EE UU defiende al financiero y la UE guarda silencio
La reacci¨®n internacional fue diferente en la UE y en EE UU. Mientras los portavoces de la Comisi¨®n guardaban silencio, los estadounidenses se solidarizaban con Jodorkovski. Al conocerse la sentencia, el senador Tomas Lantos, acompa?ado de diplom¨¢ticos de la embajada estadounidense, acudi¨® al juzgado y declar¨® que pensaba presentar al Congreso un proyecto para excluir a Rusia del G-8. El presidente, George W. Bush, dijo tener la impresi¨®n de que el ex propietario de Yukos fue considerado culpable por Mosc¨² antes incluso del juicio.
Cualquiera que sean los pecados de Mija¨ªl Jodorkovski, el proceso contra ¨¦l, tal como transcurri¨®, inspira desconfianza en la justicia rusa. En una sala diminuta, los periodistas, sometidos cada d¨ªa a una criba arbitraria, seguimos la farragosa lectura por parte de las magistradas de una sentencia de m¨¢s de mil p¨¢ginas, que asum¨ªa como propios los argumentos de la acusaci¨®n. La farragosidad recordaba los discursos de la ¨¦poca comunista, construidos para ocultar y no para esclarecer.
Enjaulado, enfundado en sus vaqueros, Jodorkovski dibujaba en un cuaderno. Su madre, Marina, se sentaba frente a la presidenta del Tribunal y le sosten¨ªa la mirada. La organizaci¨®n del proceso recordaba a los m¨¦todos del KGB. Los funcionarios que regulaban la cobertura de prensa dec¨ªan trabajar para el ministerio de Justicia, y su dirigente se identificaba como Iv¨¢n Iv¨¢novich Ivanov, el nombre m¨¢s gen¨¦rico en Rusia.Al acercarse el desenlace del juicio, las medidas de seguridad se extremaron. Los manifestantes a favor de Jodorkovski fueron mantenidos a raya. Frente al juzgado aparecieron se?ales de "obras" y una columna de camiones, que hubiera dificultado una gran manifestaci¨®n.
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