Dos a?os sin muertos
Se cumplen 24 meses sin asesinatos de ETA, en pleno debate sobre la posibilidad de un final acordado de la violencia
Aunque las recientes bombas de Madrid y Guip¨²zcoa pretendan demostrar lo contrario, ETA arrastra una crisis que va m¨¢s all¨¢ de los dos a?os sin atentados mortales de la banda que se cumplen hoy, periodo en que ha colocado 65 artefactos explosivos. Sin embargo, nadie, ni los servicios de informaci¨®n policial ni el propio presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero parece capacitado para responder a la pregunta clave en el proceso de declive de una organizaci¨®n que lleva 40 a?os extendiendo el terror: ?ha tomado ETA la decisi¨®n de dejar las armas?
"Nuestra estrategia pol¨ªtico militar ha sido superada por la represi¨®n del enemigo contra nosotros". "Nunca en la historia de esta organizaci¨®n nos hemos encontrado tan mal [...] totalmente vulnerables a la represi¨®n y sin capacidad de reacci¨®n". No es el an¨¢lisis de ning¨²n experto antiterrorista. Las frases son el producto de la reflexi¨®n entre rejas de seis hist¨®ricos dirigentes etarras, entre ellos Francisco Mujika Garmendia, Pakito, que abogaban en una carta interna por el abandono de "esta lucha armada" y dar el protagonismo a su brazo pol¨ªtico. Esas afirmaciones no tienen por qu¨¦ coincidir con la opini¨®n de los actuales dirigentes de ETA, m¨¢xime cuando otros responsables que les antecedieron s¨®lo llegaron a esa conclusi¨®n en la soledad de una celda o de la deportaci¨®n, como Antxon Etxebeste.
Superado el 'efecto 11-M', la banda vuelve a los coches bomba y a extorsionar empresarios
Los etarras parecen ver compatible el di¨¢logo con los disparos y las explosiones
La misiva, que serv¨ªa de reflexi¨®n dentro de un proceso abierto en ETA, era de agosto de 2004, pero fue filtrada en noviembre pasado. Todav¨ªa no se hab¨ªan dado tres factores que servir¨ªan de punto de inflexi¨®n en las tomas de temperatura de altos dirigentes del PSE al brazo pol¨ªtico de ETA: la carta de Batasuna a Zapatero (14 de enero) en la que se reclamaba al presidente que negociara con los terroristas la "desmilitarizaci¨®n multilateral" y "la puesta en libertad" de los presos etarras, la disposici¨®n de Zapatero para o¨ªr a Batasuna si cesa la violencia y, seguidamente, el coche bomba en Getxo (Vizcaya), el 18 de enero, explosi¨®n en la que un ertzaina salv¨® su vida de milagro.
?C¨®mo interpretar las ¨²ltimas bombas? ?C¨®mo evaluar el riesgo de que, aunque ETA parezca no buscar un muerto en sus atentados desde hace meses, impresi¨®n que algunos servicios policiales cuestionan, pueda producirse una v¨ªctima no deseada que arruine un supuesto proceso de di¨¢logo incipiente?
El 11-M influy¨® a la direcci¨®n etarra de forma apreciable. Irritada por que se le responsabilizase de la matanza y afectada por el desmantelamiento de sus sucesivas jefaturas militares y los decomisos de material, ETA tard¨® siete meses en volver a presentar su tarjeta de visita. Las nueve bombas de la campa?a de verano colocadas el pasado agosto en Galicia, Asturias y Cantabria fueron interpretadas por el consejero vasco de Interior, Javier Balza, como el "calentamiento" de una escalada terrorista que llegar¨ªa despu¨¦s.
En el primer a?o sin muertos, la banda us¨® con profusi¨®n sus comunicados para intentar influir en la pol¨ªtica. El caso m¨¢s claro de esta modalidad de lucha armada fue el comunicado de febrero de 2004 declarando una tregua limitada a Catalu?a y todo lo relacionado con el caso Carod, tras la reuni¨®n de seis horas que el l¨ªder de ERC, Josep Llu¨ªs Carod, mantuvo un mes antes en Perpi?¨¢n (Francia) con el entonces jefe pol¨ªtico de ETA, Mikel Albizu, Mikel Antza. Superado el efecto 11-M, ETA vuelve a los coches bomba (Getxo y Madrid) y a los artefactos con ¨¢nimo de extorsionar contra los empresarios y contra el turismo.
El Gobierno y el PSOE esgrimen como uno de los elementos clave de la nueva etapa de ETA que no se hayan producido v¨ªctimas mortales, pese a los m¨²ltiples atentados realizados o intentados desde el asesinato, el 30 de mayo de 2003, de los polic¨ªas Bonifacio Mart¨ªn y Juli¨¢n Embid en Sang¨¹esa (Navarra). Otro polic¨ªa y un empleado de Telef¨®nica resultaron heridos.
Sin embargo, los datos obtenidos tras las desarticulaciones de comandos en estos meses reflejan una voluntad de continuar en el terror o, al menos, que ETA considera compatible un eventual di¨¢logo con el mantenimiento de los atentados. Y sin descartar incluso "poner un muerto sobre la mesa", algo ya conocido en otras tentativas negociadoras. El caso m¨¢s reciente es el atentado de Vallecas de diciembre de 1995, en el que el comando Madrid asesin¨® a seis funcionarios de la Armada. Eran los tiempos en que el Nobel de la Paz Adolfo P¨¦rez Esquivel mediaba entre la banda y el Gobierno.
Fuentes de la lucha antiterrorista creen que cabe interpretar en clave de afianzamiento interno los dos mensajes enviados por uno de los actuales jefes del aparato militar, Garikoitz Aspiazu, Txeroki, a un etarra detenido en Basauri. Txeroki orden¨® en esas misivas de enero a Javier P¨¦rez Aldunate: "Tenemos que poner muertos [uniformados] encima de la mesa cuanto antes". Y sobre el eventual proceso negociador, dec¨ªa: "Aunque el ambiente est¨¢ enrarecido, no hay nada". Los dos liberados (a sueldo) detenidos en Valencia en febrero iban a matar de forma inminente a un militar y atentar contra una comisar¨ªa y una oficina tur¨ªstica.
Pese a que el grado de infiltraci¨®n policial es enorme, como indican las sucesivas ca¨ªdas de dirigentes y activistas, las operaciones realizadas en Francia en el ¨²ltimo a?o demuestran que ETA ten¨ªa todo un arsenal listo para actuar. S¨®lo en la operaci¨®n Santuario, de octubre pasado, en la que cay¨® Antza, la polic¨ªa francesa hall¨® dos misiles antia¨¦reos rusos, 277 granadas, 84 fusiles de asalto, 166 armas cortas, unos 100.000 cartuchos, 630 kilos de Titadyne y otros 640 de sustancias para hacer bombas. Al tiempo, sus arcas siguen recibiendo dinero de la extorsi¨®n. Su verdadera crisis es de organizaci¨®n y, sobre todo, pol¨ªtica. El espacio de comprensi¨®n hacia la violencia se ha visto seriamente reducido con la entrada en escena del terrorismo islamista. En este contexto se enmarcan los comunicados y declaraciones en que ETA ofrece su "voluntad total" a una soluci¨®n, su aval a la Propuesta de Anoeta de Batasuna o la entrevista, en la campa?a electoral vasca, en que afirmaba que estaba "intentado abrir" un proceso negociador con el Gobierno.
Lo ¨²nico cierto, sin embargo, es que han transcurrido 24 meses sin v¨ªctimas mortales, el periodo m¨¢s prolongado sin asesinatos desde el registrado del 9 de abril de 1969 al 29 de agosto de 1972 (28 meses y 20 d¨ªas). Entonces eran otros tiempos y otra ETA, una organizaci¨®n que s¨®lo hab¨ªa matado a tres personas. Ahora suma m¨¢s de 800 asesinatos.
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