ªa muy asequibles comparados con los de Londres y otras ciudades, lo que atrae a poblaci¨®n joven que encuentra en Liverpool un nivel de vida m¨¢s bajo y un nivel de ocio m¨¢s que aceptable. El 40% de los residentes en la zona centro tienen entre 18 y 34 a?os, la mayor¨ªa son solteros, el 95% no tienen hijos y el 55% son profesionales o t¨¦cnicos. El 53% trabaja tambi¨¦n en el centro de Liverpool y el 65% tiene coche, frente a una media del 50% en el conjunto de la ciudad.
Liverpool depende m¨¢s que otras ciudades brit¨¢nicas del sector p¨²blico. La administraci¨®n local y central emplea al 38% de la fuerza de trabajo de la ciudad, frente a una media del 26% en el conjunto del pa¨ªs. El empleo manufacturero (7,3%) est¨¢, en cambio, muy por debajo de la media brit¨¢nica (12,7%), y las cifras son relativamente similares en el sector financiero (en torno al 19%), transportes y comunicaciones (6%) y otros servicios (5%).
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