La venganza de Ben¨ªtez
El Valencia se queda fuera de Europa pese a ganar a Osasuna, que entra de rebote en la UEFA
Era agosto y Ben¨ªtez, desde Liverpool, preguntaba si la gente de Mestalla lo reclamaba. Pues no, fue la respuesta. El p¨²blico parec¨ªa esperanzado por el regreso de Ranieri. Nueve meses despu¨¦s, sin embargo, la vida ha dado muchas vueltas. Fracas¨® Ranieri primero y despu¨¦s Antonio L¨®pez, al tiempo que Ben¨ªtez ganaba la Copa de Europa con el Liverpool. La ecuaci¨®n fue resuelta para la afici¨®n de Mestalla, que ayer exhibi¨® pancartas de homenaje a su ex entrenador. El Valencia complet¨® ayer con una victoria in¨²til un annus horribilis que le condena a las galeras de la Intertoto. Osasuna, en cambio, se qued¨® con la Copa de la UEFA gracias a su apuesta por la Copa del Rey, de la que es finalista, y el ¨¦xito liguero del Betis, que empat¨® en Palma.
VALENCIA 1 - OSASUNA 0
Valencia: Palop; Ruz, Ayala (Marchena, m. 46), David Navarro, Carboni (Sissoko, m. 56); Rufete, Albelda, Fabio Aurelio, Vicente; Aimar; y Mista (Angulo, m. 75).
Osasuna: Sanzol; Exp¨®sito, Cruchaga, Josetox, Corrales; Valdo (Ortiz, m. 75), Pu?al (David L¨®pez, m. 51), Mu?oz, Moha; Aloisi (Iv¨¢n Rosado, m. 85) y Milosevic.
Gol: 1-0. M. 81. Aimar, de cabeza, tras un doble remate, despu¨¦s de un centro desde la derecha de Rufete.
?rbitro: Mejuto Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Mu?oz, Palop, Ruz, Marchena y David Navarro.
Unos 25.000 espectadores en el estadio de Mestalla.
El partido result¨® una birria, como no pod¨ªa ser de otra manera, con menos intensidad que un choque de pretemporada. No tanto para Osasuna, que se lo tom¨® como un entrenamiento para la final de Copa que disputar¨¢ el d¨ªa 11 ante el Betis. Un buen entrenamiento.
"Ben¨ªtez, crack". Una pareja de novios se besaba despreocupada antes del inicio del partido mientras, ante ellos, una leyenda evocaba al ex t¨¦cnico. No es que fuera un clamor el recuerdo del entrenador madrile?o, que no despierta pasiones en Mestalla, es cierto, pero s¨ª queda la evidencia de que cualquier tiempo pasado fue mejor. La diferencia es abismal entre aquel Valencia que trituraba poco a poco a su rival y este equipito sin alma que ha llegado al final del curso sin energ¨ªa ni ambici¨®n ni recursos. Enmohecido. Con la mayor¨ªa de sus futbolistas tremendamente devaluados. Caso de Ayala, que representa un ejemplo extremo. Baste recordar al exuberante Ayala que conquist¨® casi solito la Liga el curso pasado en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, con una actuaci¨®n suprema, y compararlo con el Ayala de ayer ante Osasuna. Y, claro, entre uno y otro s¨®lo queda una cosa en com¨²n: la agresividad. El resto ha desaparecido: ni la eficacia, ni el orden ni el empuje. Nada. Y quien dice Ayala dice Albelda, Rufete o Mista, sombras de lo que fueron. Un vestuario, por cierto, que se alegr¨® en gran parte de la marcha inesperada de Ben¨ªtez, a quien bautizaron como El Diego, en alusi¨®n a Maradona, por su creencia de hacerlo todo bien. Seguramente porque las relaciones personales se hab¨ªan deteriorado much¨ªsimo en los tres a?os que compartieron camerino. Pero lo que es indudable es que les sac¨® partido.
Cosa que no han conseguido ni Ranieri primero ni despu¨¦s Antonio L¨®pez. El trabajo de L¨®pez ha resultado muy decepcionante. Nunca un entrenador disfrut¨® de una acogida tan c¨¢lida por parte de los medios y del vestuario. Todos lo saludaron con algarab¨ªa, puesto que ven¨ªa a deshacerse del criticado Ranieri. Pero L¨®pez no supo aprovechar el viento en la cola. Naufrag¨® a la hora de motivar a sus jugadores, un aspecto que se supon¨ªa su fuerte toda vez que, como segundo de Ben¨ªtez, mantuvo una excelente relaci¨®n personal con casi todos ellos. Err¨® en la lectura de los encuentros y tambi¨¦n en la elecci¨®n de los jugadores, falt¨¢ndole decisi¨®n para dejar a vacas sagradas en el banquillo: no se atrevi¨® con un cansad¨ªsimo Albelda y se atrevi¨® tarde con Ca?izares. Cuando lo hizo, el meta internacional ya hab¨ªa propiciado varios puntos menos con fallos clamorosos. M¨¢s todav¨ªa cuando se ha visto posteriormente que Palop estaba en un estado espl¨¦ndido de forma: ayer volvi¨® de nuevo a salvar a su equipo de la derrota con un par de intervenciones decisivas.
As¨ª lo ha admitido el p¨²blico de Mestalla, que, harto de que se la den con queso, ayer decidi¨® desertar de su estadio por mucho que el equipo pudiera jugarse alguna remota opci¨®n de entrar en la Copa de la UEFA. Ni media entrada. La grada no crey¨® en el milagro; entre otras razones, porque entend¨ªa que no lo hab¨ªa merecido. Y se dedic¨® a aplaudir lo que llegara de otros campos, aunque fuera contradictorio: salud¨® con aplausos tanto el gol del Levante como la posterior reacci¨®n del Villarreal. El caso era aplaudir algo. Desde muy lejos, desde Inglaterra, se consum¨® la venganza de Ben¨ªtez.
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