El bar de los cantautores crea su propia marca
Libertad 8, plataforma de lanzamiento de artistas, funda un sello discogr¨¢fico para editar la obra de la generaci¨®n emergente
Su escenario es muy peque?o, apenas cuatro metros cuadrados, pero ha sido la plataforma de lanzamiento de cantautores m¨¢s importante de los ¨²ltimos 10 a?os. Pedro Guerra, cuando reci¨¦n llegado de Canarias a¨²n se pon¨ªa su nombre art¨ªstico completo, Pedro Manuel Guerra, lo ocup¨® durante muchos martes en 1993, y su canci¨®n Contam¨ªname, hizo el efecto certero que su t¨ªtulo encerraba. Su obra, y la de otros artistas de su generaci¨®n, se propag¨® desde ah¨ª como un virus inocuo para el que a¨²n no se ha encontrado ant¨ªdoto.
La infecci¨®n fue sutil y placentera. Se recuper¨® en Madrid el gusto por disfrutar de las canciones en voz baja, o, al menos, cantadas sin estridencias, y se le quit¨® al t¨¦rmino cantautor el tufillo intelectualoide, progre y pel¨ªn pelmazo que hab¨ªa adquirido con la anterior generaci¨®n de cantautores del fin de la dictadura. A muchos de ellos, la nueva ola y la movida madrile?a, con toda su explosi¨®n de colorido pop, les hab¨ªa aplastado a favor de una m¨²sica m¨¢s divertida e intrascendente.
El productor, compositor y cantante Paco Ortega es el director de la nueva casa de discos
En medio del rebufo que dej¨® la d¨¦cada de los ochenta, a principios de los noventa casi nadie apostaba por los cantautores. Tan s¨®lo un peque?o bar situado en el n¨²mero 8 de la calle de la Libertad, en Chueca, y que hab¨ªa adoptado, sin complicarse la vida, el nombre de Libertad 8 unos cuantos a?os antes. Lo hab¨ªa hecho en 1976, cuando el Madrid inmediatamente anterior a la movida, estallaba antes en sus bares y en las calles. Con su vecina La Vaquer¨ªa, y otros bares de la zona, fue el epicentro de aquello que se llam¨® la CoChu (Colectivo Chueca), una asociaci¨®n de vocaci¨®n cultural y l¨²dica que ven¨ªa a agitar la ciudad en los albores de la democracia en plena transici¨®n. En Libertad 8 se escuchaba entonces s¨®lo m¨²sica cl¨¢sica, lo que le hac¨ªa diferente a los bares de su entorno, m¨¢s adictos al rock. En esa elecci¨®n musical, hab¨ªa una inocente rebeld¨ªa, seg¨²n recuerda ahora Ricardo del Olmo, su propietario desde hace 15 a?os, para "no pagar a la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) los derechos de autor si pon¨ªa m¨²sica cantada en espa?ol".
Libertad 8 sobrevivi¨® a la movida con Mahler, Satie, Beethoven o Bach, pero encar¨® los noventa con dificultades y escaso de clientela, a pesar de su actitud cultural y de agitaci¨®n. Libertad 8 supo ver que en esos a?os hab¨ªa un deseo de volver a o¨ªr canciones con miga, mala leche, poes¨ªa y actitud, y que una nueva generaci¨®n empezaba a hacerlas despojados de prejuicios posmodernos.
De Canarias lleg¨® Pedro Guerra con Andr¨¦s Molina, en Madrid se les junt¨® Javier ?lvarez. Libertad 8 les cobij¨®. All¨ª encontraron el lugar adecuado para entonar sus canciones, despu¨¦s de haberlas tocado algunos de ellos por el retiro o los andenes del Metro madrile?o. Se acu?¨® entonces el t¨¦rmino Nuevos Cantautores, y Libertad 8 fue su trampol¨ªn.
Ahora, m¨¢s de 10 a?os despu¨¦s, no s¨®lo no se ha encontrado un ant¨ªdoto para lo que fue ese virus de cantautores surgidos en los noventa, sino que la propia Libertad 8 ha decido desdoblarse y propagarlo m¨¢s all¨¢ de sus cuatro paredes y sus cuatro metros de escenario. Ha creado un sello discogr¨¢fico, Libertad 8 Records, con el que pretende ofrecer en CD las canciones de los artistas que ahora tienen m¨¢s dificultades para que su obra se propague m¨¢s all¨¢ del bar, pues los tiempos vuelven a ser duros para la canci¨®n de autor.
Al primer triunvirato ?lvarez-Molina-Guerra, se fue a?adiendo artistas en su mayor¨ªa llegados desde m¨¢s all¨¢ de Madrid. Mujeres como la madrile?a Merche Corisco, la canaria Rosana, o las levantinas Inma Serrano y Esmeralda Grao, y hombres como el uruguayo Jorge Drexler, el bilba¨ªno Tontxu o los madrile?os Kiko Tovar o Ismael Serrano, se fueron bregando en ese peque?o escenario que a veces compart¨ªan con veteranos como Javier Ruibal, Luis Pastor, verdadero padrino para esa nueva generaci¨®n de cantautores j¨®venes, Pablo Guerrero, Aute o Juan Antonio Muriel.
Entre el p¨²blico, escaso al principio, pero aumentando cada noche, se ve¨ªan caras conocidas, adem¨¢s de cazatalentos de editoriales y grandes compa?¨ªas discogr¨¢ficas. V¨ªctor Manuel le pidi¨® ah¨ª una noche a un desconocido Pedro Guerra si no le importaba que con su compa?era Ana Bel¨¦n, incluyera Contam¨ªname en el ¨¢lbum que entonces estaba grabando.
El productor, compositor y cantante Paco Ortega, pareja art¨ªstica en un tiempo de Isabel Montero, es el director de Libertad 8 Records. Ayer presentaba en ese peque?o escenario el primer disco de la colecci¨®n, un recopilatorio que quiere reflejar el esp¨ªritu de aquellos primeros a?os en los que Libertad 8 se convirti¨® en el templo de la canci¨®n de autor. "Tambi¨¦n es una forma de mirar al futuro; en este primer ¨¢lbum est¨¢n los artistas que m¨¢s tocan ahora en Libertad 8. Los que no ten¨ªan compa?¨ªa hasta ahora, ya la tienen. De cada uno, haremos un disco", dijo Ortega. Vicky Gastelo, Luis Ramiro, Alejandro Mart¨ªnez, Jes¨²s M¨¢rquez, Chiqui Calder¨®n o Laura Granados son algunos de ellos.
La importancia de las canciones en la intimidad
Sostiene el cantante Jorge Drexler que se puso m¨¢s nervioso cuando actu¨® por primera vez en Libertad 8 (el 8 de febrero de 1995), que cuando el pasado febrero subi¨® a recoger su galard¨®n en la ceremonia de los ?scar, celebrada en el teatro Kodak, de Los ?ngeles.
Rosana confiesa que en Libertad 8 fue la primera vez que cant¨® con un micr¨®fono y ante desconocidos: "Antes s¨®lo lo hab¨ªa hecho entre amigos, o por tel¨¦fono".
Luis Pastor considera Libertad 8 como "el sal¨®n de casa, donde puedes cantar sin micr¨®fono, si lo deseas".
Algunas de estas revelaciones se recogen en el libreto del recopilatorio con el que se inaugura el sello Libertad 8 Records. En ¨¦l se incluyen canciones conocidas como Debajo del puente (Pedro Guerra), La frontera (Jorge Drexler), Canci¨®n del gitano (Javier Ruibal), El talism¨¢n (Rosana), Pap¨¢ cu¨¦ntame otra vez (Ismael Serrano), Uno, dos tres, cuatro (Javier ?lvarez) o Soy (Luis Pastor), con otros temas por conocer, como Tarde (Alejandro Mart¨ªnez), Sobran las palabras (Merche Corisco), Hoy (Luis Ramiro) o Desafinados (Vicky Gastelo).
En esas confesiones, los artistas reconocen su fascinaci¨®n por cantar muy cerquita del p¨²blico, algo que es inevitable en un lugar tan acogedor como Libertad 8.
La experiencia y sabidur¨ªa que otorga esa intimidad ha hecho grandes despu¨¦s a muchos de los artistas que han desfilado por los cuatro metros cuadrados de su escenario. "Hay que reconocer el valor de lugares as¨ª", se?ala Ricard del Olmo, due?o de Libertad 8. "Esta colecci¨®n que iniciamos, adem¨¢s de ser un reconocimiento a tantas dificultades por las que pasamos, sirve para poner en valor la parte cultural de nuestro trabajo. No somos s¨®lo un bar de copas. Somos un espacio de cultura. La m¨²sica popular sale de bares as¨ª", puntualiza.
Orgulloso, Del Olmo inicia una lista interminable de artistas ahora muy conocidos en el panorama musical espa?ol, que actuaron en Libertad 8 cuando nadie conoc¨ªa ni siquiera sus nombres: "Bebe, Pedro Guerra, Ismael Serrano, Hijas del Sol, Amaral, Tontxu, Gema y P¨¢vel, Compay Segundo, Habana Abierta...".
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