Mujeres que florecen en la tormenta
Dieciocho mediadoras en conflictos armados trabajan por la paz y advierten de que la ley del 'ojo por ojo' puede dejar al mundo ciego
Terror, violaciones, torturas, tristeza, dolor y muerte son palabras ligadas a la guerra. Sin embargo, lejos de caer en el victimismo como supervivientes de una situaci¨®n de conflicto armado y a a?os luz de la autocompasi¨®n, las 18 ponentes en las jornadas internacionales Las mediaciones femeninas, una pr¨¢ctica de paz se muestran favorables el di¨¢logo. Todas ellas, mujeres que florecen en la tormenta, expusieron sus vivencias y sus propuestas para la mediaci¨®n en los conflictos en las jornadas, organizadas por el Instituto Catal¨¢n de la Mujer y la Agencia Catalana de Cooperaci¨®n al Desarrollo.
Son mujeres de muy diversas nacionalidades que comparten con el auditorio su visi¨®n del mundo que las rodea y van creando, mediante retazos de historias, un imaginario de la situaci¨®n de los pa¨ªses donde hay o hubo conflicto y las medidas necesarias para salir de las situaciones l¨ªmite aportando nuevas perspectivas.
Las mujeres que defienden la paz son mayor¨ªa num¨¦rica en sus pa¨ªses de origen, pero constituyen una exigua minor¨ªa en los procesos de negociaci¨®n y en los organismos pol¨ªticos implicados en ella. Thandi Modise es una mujer surafricana de ojos penetrantes que fue encarcelada durante 10 a?os por luchar contra el r¨¦gimen del apartheid y fue presidenta de la secci¨®n de mujeres del Congreso Nacional Africano, del Comit¨¦ Ejecutivo Nacional. "La lucha en Sur¨¢frica fue tan dura que no quer¨ªamos que se repitiera en ning¨²n otro pa¨ªs. La educaci¨®n, la empat¨ªa y el di¨¢logo son fundamentales. Queremos paz, trabajemos y demostremos la capacidad de la mujer para conseguirlo", defendi¨®.
Sanam N. Anderlini, iran¨ª de verbo f¨¢cil y palabras m¨¢s que convincentes, consejera independiente que colabora estrechamente con el Departamento de Asuntos Pol¨ªticos de la ONU, asegur¨® que las mujeres, que para muchos no son m¨¢s que v¨ªctimas pasivas, son las que trabajan para que la comunidad se rehaga tras una guerra. "Pueden aportar elementos nuevos a las negociaciones de paz desde una perspectiva distinta, por vivencias y condicionamientos culturales. La informaci¨®n entre estas comunidades es la clave."
Amena Shams, afgana y activista de la organizaci¨®n pol¨ªtica independiente de mujeres afganas en lucha por los derechos humanos y la justicia social, RAWA, mostr¨® unas escalofriantes diapositivas con im¨¢genes de ejecuciones p¨²blicas, de represi¨®n, como los golpes infligidos a una mujer por haberse quitado el burka. Tambi¨¦n mostr¨® ni?os mutilados. "Tras dos d¨¦cadas de destrucci¨®n y guerra, esto es Afganist¨¢n. Hemos vivido cosas terribles, pero debemos seguir luchando por nuestros derechos, no ceder", dijo. Amena explic¨® que hay posibilidades de que el r¨¦gimen talib¨¢n vuelva al poder, y eso "ser¨ªa terrible para el pa¨ªs: supondr¨ªa una represi¨®n constante, sin posibilidad de salida", asegur¨®. "Hay que luchar por el di¨¢logo y una sociedad mejor".
Stasa Zajovic, serbia de car¨¢cter fuerte y nervio inquieto, fundadora del grupo feminista y pacifista Mujeres de Negro entre otras muchas actividades, apost¨® por el avance y el fin del patriarcado, "que es el que fomenta el militarismo". "Nosotras organizamos la rabia, la impotencia y la desesperaci¨®n para protestar de forma no violenta". Bajo el lema no en nuestro nombre, ya que "nadie puede hablar por nosotras", Stasa afirm¨® que hay que luchar por el fin de la discriminaci¨®n y los conflictos, "y para ello, la educaci¨®n es la mejor arma", sostuvo.
No hay rencor en ellas, aunque s¨ª dolor, y la decisi¨®n de trabajar por un futuro mejor es com¨²n en todas, que piden ser escuchadas y prometen, ante todo, escuchar. Porque en el "mundo loco de hoy", como lo llaman, la ley del ojo por ojo acabar¨¢ dejando al mundo ciego.
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