Un futuro preocupante
El Marruecos del a?o 2005 est¨¢ en apuros. El de 2018 no se encontrar¨¢ en una situaci¨®n m¨¢s holgada. La consultora McKinsey entreg¨®, en abril, al primer ministro Driss Jettu un informe sobre qu¨¦ pol¨ªtica industrial desarrollar en Marruecos, en el que describe un panorama preocupante para los pr¨®ximos a?os. Pese a que no se ha hecho p¨²blico, algunos datos han trascendido.
De aqu¨ª a 2015, el crecimiento nominal del producto interior bruto disminuir¨¢ entre un 0,5% y un 1% y otro tanto suceder¨¢ con la creaci¨®n de empleo. En 2018 habr¨¢ cinco millones de puestos de trabajo declarados -hoy en d¨ªa s¨®lo hay tres-, pero el empleo en negro pasar¨¢ de 6,3 millones a 7,8.
Las desventajas de Marruecos en un mundo globalizado son la lentitud de sus procedimientos administrativos, la legislaci¨®n comercial y su aplicaci¨®n, la fiscalidad y el elevado coste de la energ¨ªa, superior al de otros pa¨ªses no productores de crudo como T¨²nez.
Su gran ventaja, que urge aprovechar para que se incumplan los malos augurios, es su f¨¢cil acceso al mercado europeo y de EE UU, con el que le une un acuerdo de libre comercio. El dominio del franc¨¦s y, en menor medida, del espa?ol, por muchos marroqu¨ªes lo convierten en un lugar ideal para deslocalizar servicios (bancos, seguros, telecos).
Tambi¨¦n le conviene alentar, como hizo M¨¦xico, la instalaci¨®n de mauiladoras, plantas que trabajar¨ªan para la industria automovil¨ªstica y electr¨®nica europea. Pero, a diferencia de M¨¦xico, no ostenta el monopolio de la cercan¨ªa geogr¨¢fica que comparte con T¨²nez, Turqu¨ªa y Argelia.
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