Otro Miami
La oposici¨®n cubana intenta ganar influencia sobre la actitud del Gobierno espa?ol hacia Castro y en su pol¨ªtica en Europa y Am¨¦rica Latina
El nuevo activismo y perfil del exilio anticastrista establecido en Espa?a guarda semejanzas, a escala y salvando las diferencias, con el desarrollado en Miami, al agrupar tambi¨¦n opciones pol¨ªticas, ideol¨®gicas y formatos diferentes sobre el objetivo com¨²n: que comience cuanto antes la transici¨®n hacia la democracia en Cuba. Espa?a, concretamente Madrid, con una colonia de 60.000 cubanos, es un importante teatro de operaciones porque lidera la pol¨ªtica de la Uni¨®n Europea (UE) hacia la isla, con especial incidencia desde el a?o 1996, y sus criterios son atendidos en las canciller¨ªas de Am¨¦rica Latina y en las cumbres iberoamericanas. El exilio de la ciudad norteamericana, dividido en 166 grupos, tres realmente poderosos, influye desde hace cuatro decenios sobre las posiciones de Estados Unidos respecto a la isla; el que act¨²a en Espa?a, repartido en una decena de asociaciones, tres o cuatro relevantes, le gustar¨ªa hacerlo sobre el "di¨¢logo constructivo" del Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero con La Habana. Los contactos y cruce de informaci¨®n entre activistas y organizaciones de Madrid con sus pares en Miami son frecuentes porque en Espa?a se dirimen cuestiones que afectan a todos.
"Al principio, cuando se produjo el cambio de nuestra pol¨ªtica, los grupos anticastristas de aqu¨ª protestaron bastante, pero hemos hecho esfuerzos por explicarles las cosas", se?ala una fuente del Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores. La constelaci¨®n anticastrista afincada en Espa?a comenz¨® a adquirir su actual dise?o a partir de la visita a Miami en el a?o 1995 del entonces candidato a la presidencia del Gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y su amistad con Jorge M¨¢s Canosa, presidente de la poderosa Fundaci¨®n Nacional Cubano Americana (FNCA). El jefe del exilio radical, con acceso directo a la Casa Blanca hasta su fallecimiento hace ocho a?os, ayud¨® a Aznar, que gan¨® las elecciones generales del 3 de marzo del a?o 1996 y fue investido presidente el 4 de mayo de ese a?o. El 30 de marzo, Telef¨®nica vendi¨® al empresario M¨¢s Canosa su filial Sistemas e Instalaciones de Comunicaci¨®n (Sintel) por 4.000 millones de pesetas, despu¨¦s de que el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez hubiera gastado el triple en su saneamiento. Paralelamente, ese mismo a?o, naci¨® en Madrid la Fundaci¨®n Hispano Cubana (FHC), pr¨®xima al Partido Popular y a la ideolog¨ªa de la FNCA.
Penetraci¨®n en Espa?a
Se produjo entonces cierto revuelo. "Muchos de los que hac¨ªan en Espa?a su propia pol¨ªtica sintieron que (el nacimiento de la FHC) era trasladar a Espa?a el tema de Miami", dice la cubana Annabelle Rodr¨ªguez, presidenta de la Asociaci¨®n Encuentro de la Cultura Cubana, que re¨²ne a los principales autores disidentes y tiene un perfil socialdem¨®crata. Inevitablemente, las consecuencias de la visita de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a la urbe habitada por m¨¢s de un mill¨®n de cubanos, preparada un a?o antes por quien era secretario de Relaciones Exteriores del PP, Jos¨¦ Mar¨ªa Robles, dispar¨® aquella percepci¨®n: el exilio m¨¢s influyente en Estados Unidos hab¨ªa conseguido penetrar en Espa?a a trav¨¦s de la compra de Sintel y de la creaci¨®n de una fundaci¨®n dirigida por espa?oles, pero tambi¨¦n partidaria de la mano dura propugnada por las fuerzas m¨¢s influyentes de Miami. Tom¨® cuerpo una pinza anticastrista hispano-cubano-norteamericana cuyos efectos fueron notables.
La Pol¨ªtica Com¨²n Europea, que exige a Fidel Castro aperturas democr¨¢ticas a cambio de acuerdos de cooperaci¨®n econ¨®mica, naci¨® en diciembre del a?o 1996, consensuada por Aznar, despu¨¦s de que cazas cubanos derribaran dos avionetas de Hermanos al Rescate, el 24 de febrero de aquel a?o, y se malograse el acuerdo de cooperaci¨®n econ¨®mica entre la Uni¨®n Europea y Cuba, que negociaba ese mes el comisario europeo Manuel Mar¨ªn, socialista espa?ol. El triunfo del PSOE en las generales del 14 de marzo del a?o 2004 cambi¨® la correlaci¨®n de fuerzas. Zapatero emprendi¨® la estrategia del entendimiento con La Habana, en horas bajas despu¨¦s de las expulsiones de eurodiputados, pol¨ªticos y periodistas del pasado viernes, y la Fundaci¨®n Hispano Cubana perdi¨® su r¨¢pido acceso a La Moncloa, pero contin¨²a promoviendo campa?as, charlas, conferencias y debates, edita una revista y reprocha la pol¨ªtica de suavizaciones. Si Zapatero no la reconduce, "Espa?a perder¨¢ todo su prestigio moral de cara al pueblo cubano, y nos har¨¢ perder influencia y autoridad moral y, a medio y largo plazo, terminar¨¢ por alejarnos del futuro democr¨¢tico de Cuba", se?ala Javier Mart¨ªnez-Corbal¨¢n, secretario general de la FHC, que no encuentra diferencias de fondo entre las organizaciones anticastristas que trabajan en Espa?a.
Modulaciones diferentes
"Comparten todas los mismos fines y objetivos b¨¢sicos: el cambio pac¨ªfico hacia la democracia y la libertad en la isla, la promoci¨®n y el respeto de los derechos humanos y de la dignidad de las personas en Cuba", se?ala. Las diferencias pudieran estar "en las distintas modulaciones y opciones program¨¢ticas para la consecuci¨®n pac¨ªfica de dichos objetivos". Son precisamente las nuevas modulaciones del Gobierno socialista las que permiten que la interlocuci¨®n del Ejecutivo y del PSOE sea m¨¢s f¨¢cil con la Asociaci¨®n Encuentro de la Cultura Cubana que con la Fundaci¨®n Hispano Cubana o la Uni¨®n Liberal Cubana, de Carlos Alberto Montaner, vicepresidente de la Internacional Liberal. Completan la relaci¨®n de organizaciones anticastristas el Centro Cubano, que alberga al exilio de mayor edad; la Comisi¨®n de Derechos Humanos, de Marta Frayde; Cuba; ?Democracia Ya!, de Roberto Carceller, con un activismo m¨¢s callejero; Cuba en Transici¨®n, organizada por j¨®venes pr¨®ximos al PP tras la represi¨®n del a?o 2003; la Uni¨®n Europea del Exilio Cubano, cuyo coordinador general es Julio San Francisco, y otras agrupaciones apenas estructuradas, sin actividades visibles. Varios francotiradores disparan desde varias p¨¢ginas digitales.
San Francisco, que particip¨® en el a?o 1995 en la fundaci¨®n de la primera agencia de prensa independiente de Cuba, Habana Press, reside en Espa?a desde que fuera expulsado de la isla en el a?o 1997. No le gusta la pol¨ªtica gubernamental espa?ola. "Yo no soy del n¨²cleo duro del exilio, pero la pol¨ªtica de Zapatero es fatal, fatal para la oposici¨®n. No podemos entender que quiera dialogar con un tirano al que hay que decirle ¨²nicamente 'l¨¢rguese y permita elecciones libres'. El bloqueo al r¨¦gimen tiene que ser diplom¨¢tico, pol¨ªtico, deportivo, etc¨¦tera. Nosotros nos sentir¨ªamos mucho mejor". El exilio que pide tres d¨ªas para matar en Cuba cuando desaparezca Fidel Castro, aquel que en las oficinas madrile?as de Puente Familiar con Cuba espet¨® a su hija Alina "a ver cu¨¢ndo muere el (...) de tu padre", apenas tiene cabida en las agrupaciones radicadas en Espa?a. Ese extremismo comulga con el que desde hace 45 a?os campea de camuflaje en Florida preparando la invasi¨®n de Cuba, y tampoco all¨ª cuenta mucho.
Ambos chocar¨ªan en La Habana con el extremismo revolucionario dispuesto a morir matando para impedir el desembarco de la gusanera y el avasallamiento del legado de Fidel Castro. La Asociaci¨®n Encuentro de la Cultura Cubana, presidida por Annabelle Rodr¨ªguez, una de las personas mejor informadas de Espa?a en asuntos cubanos, apuesta por el reformismo, en sinton¨ªa con la estrategia a futuro del Gobierno espa?ol. "Hay much¨ªsimos reformistas en el establishment cubano", declara.
Pactar la transici¨®n con todos
La asociaci¨®n que dirige Rodr¨ªguez edita la revista Encuentro de la Cultura Cubana, fundada por el poeta Jes¨²s D¨ªaz, una publicaci¨®n fundamental para quienes busquen un poco de equilibrio en el tratamiento de los temas. "No somos 'antinada', somos un grupo que aboga por la democratizaci¨®n de Cuba y porque en Cuba puedan convivir normalmente todas las ideas". Las transiciones exitosas, seg¨²n recuerda, han sido pactadas entre los de dentro y los de fuera. "Los intolerantes no se van a entender, pero en la medida en que se pueda identificar a los reformistas del exilio y los del r¨¦gimen, que son much¨ªsimos, y puedan tener interlocuci¨®n con Espa?a, Noruega, Suecia..., pues eso ser¨ªa fundamental", subraya Annabelle Rodr¨ªguez. Tambi¨¦n Ra¨²l Rivero, el poeta y periodista disidente con domicilio en Espa?a desde el primero de abril, se mueve en esa direcci¨®n.
"Usted no puede ir a un general y decirle: 'General, usted lleva ya 40 a?os en el cargo y viviendo muy bien, como un marqu¨¦s; por favor, ?por qu¨¦ no se va del cargo?", dice. "No se va a ir, pero tampoco se va a ir si le dices que si se queda ah¨ª lo van a matar. Entonces se atrinchera. Hay que buscar otras f¨®rmulas sin enfrentamiento". Su activismo sobre la situaci¨®n sobre los presos pol¨ªticos en Cuba se efectuar¨¢ desde los medios de comunicaci¨®n y las entrevistas con los sectores pol¨ªticos a los que tenga acceso como escritor y como poeta. "Promover¨¦ todo esto, pero sin estridencias, sin usar el mismo lenguaje estridente y descalificador que se usa contra nosotros".
Madrid no es Miami, pero en ocasiones lo parece por el cruce de convocatorias y reflexiones, iracundas a veces, y por la intensidad de las sobremesas sobre Cuba. No pocos isle?os recalan en los restaurantes de comida cubana, en los clubes de m¨²sica cubana y en la ONG Puente Familiar con Cuba, dirigida tambi¨¦n por Carceller, que acudi¨® a manifestarse contra Ra¨²l Castro durante la visita del n¨²mero dos cubano a la tierra de su familia en Lugo. "A veces tengo la impresi¨®n de que el ministro Moratinos (Miguel ?ngel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores) no sabe por d¨®nde va", dice Carceller, en relaci¨®n con las nueva pol¨ªtica espa?ola. Mabel Fajardo, periodista cubana que lleg¨® a Espa?a hace 12 a?os, "no pod¨ªa escribir lo que quer¨ªa"; atiende el peque?o almac¨¦n de la calle de Pedro Medrano, de Madrid, donde los turistas, el 95% espa?oles, que viajan a Cuba pueden colaborar llevando en su equipaje hasta 10 kilos de ayuda humanitaria.
"Hemos ayudado a 42.000 familias con 125.000 kilos de medicinas y ¨²tiles escolares desde que empezamos a funcionar", en el a?o 1998, explica Fajardo. "Llevas un paquete a un barrio y notas que a los 20 o 25 d¨ªas te llegan cien cartas de ese sitio". El grueso de la colonia cubana en Espa?a vive ajeno a los movimientos de los grupos castristas o anticastristas, al activismo espa?ol revolucionario o contrarrevolucionario, y es m¨¢s joven que la de Miami. Le cuesta ganarse la vida porque en la ciudad norteamericana las estructuras de ayuda funcionan mejor y la Ley de Ajuste Cubano, promulgada en el a?o 1966, legaliza y autoriza a trabajar a todo cubano desde que pisa Estados Unidos. Roberto Gasca lleg¨® en el a?o 1998, se cas¨® con una espa?ola, mont¨® la Escuela Teatro de Arte Circense Charivari, en Coslada, y le va bien, pero "no me meto en pol¨ªtica". Tampoco la frecuentan las actrices, bailarines, m¨²sicos, braceros o percusionistas de reggae aqu¨ª radicados que temen no poder viajar a Cuba si abrazan el activismo anticastrista o, simplemente, no lo comparten. "El nuevo exilio cubano en Espa?a es muy apol¨ªtico. La gente llega para integrarse en la sociedad, que no es f¨¢cil", reconoce Pablo D¨ªaz, de 33 a?os, director del diario digital Encuentro. "Muchos se han acogido a la regularizaci¨®n, pero otros no tienen todav¨ªa permiso de trabajo. Tienen que luchar muy duro".
Tranquilidad y bienestar
Son los emigrantes de los a?os noventa, que integran un exilio que dej¨® en la isla familiares directos, padres, hijos y hermanos, quiere volver a verlos y no est¨¢ dispuesta a sacrificar por la pol¨ªtica esos lazos familiares. Todos, sin embargo, piensan en el ma?ana de su patria. Los estudios sobre las caracter¨ªsticas de los eventuales cambios juegan con futuribles e imponderables, y algunos son disparatados, pero todos apuntan a que el pr¨®ximo 13 de agosto Fidel Castro cumple 79 a?os, y su hermano Ra¨²l, segundo al mando, 74 a?os el 3 de junio. El an¨¢lisis redactado en su d¨ªa por el periodista cubano anticastrista Carlos Alberto Montaner, vicepresidente de la Internacional Liberal, La transici¨®n espa?ola y el caso cubano, traza, sin embargo, secuencias interesantes: un paralelismo entre Franco (1939-1975) y Castro, rechazado de plano por los analistas revolucionarios. Montaner sostiene que en Cuba puede suceder lo mismo que en Espa?a: Franco muri¨® aparentemente convencido de que su obra perdurar¨ªa y la democracia fue imparable. "Fidel Castro vive (y morir¨¢) convencido de que los cubanos constituyen una raza guerrera destinada a enfrentarse permanentemente a Estados Unidos y a la Uni¨®n Europea en defensa de un maravilloso modelo revolucionario colectivista".
Montaner, opuesto al levantamiento de sanciones y cr¨ªtico con el "di¨¢logo constructivo" de Zapatero, se?ala que la sociedad cubana es prudente, saturada de discursos pol¨ªticos, compuesta por personas que "cada vez que pueden se marchan precisamente a los pa¨ªses capitalistas m¨¢s pr¨®speros para tratar de desarrollar proyectos individuales". Efectivamente, la colonia en Espa?a busca, fundamentalmente, la vida pac¨ªfica y tranquila, y el bienestar econ¨®mico, que hubieran preferido encontrar en su patria. Pero no s¨®lo se trata de poder acceder sin trabas a Internet, a planificar el futuro o a la propiedad privada; tambi¨¦n las libertades cuentan. Un escritor cubano busc¨® y encontr¨® trabajo en una porter¨ªa madrile?a para poder pensar y escribir durante las largas y tediosas guardias de celador de escaleras.
Temor al obrerismo del PSOE
La trayectoria de la habanera In¨¦s Llanos, de 70 a?os, y de Jos¨¦ Rodr¨ªguez, de 73, asturiano, que alcanzaron la prosperidad econ¨®mica al frente del restaurante de comida cubana Zara, resume el cambio generacional en el exilio en Espa?a. El matrimonio lleg¨® a Madrid en el a?o 1961 para visitar a la madre enferma de Jos¨¦, pero el padre de In¨¦s les pidi¨® que no volvieran porque la posrevoluci¨®n se complicaba y enrumbaba hacia el comunismo. Y hasta hoy.
Espa?a fue entonces escala del primer exilio, el m¨¢s pudiente, hacia Estados Unidos porque no se pod¨ªa salir directamente de Cuba. El papeleo en Espa?a duraba cinco o seis meses. Muchos cubanos de aquella comunidad de paso optaron por quedarse, pero cuando el Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) gan¨® la presidencia del Gobierno en el a?o 1982, muchos se asustaron y corrieron a Miami temiendo que la sigla obrerista del socialismo espa?ol escondiera intenciones totalitarias.
"Ahora, a toro pasado, todo se ve claro, pero los que hab¨ªamos salido de all¨¢ nos asustamos. ?A ver si volvemos a caer en la misma historia!", recuerda In¨¦s Llanos. La generaci¨®n que llega ahora con 20 a?os, que ha nacido y se ha criado en el sistema, tiene una mentalidad hacia el trabajo y hacia otras cosas muy diferente. "Pero el que llega aqu¨ª pronto se da cuenta de que se la busca o lo pasa mal". In¨¦s Llanos, maestra de profesi¨®n, no oculta que la revoluci¨®n no le gusta. "La gente, los espa?oles, pueden ir all¨ª y mirar para donde quieran, y no ver la realidad. Hay escritores que van all¨ª y luego escriben maravillas, pero en el fondo de su coraz¨®n saben que est¨¢n diciendo una mentira como la copa de un pino", agrega. "Van y luego dicen que Castro es una maravilla, que la gente sabe leer y escribir, aunque para m¨ª es m¨¢s analfabeto el que sabe leer y escribir y no puede leer lo que quiere".
La nueva generaci¨®n de cubanos es diversa, y sus juicios, m¨¢s matizados. Algunos volvieron a Cuba al no aguantar el duro trabajo y otros rigores del capitalismo. De todas, todos, cubanos y espa?oles, hablan sobre el destino de Cuba tras la muerte de Fidel Castro. "Los pol¨ªticos espa?oles est¨¢n obsesionados con tutelarnos hacia una transici¨®n como la espa?ola y son dos procesos muy diferentes. En Cuba no tenemos estatuas ecuestres de Fidel, ni un ej¨¦rcito dividido, ni Espa?a tiene un vecino como Estados Unidos", subrayan fuentes oficiales cubanas.



Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.