Ferias
De los 770 municipios que hay en Andaluc¨ªa, 768 copian descaradamente la feria de Sevilla. Sin pudor. Por la cara. Toda la parafernalia de caballos, trajes de flamenca, traje corto, sombrero de ala ancha, carruajes, vino fino, sevillanas, casetas, pimiento frito, albero, tortilla de papas, pescado frito y dem¨¢s. Da igual d¨®nde se haga la feria. En M¨¢laga y en Granada pueden decir muy alto que odian a Sevilla, pero luego llegan sus respectivas ferias y copian sin rubor. Da igual que sea durante el Corpus. Es lo mismo que hagan una feria de d¨ªa y otra de noche, que digan que es la feria del sur de Europa y otras zarandajas por el estilo. El modelo sevillano se ha instalado entre nosotros con la fuerza de aquello que ha estado toda la vida. El albero, el fino, el calor, el olor a bo?iga de caballo, los turrones, las t¨®mbolas, la calle del infierno, todo es id¨¦ntico y a ello nos vemos arrastrados como insectos a la luz, sin soluci¨®n. La misma uniformidad de las hamburgueser¨ªas americanas tan denostadas se sigue en las fiestas populares. Seguro que en muchos pueblos ya ni se acuerdan de c¨®mo eran sus ferias hace a?os, qu¨¦ se bailaba, c¨®mo se vest¨ªan y de qu¨¦ manera se divert¨ªan. Lugares tan dispares como Almer¨ªa y Huelva han tomado el rumbo de lo que Luis Antonio de Villena llam¨® "el folklorismo sevill¨ª". El supuesto chovinismo del que hacen gala en la mayor¨ªa de estos lugares no es tal, es una patra?a. Mucho hablar y luego se dedican a copiar. Siento decir que en el ¨²nico lugar donde no hay feria es en C¨¢diz. La ciudad ha sabido mantener, al menos en eso, sus tradiciones. Hace unos d¨ªas conocimos la excelente noticia de que se iba a suspender la feria de Sanl¨²car. Pensamos que era un alarde de originalidad, por mucho que fuera obligado por las circunstancias de la huelga de los empleados municipales. Pero bast¨® ese anuncio para que 10.000 sanluque?os se lanzasen a la calle como posesos. Parec¨ªa que les iba la vida en ello. Para una feria que se iba a suspender, al final nos quedamos sin la feliz noticia. Por si fuera poco, el paradigma feriante se ve ensalzado por el modelo casposo y reaccionario de Los del R¨ªo. Para qu¨¦ quejarnos de los t¨®picos andaluces si los promovemos. Somos nosotros los que propiciamos el estereotipo castizo de la gracia, el vino y el buen vivir diga lo que diga el Parlamento andaluz.
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