"El proceso constitucional debe seguir"
Schr?der y Chirac aseguran que cada pa¨ªs tiene el derecho y el deber de pronunciarse sobre el tratado
Gerhard Schr?der, por Alemania, y Jacques Chirac por Francia estuvieron anoche de acuerdo en Berl¨ªn en que debe continuar el proceso de ratificaci¨®n del Tratado constitucional, rechazado esta pasada semana de forma rotunda por franceses y holandeses. El maltrecho eje franco-alem¨¢n quiso demostrar que nada hay m¨¢s importante ahora que apoyar a una Europa que se tambalea, mientras el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, ped¨ªa a los l¨ªderes de la UE visi¨®n hist¨®rica y consenso para "evitar el enfrentamiento entre distintos modelos o percepciones de Europa".
Alemania y Francia no ven alternativa a la unificaci¨®n europea y quieren evitar a toda costa que la crisis de confianza creada por el no a la Constituci¨®n de franceses (54,6%) y holandeses (61,6%) degenere en una crisis generalizada en Europa. Schr?der cen¨® ayer con Chirac para perfilar la estrategia a presentar ante los jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n que los pr¨®ximos d¨ªas 16 y 17 deben analizar la situaci¨®n en Bruselas. "El canciller y el presidente coincidieron en que el proceso constitucional debe continuar", declar¨® Bela Anda, portavoz de Schr?der. "Cada Estado tiene el derecho y la obligaci¨®n de pronunciarse".
"Alemania est¨¢ dispuesta a moverse en el presupuesto", asegur¨® el portavoz de Schr?der
Barroso: "Hay que evitar un enfrentamiento entre distintos modelos o percepciones de Europa"
A ambos mandatarios les preocupa la dif¨ªcil situaci¨®n que atraviesa la construcci¨®n europea y, seg¨²n el portavoz, estuvieron de acuerdo en que no pueden abandonar a "una Europa que se tambalea". Para contribuir al alivio y ofrecer alg¨²n triunfo a la alica¨ªda moral europe¨ªsta, "Alemania est¨¢ dispuesta a moverse en el presupuesto y as¨ª lo dir¨¢ en la cumbre del 16 y 17", adelant¨® Anda. Ya hace unos d¨ªas Schr?der invit¨® a los dem¨¢s Estados a moverse, con expl¨ªcita referencia a que el Reino Unido deje de defender numantinamente su famoso cheque, por el que recupera una parte sustancial de su contribuci¨®n a la UE. A Espa?a le interesa ahora un acuerdo presupuestario para el ciclo 2007-2013, porque un retraso hasta el pr¨®ximo a?o supondr¨ªa una reducci¨®n a¨²n mayor de los beneficios de que ha estado gozando, dada su progresi¨®n econ¨®mica.
"La suerte de la Constituci¨®n queda ahora en manos de los Estados miembros. Es crucial que los Veinticinco analicen la situaci¨®n y se pongan de acuerdo sobre el camino a seguir", dijo ayer Barroso en un discurso pronunciado en Sicilia con motivo de los 50 a?os de la Conferencia de Mesina, embri¨®n de la actual UE.
La ocasi¨®n hist¨®rica fue muy oportuna y Barroso la aprovech¨® para hacer pedagog¨ªa. La Conferencia de Mesina fue convocada tras el rotundo no de 1954 en la Asamblea Nacional francesa a la creaci¨®n de Comunidad Europea de la Defensa. Aquel rechazo provoc¨® en la clase pol¨ªtica europea un trauma equiparable al que ahora ha suscitado ahora el doble repudio constitucional franco-holand¨¦s. "En vez de producirse un frenazo, los dirigentes europeos redoblaron sus esfuerzos para buscar una soluci¨®n que respondiera a las preocupaciones de sus conciudadanos, es decir la paz y la prosperidad", record¨® Barroso.
Son palabras casi id¨¦nticas a las pronunciadas por Bela Anda, antes de la cumbre de Berl¨ªn: "Hay que demostrar que no hay alternativa a la unificaci¨®n europea, que no hay alternativa a elementos fundamentales como son la libertad, la paz y el bienestar de Europa".
En los 50 a?os transcurridos entre la Conferencia de Mesina y las reuniones de emergencia de estos d¨ªas, Europa ha cambiado dr¨¢sticamente y ni las alusiones a la paz tienen hoy el mismo valor que entonces ni "unificaci¨®n europea" crea las mismas expectativas en todos los pa¨ªses miembros.
"En el pasado hubo raz¨®n para imponer desde arriba, como si fuesen los Diez Mandamientos, los textos para la construcci¨®n europea porque se ven¨ªa de la guerra. Esto ha cambiado. Las nuevas generaciones no piensan con los supuestos geopol¨ªticos de hace 60 a?os", dice John Palmer, director de European Policy Center, un centro de estudios pol¨ªticos de Bruselas. Sylvie Goulard, polit¨®loga francesa, profesora en Par¨ªs y en el Colegio de Brujas, subraya c¨®mo la primera raz¨®n que han dado los franceses para votar no es el temor al desempleo. "A los votantes les preocupaban cosas concretas como el trabajo, el crecimiento econ¨®mico y la seguridad m¨¢s que las ideas europeas", dice.
De las nutridas razones para el no de Francia y Holanda, Palmer extrae un corolario: "Los ciudadanos se sienten alienados de este proceso de construcci¨®n europea". Goulard agrega que no est¨¢ segura "de que el espl¨¦ndido s¨ª a la Constituci¨®n en el Parlamento alem¨¢n hubiese salido en un refer¨¦ndum". La casi unanimidad parlamentaria germana en favor del s¨ª se quiebra en la calle: el no gana terreno y llega al 39%, frente al 44% de s¨ªes, seg¨²n una consulta publicada ayer.Sondeos de opini¨®n en pa¨ªses que a¨²n deben votar ponen por delante al no (Dinamarca, Reino Unido y Rep¨²blica Checa) mientras avanza en otros, como Luxemburgo, de incuestionable europe¨ªsmo.
El Consejo Europeo del 16 y 17 debe decidir si seguir o no con el proceso de ratificaci¨®n. Schr?der y Chirac piden la continuidad. Barroso secunda la idea e insiste en que se debe "evitar el enfrentamiento entre distintos modelos o percepciones de Europa". Sobre la palestra se enfrentan la visi¨®n de una Europa pol¨ªtica, encarnada en el debilitado eje franco-alem¨¢n y una Europa menos pol¨ªtica, m¨¢s econ¨®mica y m¨¢s mercantil, cuyo adalid es el Reino Unido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.