Galicia tiene un plan

El 24 de enero de 2003 el presidente Aznar visitaba Galicia, dos meses y cuatro d¨ªas despu¨¦s del hundimiento del Prestige. La espera se hab¨ªa hecho larga y sembr¨® de preocupaci¨®n a ciertos sectores del PP gallego. Sin embargo, Aznar lleg¨® a A Coru?a dispuesto a no decepcionar. Y lo consigui¨®. Presidi¨® un Consejo de Ministros y aprob¨® un plan. Lo present¨® a la prensa como "un compromiso personal". Garantiz¨® su cumplimiento. Palabra de Aznar.

Qued¨® as¨ª bautizado el Plan Galicia, que supon¨ªa una inversi¨®n total para la regi¨®n de 12.459,5 millones de euros en apenas 10 a?os, de los que 7.000 ya estaban comprometidos con anterioridad. El plan contemplaba un amplio paquete de medidas, pero reservaba dos anuncios estelares, inesperados: dos nuevas autov¨ªas en el interior de Galicia y 270 kil¨®metros nuevos de una red de alta velocidad que a?adir a la ya programada. Para ser a¨²n m¨¢s explicito, el propio Aznar explic¨® que en breve tiempo ser¨ªa posible hacer el tramo Madrid-Ourense en dos horas y siete minutos, y el Madrid-A Coru?a, en dos horas y 48 minutos. Palabra de Aznar.

Despu¨¦s de comer, Aznar se reuni¨® con representantes de la patronal gallega. "Nos habl¨® de lo importante que era ese plan. Nos asegur¨® que en 2005 estar¨ªa terminado o en ejecuci¨®n el eje atl¨¢ntico, que la conexi¨®n del AVE con la meseta estar¨ªa para 2007. En fin, todas estas cosas las asegur¨® una persona que tiene fama de cumplidor", recuerda Antonio Fontenla, presidente de la confederaci¨®n de empresarios. Fontenla reconoce que el plan "era m¨¢s ambicioso de lo que nosotros hubi¨¦ramos pedido".

Efectivamente, el plan era muy ambicioso, muy generoso para Galicia, tan extraordinario que una parte de Galicia no se lo crey¨® y otra parte lo vivi¨® como un sue?o. Los medios de comunicaci¨®n divulgaron mapas con la nueva realidad del plan, una Galicia invadida por una red de autopistas y trenes de alta velocidad que conectar¨ªan entre s¨ª las seis ciudades m¨¢s importantes y las colocar¨ªa a menos de tres horas de Madrid, una red que har¨ªa posible viajar de Pontevedra a Vigo en 10 minutos. Para unos era pura propaganda. Para otros, la gran oportunidad de engancharse a Europa.

Unos meses despu¨¦s de aquel anuncio, el joven fot¨®grafo Mariano Grueiro comenz¨® a observar en los alrededores de Ribadeo y en localidades de la Costa da Morte la aparici¨®n de grandes carteles anunciando futuras realizaciones bajo la denominaci¨®n de Plan Galicia. "Observ¨¦ que se colocaban en zonas muy visibles, en rotondas, de cara a la playa, mirando hacia la carretera", dice. El n¨²mero de carteles aument¨® con el tiempo aunque nada cambiara a su alrededor. El paisaje segu¨ªa quieto. Fue entonces cuando decidi¨® fotografiarlos. "Muchos fot¨®grafos llegaron a Galicia para tomar im¨¢genes del desastre y convirtieron al voluntario con el mono blanco en el icono del Prestige, pero yo me preguntaba ?cuando se vayan de aqu¨ª, qu¨¦ quedar¨¢? Quedaban esos carteles que parec¨ªan un absurdo. No anunciaban nada en concreto. Luego fueron cambiando: asfaltaban un camino rural y colocaban un cartel. Pens¨¦ primero en hacer un mapa, pero luego pens¨¦ en fotografiarlos y en hacer una exposici¨®n. S¨®lo retrato aquellos que me comunican algo".

Mariano Grueiro lleva 15 carteles fotografiados, entre los centenares que ha visto en este tiempo.

"Aquel plan fue un invento de Aznar", sostiene Xos¨¦ Luis Barreiro, ex vicepresidente de la Xunta. "A nadie se le dio participaci¨®n sobre prioridades y necesidades de Galicia. A nadie se pregunt¨®. Hab¨ªa promesas de las que no se hab¨ªa hablado nunca. No hab¨ªa un solo papel, un solo proyecto, un solo estudio. Ah¨ª le faltaron reflejos a la oposici¨®n para responder y echar las cuentas. La sociedad gallega no se crey¨® este plan, pero jug¨® a darle categor¨ªa de debate por si algo iba cayendo".

"Se empaquetaron actuaciones ya programadas junto a otras fruto de ocurrencias sobre la marcha", afirma Xavier Vence, catedr¨¢tico de Econom¨ªa. "No hubo un proceso de an¨¢lisis de necesidades y prioridades. Hab¨ªa una mezcla de todo; algunas realizaciones eran virtuales, y, aunque se pon¨ªa todo el peso en las infraestructuras, faltaban actuaciones muy importantes para conseguir que Galicia se desarrollase adecuadamente". Tanto Barreiro como Vence coinciden en afirmar que el nuevo Gobierno central, empujado por los socialistas y los nacionalistas gallegos, cometi¨® el error de hacer suyo el plan y obligarse a unos plazos que en algunos casos eran pura entelequia.

Dos a?os despu¨¦s de aquel anuncio, el Plan Galicia va camino de convertirse en uno de los ejes de la campa?a electoral gallega. Zapatero acept¨® el plan en todos sus t¨¦rminos, pero ahora la Xunta le acusa de incumplimiento. El plan se ha convertido en un arma medi¨¢tica: primero sirvi¨® para parar el golpe del Prestige, ahora parece servir para salvar a Fraga. La Xunta asegura, en un documento de mayo de 2005, que el Plan Galicia "se ha visto ralentizado en el ¨²ltimo a?o y medio. (...) En lo que va de 2005, el BOE no ha sacado a concurso ninguna obra del Plan Galicia. Esta situaci¨®n pone en riesgo el cumplimiento de los plazos del plan". La Xunta se?ala retrasos de entre dos y cinco a?os.

El Gobierno se defiende con sus cifras. "?Qu¨¦ nos encontramos?, ?qu¨¦ hicimos cuando llegamos?", se pregunta un miembro del Ejecutivo. "Nos encontramos con que el Gobierno del PP apenas hab¨ªa hecho nada en 2003, y en algunos casos ni siquiera hab¨ªa iniciado los estudios. Nosotros aprobamos cr¨¦ditos extraordinarios, firmamos convenios con administraciones locales y le pusimos cifras a las cosas para los Presupuestos de 2005", dice. Este alto cargo socialista reconoce que el Gobierno ha cometido cierta ingenuidad a la hora de haber aceptado sin m¨¢s la herencia del plan. "Le pusimos cifras y le pusimos fechas, porque el plan de Aznar no ten¨ªa fechas. El problema de todo esto es que ahora mismo no licitamos, porque toda la ejecuci¨®n presupuestaria caer¨¢ a partir de julio. Y claro, las elecciones son ahora, no en julio".

El documento original de aquel Consejo de Ministros no fijaba fechas. Cada realizaci¨®n iba precedida de una terminolog¨ªa muy sutil: "Inicio de la planificaci¨®n del corredor ferroviario", "inicio de los estudios de trazado", "realizaci¨®n del an¨¢lisis de viabilidad del proyecto de puerto exterior en A Coru?a". "Entre decir inicio de planificaci¨®n y comenzar una obra hay mucha diferencia", comenta el alto cargo socialista. "?Por qu¨¦ la Xunta call¨® durante un a?o y no se quej¨®?".

El debate se ha convertido, en cualquier caso, en una guerra de cifras, de plazos, de licitaciones que se incumplen o se proyectan. La Xunta dijo primero que el Gobierno le hab¨ªa quitado 300 millones de euros al plan. Y el Gobierno contest¨® con sus cifras. Ahora la Xunta dice que el Gobierno no licita obras, que el plan est¨¢ parado y va con retraso, y el Gobierno lanza sus cifras de realizaciones y compromisos. Pero el mensaje de la Xunta ha calado en algunos sectores de la sociedad. Fontenla, el presidente de la confederaci¨®n de empresarios, reconoce que el esfuerzo del Gobierno en 2005 es importante, pero afirma que algunos ministros no est¨¢n en sinton¨ªa con el presidente Zapatero, que se ha comprometido con el plan. "Nos hab¨ªan hablado de un horizonte del a?o 2012 y ahora estamos hablando de 2020".

Mientras Galicia espera ver las realidades del plan, quedan los carteles. Y el fot¨®grafo Mariano Grueiro los retrata con su vieja c¨¢mara Mamiya. Prepara con unos colegas un plan galicia art¨ªstico por Internet. Para su sorpresa, estaba libre el dominio Plangalicia.com. Ahora es su propietario.