Hilo directo

Por si hubiese alguna duda sobre el papel que juega Antonio Sanz en el seno del PP andaluz s¨®lo basta dar un repaso a las im¨¢genes del amotinamiento que protagonizaron en el pleno del Parlamento andaluz el pasado jueves. Su actitud desafiante y desobediente hacia la autoridad que representa la presidenta de la C¨¢mara, Mar Moreno, mientras hablaba por un tel¨¦fono m¨®vil, muestra a las claras que sigue manteniendo "hilo directo" con el presidente de su partido, Javier Arenas.

Se pens¨® que con la llegada a la secretaria general de Juan Ignacio Zoido o la relevancia que se daba en el grupo a la alcaldesa de Fuengirola, Esperanza O?a, iba a quedar relegado a un segundo plano para dar paso as¨ª a una nueva etapa en el PP andaluz. Hay incluso quien consider¨® que lo suyo hab¨ªa sido una defenestraci¨®n en toda regla por lo que iba a quedar limitado a su territorio gaditano.

Sin embargo, no ha sido as¨ª. Sanz siempre se ha caracterizado por ser uno de los m¨¢s fieles colaboradores de Arenas bajo cuya sombra inici¨® este jerezano su carrera pol¨ªtica. Nada hac¨ªa contemplar que a su regreso a Andaluc¨ªa el ex vicepresidente segundo del gobierno prescindiera de ¨¦l. Ni siquiera la idea de potenciar a Esperanza O?a amenaz¨® su posici¨®n m¨¢xime despu¨¦s de la metedura de pata de ¨¦sta al acusar en falso de nepotismo a la Consejera de Gobernaci¨®n, Evangelina Naranjo. As¨ª que sus servicios resultaban imprescindibles para dirigir un grupo parlamentario que no se ha destacado, precisamente, por su trabajo y, tambi¨¦n, para dar continuidad a la pol¨ªtica que quisiera imprimir un Javier Arenas que no cuenta con esca?o en la C¨¢mara andaluza. El perfil, era, por tanto, el m¨¢s adecuado emple¨¢ndose en su cometido de la manera m¨¢s decidida posible, impert¨¦rrito a cualquier cr¨ªtica que le puedan hacer tanto sus oponentes como compa?eros.

La asonada de los "cartelitos" llamando cacique a Chaves, m¨¢s bien folios, como gusta precisar a los del PP, estaba perfectamente orquestada por el presidente del PP que, tal vez, no est¨¦ especialmente contento con el resultado final de la misma. Puede que a Sanz se le fuera la mano. Sus parlamentarios ten¨ªan ganas de guerra y fueron m¨¢s all¨¢ de la mera protesta. Ni el mismo Juan Manuel S¨¢nchez Gordillo en sus tiempos de diputado lleg¨® a tanto. De ah¨ª las consultas telef¨®nicas de ¨²ltima hora para seguir la consigna correspondiente. Hab¨ªa que montar un verdadero esc¨¢ndalo que pusiera de manifiesto la extrema situaci¨®n en la que se encuentran aqu¨ª en Andaluc¨ªa, perseguidos y masacrados por un "r¨¦gimen" que ciega cualquier espacio de libertad. De modo que, si se tercia, boicotean el pleno para que se entere todo el mundo de lo mal que est¨¢n las cosas aqu¨ª.

Sin embargo, la operaci¨®n no les ha salido como esperaban. Las reacciones suscitadas en distintos ¨¢mbitos, incluidos en los m¨¢s pr¨®ximos al PP, fueron de reproche y condena de los hechos. Para colmo, la escandalera que se gener¨® sirvi¨® a los socialistas para salir indemnes del debate en torno a la financiaci¨®n auton¨®mica, al quedar este asunto absolutamente sepultado por el "numerito". Puede que para los populares fuera poco menos que un desahogo pero mostraron al mismo tiempo una incapacidad notable para trasladar un determinado mensaje a la sociedad andaluza con la suficiente solvencia. El cierre de filas era, por otra parte, obligado pero ello no impide observar algunos signos de preocupaci¨®n. Como indicio puede que sirva el hecho de que, por fin, Arenas, esta semana, se va a dignar a almorzar con periodistas, incluidos aquellos pertenecientes a medios a los que consideran instrumentos de ese "r¨¦gimen" que dice combatir. Se acuerda de Santa B¨¢rbara cuando truena. Lo hace con retraso y acuciado por las apreturas actuales que se reflejan en unas encuestas que se?alan que su formaci¨®n no crece al ritmo que ¨¦l desea y necesita. Claro que en el PSOE har¨ªan mal con dejarse llevar por esta din¨¢mica "gamberril" inaugurada por los populares o por la confianza que les pueda dar esta evidente p¨¦rdida de papeles de sus contrincantes.