"La historia es violencia al pasado"
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Factor imprescindible en el an¨¢lisis del presente, la econom¨ªa es una de los ¨¢reas fundamentales en el estudio de la historia. Gabriel Tortella (Barcelona, 1936), autor de El desarrollo de la Espa?a contempor¨¢nea. Historia econ¨®mica de los siglos XIX y XX y de Introducci¨®n a la econom¨ªa para historiadores, es doctor en Derecho por la Universidad Complutense, doctor en Econom¨ªa por la Universidad de Wisconsin y catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. Partidario del revisionismo "sin furia", considera que cualquier diccionario tiene la obligaci¨®n de adoptar un tono "sereno y as¨¦ptico".
Pregunta. ?Qu¨¦ t¨¦rminos considera fundamentales para el estudio de la historia?
Respuesta. Una de las misiones b¨¢sicas de la historia es el estudio de c¨®mo funcionan las sociedades. Todas las ciencias humanas son auxiliares de la historia. Econom¨ªa, antropolog¨ªa, pol¨ªtica, historia social, del arte... encuentro que son t¨¦rminos que hay que tener en cuenta. Hay gente que cree que la historia tiene entidad en s¨ª misma y que meter las ciencias sociales en su estudio es prostituirla. Yo nunca lo he cre¨ªdo. Considero que la historia es un campo de experimentaci¨®n de estas ciencias.
P. En su campo, ?qu¨¦ conceptos es imprescindible comprender?
R. Cosas elementales como bienestar, productividad o renta nacional. La terminolog¨ªa econ¨®mica muy alambicada no es necesaria. Algunos historiadores se obsesionan con la econometr¨ªa y, a veces, m¨¢s que investigar buscan un campo en el que poder aplicar estos conocimientos. Lo que deber¨ªa ser una herramienta pasa a mandar.
P. ?Qu¨¦ palabras son esenciales en el estudio de la historia econ¨®mica?
R. Hay una serie de instituciones caracter¨ªsticas de nuestro pa¨ªs que se deben conocer. Desamortizaci¨®n es un buen ejemplo. M¨¢s all¨¢ de la historia econ¨®mica, transici¨®n ser¨ªa otro t¨¦rmino clave en la historia de Espa?a; otra palabra que hemos aportado.
P. ?C¨®mo definir¨ªa la transici¨®n?
R. Transitar es moverse de un sitio a otro, en este caso de una dictadura a un r¨¦gimen democr¨¢tico, de una forma pactada y sin grandes tensiones entre los grupos herederos del franquismo y los opositores al r¨¦gimen. En Portugal el proceso empez¨® antes, pero fue mucho m¨¢s ca¨®tico, no transitaron de forma tan arm¨®nica.
P. ?Qued¨® alguna deuda pendiente en la transici¨®n?
R. Algunos pensamos que aquello nos sab¨ªa a poco, que hubi¨¦ramos querido una transici¨®n m¨¢s radical, pero hoy creo que era una cuesti¨®n de edad. A pesar del mal sabor de boca, de lo relativamente frustrante que nos parec¨ªa el que no fuera m¨¢s radical y que muchos no pagaran las culpas, hubo cosas admirables y aquello nos ense?¨® que la pol¨ªtica es el arte de lo posible. Muchas historias de los dos bandos quedaron tapadas, pero creo que es mejor no menearlo; ser¨ªa muy inoportuno.
P. ?El nacionalismo es de alguna manera una brecha de aquel proceso?
R. No me gusta el nacionalismo ni catal¨¢n, ni espa?ol, ni norteamericano, porque considero que es una manera de ocultar asuntos bajo la alfombra; se utiliza para hacer olvidar otros problemas. En tiempos de Franco, cuando se le acusaba de algo, se defend¨ªa apelando al patriotismo, y hoy ocurre exactamente lo mismo con los nacionalistas. Es una herencia terrible de la transici¨®n; fue un grave error creerse que porque los nacionalistas eran antifranquistas, eran estupendos. Ahora, las nuevas generaciones han crecido aprendiendo unas historias pintorescas, llenas de victimismo.
P. ?Cree que el sistema de financiaci¨®n auton¨®mica es otro punto negro de aquel momento?
R. El sistema es descabellado. Uno recauda y el otro gasta, y luego llega el victimismo de nuevo, pero esta vez para ganar votos. Otro asunto es el cupo vasco, algo que nunca se debi¨® hacer. El sistema fiscal debe ser ¨²nico.
P. ?Es la econom¨ªa la herramienta imprescindible para entender el presente?
R. A largo plazo intervienen otras cosas. Econom¨ªa y pol¨ªtica forman parte de un ecosistema de retroalimentaci¨®n continuo.
P. ?Qu¨¦ palabra determinar¨¢ la historia futura?
R. Superpoblaci¨®n. ?se ser¨¢ el problema grave del siglo XXI, al que no se le presta atenci¨®n por razones ideol¨®gicas. No soy dem¨®grafo, lo digo como ciudadano. Ni la izquierda ni la derecha est¨¢n dispuestas a aceptarlo por distintos motivos. Unos porque consideran que se deben plantar reformas estructurales y otros por cuestiones religiosas. Si la poblaci¨®n mundial sigue creciendo, ?c¨®mo no va a haber hambre? Esto es algo que ya preocupaba en el siglo XIX. El propio Mills fue detenido por repartir anticonceptivos por las esquinas.
P. ?Y la tecnolog¨ªa o Internet?
R. La tecnolog¨ªa tiene una importancia fundamental y muchos conf¨ªan en que solucione todos los problemas que se est¨¢n planteando. Yo no lo creo posible, no se pueden esperar tantos milagros. Internet me parece un incre¨ªble ahorro de papel y, aunque s¨®lo mueve informaci¨®n, podr¨ªa entenderse como el equivalente a lo que supuso el ferrocarril.
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