?ptima pr¨¢ctica m¨¦dica

En estos d¨ªas se ha hablado mucho de la adecuada o no pr¨¢ctica m¨¦dica. Cada cual se gu¨ªa para juzgar seg¨²n su propia experiencia. El dolor por los nuestros es igual de importante, pero, en nuestro caso, ¨²nicamente pretendemos con esta carta hacer hincapi¨¦ en una palabra: dignidad, que quiz¨¢, despu¨¦s de tantos vaivenes, se est¨¢ convirtiendo en manida sin serlo.

Escribimos impulsados por el deseo de mi hermana Rosario Pasar¨ªn -Charo para todos aquellos a los que conquist¨® con su fuerza-. Ella supo muy bien lo que era la dignidad y, gracias a los equipos m¨¦dicos que trataron su c¨¢ncer, no la perdi¨®.

Ella lo agradeci¨® cada d¨ªa y ahora, en su nombre, sus hermanos queremos dar las gracias a todos ellos: los equipos de Oncolog¨ªa y Cirug¨ªa de los hospitales Provincial y Cl¨ªnico de Santiago de Compostela y del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid; los profesionales de Urgencias y Nutrici¨®n de este centro madrile?o y, quiz¨¢ de un modo especial, por su ayuda en los momentos m¨¢s dif¨ªciles, al equipo de Paliativos del Gregorio Mara?¨®n.

Hablar de dignidad no es f¨¢cil, calificar qu¨¦ es justo y qu¨¦ no lo es, todav¨ªa menos. Pero nosotros sabemos que Charo recibi¨® las mejores atenciones y se fue tranquila, algo que, visto desde la distancia, merece la pena. Quiz¨¢ algunos piensen que morir dulcemente no es digno.

Nosotros creemos que lo que no es digno es verte obligado a vivir con un dolor constante o transformar la realidad del hospital en la tuya propia.

Pasamos muchos d¨ªas en la planta de Cuidados Paliativos. Nada all¨ª, creemos, pudo suponer un abuso en la pr¨¢ctica m¨¦dica, nada excepto el exceso de apoyo a cada uno de los enfermos y sus familiares. Por ello, gracias.