Tergiversar Bolonia
El proceso de construcci¨®n del Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior (EEES) se est¨¢ llevando a cabo en el Estado espa?ol con demasiadas dificultades y corre el peligro de verse convertido, en realidad, en el Espacio Espa?ol de Educaci¨®n Superior, alejado de lo que se est¨¢ haciendo en el resto del continente (con muy pocas excepciones), con unas caracter¨ªsticas muy diferentes de las que se han ido definiendo desde la ya lejana (aunque aqu¨ª casi ni se haya empezado a aplicar) declaraci¨®n de Bolonia de 1999.
El reciente comunicado de Bergen, acordado el pasado viernes por los ministros de Educaci¨®n Superior, reitera la necesidad de cumplir con los objetivos del proceso de Bolonia. Cuando se ha alcanzado el "paso del ecuador" hacia 2010, en que se supone que el sistema europeo estar¨¢ ya plenamente en marcha, Espa?a comienza a definir dificultosamente los estudios de grado (el bachelor en la nomenclatura anglosajona).
El m¨¦todo que el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia (MEC) ha dise?ado para ello est¨¢ causando una alarma m¨¢s que justificada y, al mismo tiempo, perjudica seriamente el proceso de convergencia con Europa, ya que hay quien est¨¢ asimilando la propuesta de eliminaci¨®n de titulaciones como Humanidades o Historia del Arte al propio proceso.
En realidad, tanto la declaraci¨®n de Bolonia como las de Praga, Berl¨ªn y Bergen (gobiernos), o las de Salamanca, Graz y Glasgow (universidades), as¨ª como la comunicaci¨®n de la Comisi¨®n Europea del 20 de abril "Movilizar el capital intelectual de Europa: crear las condiciones necesarias para que las universidades puedan contribuir plenamente a la estrategia de Lisboa", (...) apuestan claramente en el sentido contrario al que lo est¨¢n haciendo las subcomisiones del Consejo de Coordinaci¨®n Universitaria (CCU) responsables de confeccionar un cat¨¢logo de "t¨ªtulos", es decir, de denominaciones, de grado.
El propio concepto de cat¨¢logo ya es una aportaci¨®n carpetovet¨®nica al proceso, al menos en su interpretaci¨®n de lista cerrada, fuera de la cual las universidades estar¨ªan ofreciendo unas ense?anzas con el mismo profesorado y los mismos medios pero que, al ser "propias", carecer¨ªan de car¨¢cter "oficial" y sus estudiantes quedar¨ªan al margen de la financiaci¨®n p¨²blica y excluidos de los beneficios de una titulaci¨®n "oficial", como becas, acceso al doctorado o reconocimiento en el acceso a la funci¨®n p¨²blica. ?Intenten explicar esto a un colega europeo! Tal vez le dir¨¢ que a sus titulados, que no proceden de ning¨²n cat¨¢logo (hay alguna excepci¨®n), s¨ª les corresponden todos esos derechos en Espa?a, ya que son "oficiales" en su pa¨ªs.
Creo que el protagonismo dado al CCU deber¨ªa ser objeto de reflexi¨®n. En efecto, la estructura del CCU ha quedado desfasada.
En concordancia con las recientes propuestas de la Comisi¨®n Europea, las universidades deber¨ªan gozar de m¨¢s autonom¨ªa para decidir qu¨¦ estudios desean impartir, y los gobiernos aut¨®nomos deber¨ªan ser los responsables de evitar establecer una regulaci¨®n excesiva previa de los procedimientos y facilitar, por tanto, mayores m¨¢rgenes de decisi¨®n a las universidades que permitir¨ªa tambi¨¦n a ¨¦stas una mayor especializaci¨®n, un mejor aprovechamiento de sus recursos, de sus capacidades y de sus oportunidades de ser ¨²tiles a la sociedad.
La capacidad de propuesta de titulaciones oficiales (si se insiste en mantener el concepto) con validez en todo el Estado deber¨ªa corresponder a las universidades y la potestad de su aprobaci¨®n deber¨ªa recaer en el gobierno del Estado y los gobiernos aut¨®nomos, dada su responsabilidad sobre las universidades de su territorio.
La relaci¨®n de titulaciones deber¨ªa ser, pues, fruto de este di¨¢logo universidad-gobierno y deber¨ªa contar con la participaci¨®n de los agentes sociales, pero no deber¨ªa ser una herramienta definida a priori y que impusiese m¨¢rgenes estrictos. Adem¨¢s, si el MEC llevase a cabo una elevada restricci¨®n del cat¨¢logo, en la pr¨¢ctica estar¨ªa invadiendo las competencias de programaci¨®n e implantaci¨®n de titulaciones de los gobiernos aut¨®nomos, ya que no podr¨ªan decidir sobre aquellas titulaciones que quedasen excluidas.
En algunos sectores del mundo universitario se est¨¢ produciendo una interpretaci¨®n sesgada de los principios de la declaraci¨®n de Bolonia. Esta interpretaci¨®n, que se basa en exigir un grado de "generalidad" excesivo para todas las titulaciones de grado (dejando la especializaci¨®n exclusivamente para los posgrados), comporta reducir demasiado el n¨²mero de titulaciones del cat¨¢logo. Este enfoque va en contra de la flexibilidad antes mencionada.
Las titulaciones de grado deber¨ªan ser suficientes para cubrir las necesidades de la sociedad en distintos ¨¢mbitos y permitir que personas con dicha titulaci¨®n puedan ya ejercer una actividad profesional. Por ejemplo, titulaciones como Ciencias del Mar, Enolog¨ªa, Humanidades, Filolog¨ªa catalana, gallega o vasca, Biotecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa de Minas o Textil, etc¨¦tera, son o pueden ser muy relevantes, cada una en su entorno o ¨¢mbito, incluso irrenunciables, como lo es para Catalu?a la Filolog¨ªa catalana. Adem¨¢s, el hecho de que exista un n¨²mero elevado de titulaciones no ha de inducir a una proliferaci¨®n de titulaciones en cada universidad. El uso eficiente de recursos corresponde a la Generalitat, en nuestro caso, a trav¨¦s de la financiaci¨®n, el control de la calidad y la autorizaci¨®n de nuevos estudios.
De acuerdo con estos principios generales, el procedimiento que se est¨¢ siguiendo para establecer el cat¨¢logo de grado presenta varios puntos a mejorar. El Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, con consulta previa a los gobiernos aut¨®nomos, deber¨ªa establecer unos criterios m¨ªnimos, de car¨¢cter general, para todo tipo de titulaciones; en particular, deber¨ªa limitar la duraci¨®n m¨¢xima de las titulaciones de grado a 180 ECTS, por coherencia con lo que se ha establecido en la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos y con el fin de facilitar la movilidad de estudiantes y titulados. Una coherencia que permitir¨ªa el establecimiento de titulaciones compartidas con otras universidades europeas, objetivo clave del proceso.
Tambi¨¦n hay que replantearse el protagonismo en el proceso de unas subcomisiones constituidas de manera bastante aleatoria -aunque sea en una primera etapa-, puesto que pueden formular propuestas sobre titulaciones que a menudo no afectan a las universidades a las cuales representan sus miembros, y sin posible intervenci¨®n por parte de universidades potencialmente afectadas.
En conclusi¨®n, el ministerio deber¨ªa proceder a una correcci¨®n del procedimiento para establecer el cat¨¢logo o, mejor, una relaci¨®n abierta de titulaciones, de modo que cada universidad pudiera tener m¨¢s protagonismo sobre los aspectos acad¨¦micos de las titulaciones que quiere impartir, y cada gobierno pudiera tenerlo sobre los aspectos de financiaci¨®n, costes, calidad y duraci¨®n. Sin olvidar, claro est¨¢, el compromiso del Gobierno espa?ol y de su presidente, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, con el modelo del Estado plural, la particularidad de sus territorios y de sus lenguas.
Es objetivo del Gobierno de Catalunya fortalecer la calidad del sistema universitario y su incorporaci¨®n al proceso europeo. Desde el Departamento de Universidades, Investigaci¨®n y Sociedad de la Informaci¨®n (DURSI) de la Generalitat de Catalunya ofrecemos nuestra colaboraci¨®n al Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia para que la ambiciosa tarea de construcci¨®n del Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior tenga el ¨¦xito que la iniciativa requiere. En las actuales circunstancias nos planteamos seriamente nuestra presencia, pr¨¢cticamente irrelevante, en un proceso que consideramos mal planteado desde su origen. Como en tantas otras ocasiones, Catalunya ha mirado hacia Europa para no perder el tren del progreso. Venimos siguiendo el proceso de Bolonia con atenci¨®n desde sus inicios y estamos dispuestos a hacer todo lo posible para que el futuro de los universitarios sea un futuro de garant¨ªas.
Carles Sol¨¤ i Ferrando es conseller d'Universitats, Investigaci¨® i Societat de la Informaci¨® de la Generalitat de Catalunya.
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