Buscad al padre
Seg¨²n la cita de Papini que abre este libro de ?lvaro Salvador (Granada, 1950), el relato de la propia vida, por vulgar que ¨¦sta sea, puede constituir una novela excelente. La palabra "novela" bajo el t¨ªtulo de la portadilla encauza la lectura en ese g¨¦nero tan el¨¢stico como el chicle. Para que El prisionero a muerte fuera una novela autoformativa can¨®nica, se habr¨ªa requerido un desarrollo lineal que mostrara al ni?o como padre del hombre (Wordsworth). Pero aqu¨ª el verdadero "padre del hombre" es el padre biol¨®gico, modesto h¨¦roe existencial cuya muerte provoca en el autor una serie de rememoraciones discontinuas del pasado lejano, y otras incursiones menos frecuentes, pero tambi¨¦n sincopadas, a su madurez, lo que rompe dicha linealidad. Este hito en la vida del sujeto coincide cronol¨®gicamente con una segunda muerte, se?alada con piedra blanca por su generaci¨®n hist¨®rica: la de Franco, ese "padre invertido" -en expresi¨®n de Valente- que camina en ra¨ªl paralelo al de su progenitor, en una correlaci¨®n anal¨®gica algo forzada. Novela de formaci¨®n, pues, ma non troppo; y libro memorial¨ªstico, aunque tampoco en exceso, porque si la reconstrucci¨®n biogr¨¢fica de las memorias despliega una educaci¨®n sentimental, aqu¨ª es s¨®lo el excipiente de una indagaci¨®n moral sobre el peso de la culpa respecto al padre, de quien el hijo se distanci¨® antes de su muerte, en aras de un dogma conyugal que aqu¨¦l, como pecador, asume y no respeta, y que el hijo, como ap¨®stata, repudia pero a cuyos adeptos les exige observancia. La muerte cierra a piedra y lodo toda posibilidad de redenci¨®n. Este sentido de la irreversibilidad se desploma sobre las espaldas del narrador, d¨¢ndole al libro la carne del tema y el esqueleto estructural: el cap¨ªtulo inicial cuenta su viaje desde Granada a Madrid para presentar su primer libro "de profesor", ignorante de que su padre agonizaba en un hospital; el ¨²ltimo refiere el viaje de regreso, sobre el fondo de un di¨¢logo imposible con el moribundo.
EL PRISIONERO A MUERTE
?lvaro Salvador
Renacimiento. Sevilla, 2005
202 p¨¢ginas. 12 euros
Confesi¨®n tr¨¦mula del amor y del remordimiento, el libro se lee de un tir¨®n. Pocos lectores lo entender¨¢n como mero ejercicio de representaci¨®n basado en la teatralidad del sujeto y en una escritura de sentimientos vers¨¢tiles, seg¨²n hab¨ªan defendido en los ochenta los granadinos de "la otra sentimentalidad", ?lvaro Salvador entre ellos: una muestra m¨¢s de que la literatura que no renuncia a la plenitud exploratoria, aun si su prop¨®sito es erigir una ficci¨®n art¨ªstica, termina siempre diciendo la verdad.
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