Pontevedra quiere recuperar el buen olor

En Pontevedra a menudo huele como a podrido, seg¨²n la direcci¨®n en que sople el viento. Es el s¨ªntoma m¨¢s evidente de la contaminaci¨®n que desde hace d¨¦cadas genera la factor¨ªa de la Empresa Nacional de Celulosas (Ence). Numerosos estudios realizados desde la d¨¦cada de los setenta certifican que los fondos de la r¨ªa acumulan a su vez residuos organoclorados de mercurio y de otros derivados qu¨ªmicos vertidos por la misma f¨¢brica. La Audiencia Provincial corrobor¨® esos resultados en una sentencia que conden¨® a la direcci¨®n de la empresa, en 2002, por delito ecol¨®gico continuado.

No est¨¢ demostrada, sin embargo, la incidencia de esa contaminaci¨®n sobre la salud p¨²blica local, aunque los compuestos qu¨ªmicos y org¨¢nicos detectados en la r¨ªa son aducidos en otros contextos como factores cancer¨ªgenos, de alergias o de deficiencias respiratorias. "No es por alarmar, pero ?por qu¨¦ no iban a serlo en Pontevedra?", se pregunta Ant¨®n Masa, presidente de la Asociaci¨®n por la Defensa de la R¨ªa, que abandera desde hace 20 a?os la lucha contra Ence. La desaparici¨®n en un incendio de los archivos sanitarios de media provincia, el a?o pasado, ataja mayores seguimientos a trav¨¦s de las historias cl¨ªnicas de la poblaci¨®n. "Pero hoy tambi¨¦n hay que hablar de aseo ambiental, de calidad de vida, de econom¨ªa sostenible, y todo apunta contra Ence", a?ade Masa.

CC OO, UGT y el PP est¨¢n a favor de la permanencia de la factor¨ªa

"Nuestro primer fundamento es jur¨ªdico", se?ala el alcalde Miguel Anxo Fern¨¢ndez Lores (BNG), que gan¨® las ¨²ltimas elecciones en buena medida por su compromiso de erradicar Ence. "Lo queremos casi todos y lo dice la ley: cumpl¨¢mosla".

Se refiere, fundamentalmente, a la Ley de Costas aprobada por el Parlamento espa?ol en 1988. Entonces se dio un plazo de 30 a?os para revertir a dominio p¨²blico y desalojar del litoral las industrias que lo degradaban. A Ence le quedar¨ªan menos de 13 a?os para cumplir esa norma, de igual modo que han hecho otras industrias en ciudades como Bilbao, Barcelona o Valencia. Pero en Pontevedra no se ve mayor voluntad. "Ni me lo he planteado", respond¨ªa escuetamente a los periodistas, esta misma semana, Jos¨¦ Luis M¨¦ndez, presidente de Ence y director general de Caixa Galicia, accionista mayoritaria de la empresa. Ni ¨¦l ni ning¨²n directivo acept¨® comentar la situaci¨®n para este peri¨®dico.

"Nosotros no pretendemos el cierre de Ence, sino llegar, a trav¨¦s del di¨¢logo, a un traslado consensuado", precisa Fern¨¢ndez Lores. "Tenemos un modelo de ciudad que pasa por el objetivo primordial de recuperar la r¨ªa. Con eso propiciar¨ªamos un desarrollo sostenible en dos sentidos: del potencial marisquero, limitado por los vertidos contaminantes, y del potencial tur¨ªstico de la ciudad, como centro de las R¨ªas Baixas".

Ni el alcalde ni nadie entre los contestatarios cuestiona la continuidad de las otras dos empresas del grupo, Norfor (explotaci¨®n silv¨ªcola) y Eucalipto de Pontevedra (fabricaci¨®n de contrachapados). El traslado de Ence no tendr¨ªa que afectar a su actividad. Aunque tampoco es para lanzar cohetes los beneficios que se derivan para los productores forestales. "Tienen que competir con los precios de Uruguay y la cotizaci¨®n del eucalipto ha ca¨ªdo", se?ala el alcalde.

A Fern¨¢ndez Lores no le importa ad¨®nde pueda trasladarse la factor¨ªa. "No es mi problema ni mi competencia. Ence tendr¨¢ que cumplir la ley como el resto de las empresas. Lo saben desde 1988 y estamos a tiempo de organizarlo". No parece f¨¢cil. Surgen extra?os compa?eros de cama.

CC OO y la Federaci¨®n de Industrias Afines de UGT, con el apoyo del PP, asociaciones empresariales y de la C¨¢mara de Comercio promovieron el pasado 18 de marzo una manifestaci¨®n a favor de la permanencia de Ence. "Porque estamos convencidos de que el traslado no es posible", dice Xaime L¨®pez Colpe, secretario de Acci¨®n Sindical de CC OO. El mantenimiento de la factor¨ªa deber¨ªa complementarse, seg¨²n este sindicato, con la construcci¨®n de una f¨¢brica de papel, que cerrar¨ªa el ciclo industrial en la r¨ªa y permitir¨ªa crear 90 empleos directos y m¨¢s 270 indirectos. La empresa estadounidense Georgia Pacific hizo una propuesta en ese sentido, pero el ayuntamiento le neg¨® las licencias. "Nosotros movilizamos a 20.000 personas. A ver las que consiguen ellos", ret¨® el sindicalista a la convocatoria de ayer, convocada por m¨¢s de un centenar de organizaciones locales. "Todo el mundo ser¨¢ libre de acudir o no", respondi¨® el alcalde.