Castillejo dice adi¨®s
El presidente de Cajasur anuncia su marcha de la entidad tras el acuerdo entre la Junta y el obispo de C¨®rdoba
Miguel Castillejo Gorr¨¢iz se va. A sus 75 a?os de edad, y tras cumplir tres d¨¦cadas como presidente de Cajasur, Castillejo se marcha.
El escenario pol¨ªtico, que de forma tan h¨¢bil ha manejado en ocasiones precedentes para lograr sus objetivos, le es adverso desde las elecciones del a?o pasado. Tanto que sus ¨²ltimos intentos para escapar del itinerario que le han fijado para esta ¨²ltima fase de su vida profesional se han quedado en eso, en intentos.
Castillejo (tambi¨¦n conocido como don Miguel o el cura) anunci¨® ayer el fin de una larga etapa al frente de una caja desde la que ha impuesto su impronta en la vida econ¨®mica, social, cultural e incluso pol¨ªtica de C¨®rdoba. A lo largo de 30 a?os, Castillejo ha hecho y deshecho a su antojo y considera que la caja es un proyecto suyo hasta el punto de que un busto en la sede central de C¨®rdoba le reconoce el m¨¦rito de ser el "fundador de la nueva Cajasur".
Para entender su largu¨ªsimo mandato hay que acudir a rasgos de su personalidad y a su capacidad para pactar con tirios y troyanos. Quienes le conocen destacan su inteligencia y su habilidad para adaptarse a los tiempos, pero tambi¨¦n su soberbia y su af¨¢n de protagonismo.
Su ¨²ltima maniobra pol¨ªtica de calado fue conseguir que el Gobierno del PP le hiciera, en 2002, una ley a su medida para conseguir que Cajasur escapase del control de la Junta de Andaluc¨ªa en virtud de su fundaci¨®n eclesi¨¢stica. Previamente, en 2000, hab¨ªa frenado su jubilaci¨®n al lograr que el Ejecutivo central recurriese ante el Tribunal Constitucional la ley de Cajas auton¨®mica, que le obligaba a dejar la caja al tener m¨¢s de 70 a?os.
Fines y estrategia
S¨®lo tras las elecciones de marzo del a?o pasado, cuando Gobierno, Junta e Iglesia han coincidido en sus fines y en su estrategia, Castillejo ha comprendido que todo estaba perdido, que no cab¨ªan m¨¢s alianzas salvadoras, aunque ha maniobrado para intentar irse en las mejores condiciones posibles.
En los ¨²ltimos d¨ªas, los dirigentes socialistas de C¨®rdoba no se cansaban de repetir, con grabadoras delante y sin ellas, que se estaba en el buen camino, que Castillejo hab¨ªa asumido que ten¨ªa que marcharse y dejar el control y la presidencia de Cajasur. Pero, ?era una esperanza o una certeza?
Hace un mes, la soluci¨®n definitiva para Cajasur y para la salida tranquila de Castillejo era una esperanza, un deseo para los socialistas. Del Consejo de Administraci¨®n celebrado el 29 de abril sali¨® algo m¨¢s que el proyecto de nuevos estatutos que se ratificaron ayer en la Asamblea General. Sali¨® una idea que Castillejo llevaba mascullando alg¨²n tiempo: que la Fundaci¨®n Monse?or Castillejo Gorr¨¢iz se encargara de gestionar la Obra Social y Cultural propia de Cajasur. Es decir, que la fundaci¨®n que ¨¦l preside, y de la que son vocales, entre otros, una hermana del sacerdote, el constructor Rafael G¨®mez, Francisco Jurado y Diego Jordano, fuera la encargada de repartir los casi diez millones de euros que Cajasur destina a proyectos sociales y culturales anualmente.
Seg¨²n un miembro del Consejo de Administraci¨®n, en la reuni¨®n del 29 de abril, incluso, se lleg¨® a hablar de que Castillejo ser¨ªa el presidente ejecutivo de la fundaci¨®n, es decir, tendr¨ªa un peso considerable a la hora de decidir a qui¨¦n y a qu¨¦ proyectos ir¨ªa el dinero de la Obra Social.
El Gobierno andaluz se opuso frontalmente a este proyecto, que iba a ser votado en una asamblea general, a principios de mayo, que finalmente fue desconvocada. Adem¨¢s, en esa reuni¨®n del ¨®rgano soberano de la caja tambi¨¦n se iba a llevar otra propuesta peliaguda: Castillejo ser¨ªa nombrado presidente honorario de la entidad.
El sacerdote ya hab¨ªa manifestado este deseo en diciembre, cuando se firm¨® el acuerdo entre el consejero de Econom¨ªa, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, y el obispo de C¨®rdoba, Juan Jos¨¦ Asenjo, que ha permitido que Cajasur vuelva a la tutela de la Junta de Andaluc¨ªa. Castillejo plante¨® la posibilidad de que, tras su marcha, fuera nombrado presidente honorario y que este cargo tuviera una asignaci¨®n y un mayor peso protocolario en los actos oficiales de la entidad. La Junta se neg¨® en rotundo entonces y lo volvi¨® a hacer hace unas semanas.
Castillejo se reuni¨® con un representante de la Junta en un restaurante de C¨®rdoba hace tres semanas. Sobre la mesa volvi¨® a poner sus dos reivindicaciones: ser el presidente honorario y que su fundaci¨®n se encargara de gestionar la Obra Social de la caja. Y de nuevo la respuesta fue un no rotundo.
Otra vez se vislumbraban las "chinitas en el camino" que tem¨ªan los dirigentes socialistas cuando se firm¨® el acuerdo entre el consejero de Econom¨ªa y el obispo. Unas "chinitas" que algunos miembros del PSOE cre¨ªan que se iban a quedar en polvo, pero que otros consideraban un presagio de los grandes escollos que Castillejo pondr¨ªa para hacer fracasar el acuerdo entre la Junta y el Obispado.
"Con Castillejo nunca se sabe", repet¨ªa una y otra vez un pol¨ªtico cordob¨¦s que lo conoce bien: "Hay que tener en cuenta que lleva 30 a?os manejando Cajasur y en las negociaciones entre Gri?¨¢n y el obispo ¨¦l no ha participado, se ha sentido excluido". Una exclusi¨®n que no ha asumido y de la que eran conscientes Gri?¨¢n y Asenjo, que han preferido poner sordina a los conflictos y resolver discretamente las diferencias con el presidente de Cajasur. Asenjo, seg¨²n las fuentes consultadas, ha llamado m¨¢s de una vez a Castillejo, ante sus maniobras para entorpecer el proceso, con el fin de recordarle que la Iglesia cumple los acuerdos a los que llega.
Mientras, Castillejo recordaba que nadie como ¨¦l conoce Cajasur y que el proceso electoral que ahora se abre es clave para tener el control absoluto de la entidad. Una entidad a la que ahora dice adi¨®s antes de lo previsto en su calendario.
Las cartas del obispo
El obispo de C¨®rdoba, Juan Jos¨¦ Asenjo, ha sido, junto a Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, el principal impulsor de la vuelta a la normalidad en Cajasur y de la salida de Castillejo. Y lo ha hecho en silencio y con el respaldo de la Iglesia.
Para cumplir con su misi¨®n, el obispo contaba con una convincente arma: unas cartas vaticanas que, si era necesario, podr¨ªa utilizar para hacer que Castillejo acatase sus decisiones. Adem¨¢s, de forma paralela al proceso de adaptaci¨®n de Cajasur a la ley andaluza de Cajas, Asenjo ha impulsado un proceso de renovaci¨®n en el Cabildo catedralicio, la instituci¨®n reconocida como fundadora de la caja. El obispo ha conseguido renovar los estatutos del Cabildo introduciendo dos puntos clave: la obligaci¨®n de que los can¨®nigos que forman parte de ¨¦l se tengan que jubilar a los 75 a?os de edad (Castillejo los ha cumplido) y la inclusi¨®n de una nueva figura, la del presidente, que ostenta desde el 10 de mayo Juan Moreno Guti¨¦rrez, cuyos enfrentamientos con el cura fueron importantes hace unos a?os.
Asenjo tiene ahora la palabra sobre el sucesor de Castillejo y las fuentes consultadas apuntan al sacerdote Fernando Cruz Conde, aunque a¨²n no est¨¢ decidido.
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