Proscritos
Lo confieso: cojo el coche por el centro de Madrid. Hoy lo que se lleva es ponerse una chapa de voluntario ol¨ªmpico, una pulsera antirracismo y tomar el metro, pero hay mucha gente que no quiere obras a cambio de acoger en su barrio un futuro lanzamiento de jabalina y que prefiere utilizar su coche para ir al cine a Callao o de tiendas por Fuencarral. Circular con tu veh¨ªculo privado por el coraz¨®n de la ciudad se est¨¢ convirtiendo en una actividad mal vista, asoci¨¢ndose a una personalidad inc¨ªvica, contaminante y ensordecedora. Julio Pozueta, experto en movilidad y colaborador de varios ayuntamientos en planificaci¨®n urbana, dijo hace dos meses en este peri¨®dico que "hay que decir a la gente que el coche es como el tabaco, malo para la salud, que contamina y gasta recursos no renovables".
Los conductores cada vez nos sentimos m¨¢s proscritos por la pol¨ªtica del Ayuntamiento. Como fumadores acorralados por la reducci¨®n de sus espacios de consumo, vemos avanzar las zonas verdes y azules como un oleaje intimidador. Ruiz Gallard¨®n tiene previsto duplicar las plazas de estacionamiento limitado el a?o que viene, minando toda la ciudad de parqu¨ªmetros, desde Barajas a Vic¨¢lvaro. Adem¨¢s, los precios se incrementar¨¢n hasta un 80% y el tiempo de aparcamiento se reducir¨¢. Los parqu¨ªmetros se han demostrado in¨²tiles para solventar la escasez de plazas libres, sin embargo, el a?o pasado el Ayuntamiento recaud¨® 29 millones de euros en monedas. Es cierto que el tr¨¢fico en el centro de Madrid es caudaloso, cada d¨ªa se desplazan cuatro millones de coches por la ciudad y uno de cada cinco est¨¢ buscando estacionamiento. Quiz¨¢ lo razonable sea dar soluciones de fluidez y de estacionamiento a todos esos ciudadanos evitando tant¨ªsimas obras y creando m¨¢s aparcamientos en lugar de empe?arse en peatonalizar, premiando continuamente al madrile?o que anda y castigando al que va sentado apretando un pedal.
La semana pasada supimos que el Ayuntamiento pretende enterrar el aparcamiento de Santo Domingo, arrebat¨¢ndole 200 preciosas plazas. A cambio, la glorieta de dicho nombre se remodelar¨¢ toc¨¢ndose con glicinias y l¨¢minas de agua. El embellecimiento de la ciudad es digno de aplauso (aunque el gusto del Ayuntamiento sea dudoso), pero es m¨¢s urgente solventar los inconvenientes circulatorios, que malhumoran diariamente a los ciudadanos, que acicalar las plazas y adoquinar las calles.
El fomento del transporte p¨²blico es imprescindible, incluso el plan de crear un tranv¨ªa quiz¨¢ sea una buena idea para agilizar el desplazamiento de los madrile?os, pero siempre que sea compatible con los coches privados. Quien lleva su autom¨®vil por Madrid es consciente de los problemas de circulaci¨®n y aparcamiento a los que se enfrenta, as¨ª como de las tarifas de gasolina o de estacionamiento que ha de pagar. Los conductores aguardamos a que, por una vez, el Ayuntamiento nos d¨¦ una buena noticia, una soluci¨®n a nuestras trabas viales en lugar de obstaculizarnos, censurarnos y prohibirnos. El reto consiste en resolver un problema, no en erradicar violentamente su causa.
Circular en coche por Madrid no es placentero, pero tiene muchas ventajas frente al transporte p¨²blico: es m¨¢s c¨®modo y, normalmente, m¨¢s r¨¢pido. La espera de ciertos autobuses resulta interminable y no todos los vagones de metro son espacial, t¨¦rmica y olorosamente agradables. Los conductores habituales, hechos a las inclemencias circulatorias y econ¨®micas del tr¨¢fico madrile?o, no dejamos de toparnos con proyectos limitadores que no responden a una situaci¨®n circulatoria tan cr¨ªtica como la que pinta el alcalde. El incremento del parque automovil¨ªstico de la ciudad es, de momento, asumible y tratable con cirug¨ªas urban¨ªsticas que no s¨®lo beneficien al paseante.
Ni existe un clamor popular por la peatonalizaci¨®n de los barrios del centro, ni los conductores protestan p¨²blicamente por los predecibles atascos. Que al menos nos dejen como estamos. Hay decenas de problemas en Madrid m¨¢s apremiantes que remodelar la M-30 o colocar c¨¢maras lectoras de matr¨ªculas en el barrio de las Letras. Parece que la voluntad de europeizaci¨®n de los pol¨ªticos pasa por concienciarnos de que tenemos un conflicto t¨ªpico de las grandes capitales del continente. Sin embargo, Madrid funciona, se asume a s¨ª misma con una naturalidad y unos recursos sorprendentes. Madrid sale del atasco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.