Un verano sin melones de Villaconejos
La sequ¨ªa impide la plantaci¨®n de una de las frutas m¨¢s conocidas de Madrid y acaba con el 60% de las cosechas de cereal
El grito: "Vendo ricos melones de Villaconejos" no se podr¨¢ escuchar este verano en los mercados. La mayor sequ¨ªa de los ¨²ltimos 60 a?os ha asolado con tanta fuerza en Madrid que ha arruinado miles de cosechas. En Villaconejos, los sabrosos melones de secano, que dan fama a Madrid como la capital de este fruto, ni siquiera han podido plantarse. La tierra no ten¨ªa humedad suficiente.
"En 40 a?os no hab¨ªa visto nada igual", se lamenta Jos¨¦ Carlos Velasco, presidente de la Asociaci¨®n de Agricultores de Villaconejos. ?ste es uno de los pocos municipios de Madrid que vive todav¨ªa de la agricultura. Casi el 50% de sus 3.400 habitantes subsiste directa o indirectamente del cultivo del mel¨®n.
Las p¨¦rdidas en el sector agrario suman entre 14 y 22 millones de euros
"Los agricultores no pueden m¨¢s. Algunos tendr¨¢n problemas para seguir dedic¨¢ndose a esta profesi¨®n", comenta Lope Benavente, el alcalde socialista del municipio. Han empleado varios meses de trabajo en preparar la tierra, labrarla y abonarla, para nada. Desde mediados de abril han estado pendientes del cielo, esperando las tradicionales lluvias primaverales y empezar a sembrar, para nada. Sin contar las p¨¦rdidas. Unos 300 euros por hect¨¢rea. Para nada.
Pero no s¨®lo en Villaconejos los campos amarillean: 4.000 de los 4.700 afiliados al r¨¦gimen agrario en Madrid siembran cereales, el cultivo m¨¢s afectado por la falta de agua. De momento, se ha perdido el 60% de las cosechas (43.800 hect¨¢reas). Pero, "el cereal est¨¢ abocado a la ruina total", afirma Ivanna Mart¨ªnez, de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Como no llueva en los pr¨®ximos d¨ªas, se pueden perder entre el 90% y el 100% de las cosechas, aseguran las organizaciones agrarias.
Una de las zonas m¨¢s afectadas es la Campi?a Alta, a 12 kil¨®metros de Alcal¨¢ de Henares, donde el a?o pasado llovi¨® en mayo 138 litros. Este a?o, desde noviembre s¨®lo han ca¨ªdo 12. En esta zona, Jes¨²s Anchuelo cultiva 84 hect¨¢reas de cereal, en un pueblo del que toma el apellido. Sin poder adivinar que sobrevendr¨ªa una de las ¨¦pocas m¨¢s secas de la historia, invirti¨® unos 21.000 euros en la siembra de cebada. De momento, ha perdido 15.500 euros. Entre el 70% y 75% de su cosecha se ha secado. "Si no fuera por el trabajo de mi mujer... No s¨¦ qu¨¦ ser¨ªa de nosotros", se lamenta.
El ganado tambi¨¦n tiene sed. El pasto se agot¨® antes de tiempo y los ganaderos han tenido que alimentar a los animales con piensos desde Navidad. El alcance de las p¨¦rdidas depende de la asociaci¨®n que lo calcule. COAG (500 asociados) cree que ascienden a 14 millones de euros. UPA (250 socios) computa 22 millones de euros, 14 en el sector agr¨ªcola y 8 en el ganadero. Asaja (2.000 afiliados) prefiere no dar cifras hasta que no se coseche y puedan concretarse las p¨¦rdidas.
La Consejer¨ªa de Econom¨ªa est¨¢ recabando informaci¨®n para saber exactamente cu¨¢l es el alcance de la situaci¨®n. UPA ha pedido la constituci¨®n de una mesa de la sequ¨ªa, al igual que hay en otras regiones, pero Econom¨ªa no ha sido receptiva a la idea, seg¨²n el portavoz de UPA.
El Ministerio de Agricultura, una vez reciba los datos de todas las comunidades, elaborar¨¢ un borrador con las medidas a adoptar. En situaciones similares se han concedido cr¨¦ditos blandos o bonificaciones fiscales. Pero no son del agrado de todos. "Se creen que somos tontos. Qu¨¦ descuentos fiscales vamos a tener si no cogemos ni un duro", critica Jos¨¦ Carlos Velasco. "Todav¨ªa estamos pagando los cr¨¦ditos de la ¨²ltima vez. Pan para hoy y hambre para ma?ana".
A Anchuelo le gustar¨ªa que el Gobierno reformara los seguros agrarios, para que hagan "una tasaci¨®n m¨¢s razonada". Tambi¨¦n que le concedieran las ayudas europeas aunque la cebada no haya espigado. "Las PAC no son subvenciones, como mucha gente piensa, sino pagos compensatorios por la ca¨ªda de los precios", aclara. Jes¨²s recuerda que en los a?os ochenta pagaban el kilo de cebada a 25 pesetas y el a?o pasado, a 17,50. Pero no piensa abandonar el campo. "Los que quedamos en esto es porque nos gusta. Depender del tiempo es triste pero el trabajo es bonito".
Mientras tanto, en Villaconejos, algunos esperan a que crezcan los melones que han plantado como si hubiera suficiente agua. Otros utilizan terrenos cercanos, no tan afectados por la sequ¨ªa. Y otros, suelos de regad¨ªo. Los ¨²nicos melones de Villaconejos que se podr¨¢n encontrar este verano en los mercados.
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