Homenaje
?Existe el duende? De creer a los brit¨¢nicos, que hace poco convirtieron en bestseller un libro sobre el tema, apenas hay andaluz que no sepa lo que es ni, en el fondo, no crea poseerlo. Sin embargo es obvio que, de no haber mediado Lorca con su famosa conferencia, y de no haber producido la obra que produjo, hoy no se hablar¨ªa para nada, ni aqu¨ª ni fuera, del "poder misterioso que todos sienten y ning¨²n fil¨®sofo explica" y que, seg¨²n el poeta, tiene sus dominios predilectos en el Sur. Porque una cosa es que existiera, antes de nacer el de Fuente Vaqueros, la frase "tener duende". Y otra, muy otra, levantar en torno toda una teor¨ªa original¨ªsima.
En fin, queramos o no, ah¨ª est¨¢ el duende como un reclamo tur¨ªstico m¨¢s de Andaluc¨ªa y de la Espa?a profunda.
La alucinante conferencia del poeta se cita constantemente en el mundo. Y est¨¢ detr¨¢s del compact Homage to Lorca. In Search of Duende (Homenaje a Lorca. En busca del duende), editado hace unas pocas semanas en Londres. Ahora bien, y contra todo pron¨®stico, no se trata esta vez de ninguna simpleza. Estamos, al contrario, ante uno de los m¨¢s bellos tributos musicales jam¨¢s brindados al granadino en el extranjero.
Sus art¨ªfices son la violinista galesa Si?n Philipps y la pianista Sophia Rahman (medio irlandesa medio bengal¨ª), que, incondicionales del Lorca "hondo", han seleccionado e interpretado obras de seis compositores inspirados por el poeta -el brasile?o Silvestre Revueltas, los brit¨¢nicos John Hawkins y Cecilia McDowall, el franc¨¦s Francis Poulenc, el espa?ol Mauricio Sotelo y el norteamericano George Crumb-, adem¨¢s de Siete canciones populares espa?olas (menos una) de su amigo Manuel de Falla.
La interpretaci¨®n de Phillips y Rahman es extraordinaria, la grabaci¨®n inmaculada. Y la mayor¨ªa de las obras tienen la virtud de ser poco conocidas. Revueltas, informa el librito, fue compositor mexicano que lleg¨® a Espa?a en plena guerra para apoyar a la Rep¨²blica, y muri¨® a los cuarenta a?os. La segunda de sus Tres piezas tiene sabor popular de M¨¦xico, adonde Lorca proyectaba llegar aquel fat¨ªdico verano. Hawkins, en ?Cort¨¨ge?, ensaya unos cuartos de tono impresionantes (a cargo, claro, del viol¨ªn). McDowell aporta una fantas¨ªa inspirada en un tango bonaerense. La sonata de Poulenc (con su leitmotiv de los disparos) es de una belleza inaudita, y Estremecido por el viento. Canto a Federico para viol¨ªn solo, del espa?ol Mauricio Sotelo, da pie, con su panoplia de registros modern¨ªsimos, a que se luzca el Stradivarius de Philipps. En cuanto a Falla, la interpretaci¨®n recuerda aqu¨¦lla genial de Victoria de los ?ngeles y Alicia Larrocha. Aqu¨ª la voz del viol¨ªn es potente en El pa?o moruno, un lamento en Nana, exultante en Canci¨®n (Los pelegrinitos), tr¨¢gica en Polo, de un lirismo desgarrador en Asturiana y triunfal en Jota. En los Cuatro Nocturnos de Crumb, viol¨ªn y piano, participando tambi¨¦n cajas y componentes de manera nada ortodoxa, crean un ambiente escalofriante donde ronda la presencia de la muerte. Una hora de m¨¢xima emoci¨®n en memoria del genio inmolado. Para m¨¢s informaci¨®n: www.meridian-records.co.uk
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