Ausencias

Qu¨¦ llamativo resulta que ning¨²n responsable del partido socialista haya reconocido que el tratado constitucional de la UE no es ese prodigio de virtudes que nos relataron en su momento. Ninguno de los cuadros de esa fuerza pol¨ªtica se ha atrevido a formular en p¨²blico, en paralelo, las opiniones -a menudo hipercr¨ªticas con el tratado- que ten¨ªan a bien expresar en privado.

Con enorme ingenuidad llevo varios d¨ªas en la espera, por lo dem¨¢s, de que alg¨²n responsable del citado partido se avenga a reconocer que hab¨ªa motivos sobrados para rechazar un texto que, por cierto, le corta las alas al proyecto que cabe suponer propio de la socialdemocracia consecuente. Ninguno de esos cuadros se ha atrevido a aceptar, tampoco, que no es preciso invocar esot¨¦ricas explicaciones para dar cuenta de por qu¨¦ una mayor¨ªa de franceses y holandeses ha decidido repudiar el tratado de marras. A duras penas pod¨ªa ser, claro, de otro modo cuando ning¨²n responsable del PSOE ha tenido el coraje de confesar su descontento con un referendo desgraciado, el celebrado entre nosotros en febrero, en el que sobraron los m¨ªtines y la propaganda edulcoradora, y faltaron los debates.

Es ilustrativo, en suma, que entre periodistas y tertulianos nadie reconozca responsabilidad alguna en lo que hace al ocultamiento de los problemas reales de una Uni¨®n Europea que, con toda evidencia, no es lo que retratan tantos discursos complacientes con el poder.