Jon Id¨ªgoras, el dirigente cuya biograf¨ªa resume la historia de HB
Los 15.000 simpatizantes de la izquierda abertzale que asistieron el 14 de noviembre pasado, en el Vel¨®dromo de Anoeta de San Sebasti¨¢n, a la escenificaci¨®n del giro pol¨ªtico de Batasuna con la presentaci¨®n de su propuesta de paz, presenciaron el ¨²ltimo acto p¨²blico de Jon Id¨ªgoras, su hist¨®rico dirigente de quien se puede afirmar, recordando ese d¨ªa, que muri¨® "con las botas puestas".
El apoyo del veterano portavoz -fallecido ayer en Bilbao a causa de una grave enfermedad pulmonar a los 69 a?os- era imprescindible entonces para dar credibilidad a la nueva etapa de Batasuna y ah¨ª acudi¨® como el primero, pese a su salud resentida de la grave enfermedad pulmonar que le ha mantenido muy retirado en los ¨²ltimos a?os. Y no decepcion¨®. Id¨ªgoras sac¨® al mitinero que llevaba dentro y enfervoriz¨® a un p¨²blico necesitado de emoci¨®n con su encendida ret¨®rica, de la que siempre ha echado mano Batasuna para mantener el depauperado esp¨ªritu irredento de la formaci¨®n ilegalizada.
Tras haber asistido a ese acto tan simb¨®lico para Batasuna, la muerte de Jon Id¨ªgoras cierra una densa biograf¨ªa personal que resume la historia del partido pol¨ªtico en cuya fundaci¨®n ¨¦l particip¨®.
Nacido en la localidad de Amorebieta el 3 de mayo de 1936, en el fragor de la incipiente Guerra Civil espa?ola, Id¨ªgoras comenz¨® a trabajar como aprendiz de obrero metal¨²rgico a los 14 a?os en la f¨¢brica Izar de su pueblo. Su militancia en el movimiento obrero clandestino durante el franquismo le supuso estar en la c¨¢rcel dos a?os a principios de los a?os setenta, hasta que se exili¨® al sur de Francia.
Particip¨® en la fundaci¨®n de LAB, el sindicato de la izquierda abertzale y, en 1978, estuvo presente en la constituci¨®n de Herri Batasuna, el nuevo partido de izquierda nacionalista que se neg¨® a apoyar la Constituci¨®n y el Estatuto de Gernika. Fue elegido parlamentario en las dos primeras legislaturas auton¨®micas y, junto a otros radicales de la ¨¦poca, protagoniz¨® el esc¨¢ndalo de la Casa de Juntas de Gernika al entonar el Eusko Gudariak (himno del soldado vasco) cuando el Rey iniciaba su solemne discurso de presentaci¨®n en la primera visita a Euskadi.
Durante la d¨¦cada de los ochenta Id¨ªgoras fue el rostro y la voz de Herri Batasuna que no acud¨ªa a las instituciones parlamentarias, donde ten¨ªa representaci¨®n, para no legitimarlas, pero convocaba casi diariamente ruedas de prensa para hacerse o¨ªr. En esos a?os, fue el referente oficial de una izquierda abertzale engre¨ªda y crecida por el constante protagonismo de ETA, azote de todos los partidos, y el exponente de duros mensajes pol¨ªticos plagados de contradicciones -como el no condenar la violencia e incitar, por ejemplo, al boicoteo de los productos franceses- que ¨¦l transmit¨ªa con una ret¨®rica que calaba en su militancia entre la que siempre ha gozado de admiraci¨®n. Su actividad como portavoz durante estos a?os le supuso enfrentarse a numerosas querellas y, aunque visit¨® con frecuencia los juzgados, no lleg¨® a ser encarcelado por ello.
A partir de 1986, Id¨ªgoras fue tambi¨¦n elegido diputado en el Congreso durante tres legislaturas. En 1989 estaba presente en la cena del Hotel Alcal¨¢ y sali¨® ileso del atentado en el que los diputados de HB fueron tiroteados y result¨® asesinado Josu Muguruza adem¨¢s de gravemente herido I?aki Esnaola.
Fue encarcelado en 1996 como miembro de la Mesa Nacional, pero sali¨® cuatro meses despu¨¦s tras pagar una fianza de cinco millones de pesetas, debido a sus problemas de salud. Volvi¨® a la c¨¢rcel una vez condenado pero le concedieron la libertad condicional por su salud. Aunque sin voz, estos a?os sigui¨® siendo un s¨ªmbolo para la militancia.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.