El Fandi se recupera de la cornada sufrida el s¨¢bado en Granada

David Fandila, El Fandi (Granada, 23 a?os), se recupera favorablemente de la cornada de 20 cent¨ªmetros recibida el s¨¢bado en la plaza de Granada, que le impidi¨® actuar ayer por segunda vez este a?o en Las Ventas. El diestro, que fue operado en la enfermer¨ªa, protagoniz¨® una tarde heroica en la que mat¨® a tres toros con dos drenajes y un fuerte vendaje en su pierna derecha. Los m¨¦dicos le recomendaron que abandonara.

La plaza de toros de Granada fue escenario en la tarde del s¨¢bado de uno de esos momentos ¨¦picos en los que, m¨¢s all¨¢ del trap¨ªo del toro o la pericia del torero, lo que se juzga es su enorme valor. David Fandila, El Fandi, cort¨® siete orejas y un rabo a los seis astados con que se encerr¨®. A tres de ellos los pasaport¨® con una cornada en la ingle que, seg¨²n los m¨¦dicos, casi se lo lleva por delante. "De anestesia general, nada", dijo a los cirujanos que le operaron de urgencia cuando le sugirieron que abandonara.

La novena corrida de la Feria del Corpus no facilit¨® la labor del matador granadino. La falta de recorrido de los dos primeros toros -de los hierros de Daniel Ruiz y Fuente Ymbro- le neg¨® los trofeos ante sus vecinos, deseosos de conced¨¦rselos. La tendencia cambi¨® en el tercero, de Garcigrande, con el que se luci¨® en las banderillas y sac¨® algunos pases de muleta rodilla en tierra. En la suerte suprema, el toro, mansurr¨®n y parado, reaccion¨® a su estocada derrotando en su ingle. El Fandi permaneci¨® colgado del cuerno derecho del animal durante dos segundos, en medio del pavor del p¨²blico.

En contra del criterio de su cuadrilla, el matador no abandon¨® el ruedo hasta que el toro no se ech¨®. Se march¨® con paso firme a la enfermer¨ªa sin la ayuda de sus subalternos, que pasearon las dos orejas que el presidente le concedi¨®. El cirujano jefe de la plaza, Jos¨¦ S¨¢nchez Ortiz, se encontr¨® con un agujero de diez cent¨ªmetros de ancho y 20 de profundidad que rozaba la femoral. El pron¨®stico era grave, seg¨²n el parte del m¨¦dico. El tratamiento: intervenci¨®n inmediata y traslado al hospital.

Pero entonces, en uno de esos momentos en los que los toreros demuestran su raza, El Fandi sobrepuso el ¨¦xito a su propia integridad f¨ªsica. Se neg¨® a ser ingresado y pidi¨® que le operaran con anestesia local. "O ¨¦ste es un extraterrestre, un ser sobrehumano o yo soy Dios", exclam¨® el cirujano a Ideal tras colocarle dos drenajes, cerrarle la herida y vendarlo. El percance coincidi¨® con el receso de 20 minutos que se produce en Granada en mitad de la corrida. La tradicional merienda duplic¨® su duraci¨®n.

El triunfo qued¨® asegurado cuando el torero volvi¨® al albero. El granadino, algo mermado, se la sigui¨® jugando en cada lance, logrando una conexi¨®n casi m¨ªstica con el p¨²blico, que lo aplaudi¨® a rabiar. Las orejas fueron cayendo en leg¨ªtima respuesta a su esfuerzo. Primero, dos; despu¨¦s, una, para terminar con un rabo. Su cuadrilla lo sac¨® a hombros por la puerta grande.