M¨¢s impuestos

Se supone que los dineros recaudados con el impuesto sobre los veh¨ªculos de tracci¨®n mec¨¢nica son destinados por el Ayuntamiento al mantenimiento en condiciones (es un decir) de los pavimentos, v¨ªas e instalaciones utilizados por dichos veh¨ªculos. Todos sabemos que, cada a?o, las zonas peatonales de la ciudad, o en las que se proh¨ªbe la circulaci¨®n de coches, aumentan en un porcentaje desconocido, pero que, sin duda, crece constantemente.

Sin embargo, el importe de ese impuesto crece ininterrumpidamente de a?o en a?o sin que la explicaci¨®n de ese crecimiento est¨¦ demasiado clara, cuando en justicia deber¨ªa decrecer en la misma proporci¨®n que decrecen la superficie disponible para la circulaci¨®n de autom¨®viles y los servicios de que disponen los automovilistas.

O, a este paso, llegaremos al caso extremo (o no tan extremo) de no poder utilizar el autom¨®vil y seguir pagando cantidades crecientes al Ayuntamiento a cambio de nada.

A t¨ªtulo de ejemplo, por un coche de mi propiedad de 13,31 HP (caballos) fiscales, he pasado de pagar 105,48 euros en el a?o 2000 a 123 euros en ¨¦ste, lo que representa un 16,6% de subida, y ello a cambio de la imposibilidad de circular por gran parte del centro, de carecer de una polic¨ªa de tr¨¢fico que ponga orden en la ca¨®tica circulaci¨®n de esta ciudad, de padecer las continuas obras y zanjas en las calles por las que todav¨ªa se puede circular, etc¨¦tera.

Y que conste que no me molesta que haya calles peatonales si sirven para hacer una ciudad m¨¢s habitable. Lo que no me gusta, por injusto, es pagar por servicios que no se me prestan.