Seguro verde
El principio de que quien contamina paga ha sido durante a?os m¨¢s un lema bienintencionado que una realidad. Desastres como el de Aznalc¨®llar, con un coste para el Estado de 240 millones de euros que no han sido reembolsados, han evidenciado la escasa capacidad del sistema de los juzgados y de la Administraci¨®n para conseguir una reparaci¨®n r¨¢pida de los da?os ecol¨®gicos y la asunci¨®n de costes por parte de los responsables. Es por ello que la futura ley de responsabilidad medioambiental anunciada por el Gobierno supone al menos una esperanza frente a estos desmanes.
La norma, que posiblemente entre en vigor antes de 2007, obliga a las empresas contaminantes a reparar los da?os y a suscribir un seguro de responsabilidad. Para ello se les requerir¨¢ una p¨®liza, un aval bancario o un fondo econ¨®mico, cuya cuant¨ªa determinar¨¢ la Administraci¨®n. Un punto importante de la futura ley radica en que obliga a las empresas a asumir la responsabilidad de las emisiones durante un plazo de 30 a?os desde que fueron realizadas. Este aspecto no s¨®lo conferir¨¢ una profundidad inusual a la acci¨®n inspectora de los organismos medioambientales, sino que tambi¨¦n supone una seria advertencia para quienes creen que pueden contaminar impunemente por la actual falta de controles.
La eficacia de la ley, sin embargo, ha sido puesto en duda por las propias aseguradoras, que han recordado que no podr¨¢n cubrir el riesgo ambiental de todas las empresas afectadas. Hay casos, sostienen las aseguradoras, en que el da?o potencial es de tal dimensi¨®n que nadie puede asumirlo. Aparte de los problemas t¨¦cnicos que entra?a el c¨¢lculo de los efectos ambientales de cualquier actividad, el Ministerio de Medio Ambiente, si quiere llevar a buen puerto la ley, ha de ser consciente de la repercursi¨®n econ¨®mica de su decisi¨®n y someterla a debate entre los implicados. Es cierto, como dice la ministra Narbona, que s¨®lo cuando las empresas tienen en cuenta el coste de contaminar, aumenta la prevenci¨®n, pero no lo es menos que para ello habr¨¢ que bajar a la arena del detalle y explicar cu¨¢les son esos costes en cada caso. Algo que todav¨ªa no se ha hecho.
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