Palos de ciego

El performer argentino Francis Leiva fund¨® su compa?¨ªa en Par¨ªs en 1999, y sus experimentos le han llevado a lo que vemos hoy, de dudosa orientaci¨®n est¨¦tica, conciliando influencias y donde ¨¦l mismo se yergue en eje del trabajo. En conjunto, algo recuerda las misteriosas construcciones de Txomin Badiola y sus muchachos sin due?o, sin destino, aunque Periode blanche es un mon¨®logo de car¨¢cter conceptual donde se ayuda del v¨ªdeo y de un m¨²sico. El resultado tiene intenci¨®n m¨¢s pl¨¢stica que cor¨¦utica y est¨¢ m¨¢s cercano a la instalaci¨®n habitada y/o habitable donde explota la narraci¨®n circular de un hombre que queda ciego por un accidente. El v¨ªdeo quiere dar las claves con sencillez expositiva y fragmentaria mientras el actor-bailar¨ªn tiene una catarsis vegetal: grita y corta furiosamente calabacines y zanahorias en una met¨¢fora de castraci¨®n hilarante. Anteayer se hiri¨® un dedo con la afilada hoja del cuchillo y manch¨® dram¨¢ticamente la mesa blanca; luego volvi¨® a escena con una tirita. No se puede saber si todos los d¨ªas se hace un corte, si eso es parte de la acci¨®n (tendr¨ªa sentido en aquel caos dom¨¦stico). Como performance es buena; como obra danc¨ªstica, m¨¢s que discutible.