"Mi lunar es malo"
Uno de cada mil espa?oles tiene un melanoma, un c¨¢ncer de piel letal. Sus claves: detecci¨®n precoz y prevenci¨®n
Era muy redondito, casi un c¨ªrculo perfecto, muy oscuro y peque?o. Era hasta est¨¦tico. Pero aquella inofensiva mancha en la oreja izquierda, a modo de piercing, result¨® casi mortal. "Me lo vio alguien hace un par de a?os. Yo nunca me lo hab¨ªa visto", recuerda ahora Olga Lamas, de 28 a?os, que ha buscado sin ¨¦xito entre sus fotos para averiguar desde cuando ese lunar formaba parte de su cuerpo. Esa peque?a mancha que primero marc¨® su oreja y, despu¨¦s, su vida.
Una nueva palabra pas¨® a formar parte de su vocabulario: melanoma. En estos dos a?os ha tenido tiempo de informarse y documentarse sobre su significado. Supo que significaba que su lunar "era malo" y que era el t¨¦rmino m¨¦dico que se utiliza para referirse al c¨¢ncer de piel m¨¢s agresivo que se conoce. Supo que su malignidad est¨¢ en funci¨®n de su tama?o y que tan s¨®lo 4 mil¨ªmetros de espesor suponen un 70% de posibilidades de muerte. El suyo ten¨ªa medio cent¨ªmetro de di¨¢metro y medio mil¨ªmetro de espesor. Un comentario fortuito la hizo llegar a tiempo.
Es el segundo c¨¢ncer m¨¢s prevalente entre los j¨®venes, tras el de test¨ªculos
Porque Olga, morenaza de ojos casta?os, aficionada a los deportes playeros y a tomar el sol en verano, tambi¨¦n supo despu¨¦s que el melanoma no se cura. Que tan s¨®lo existen tratamientos paliativos para prolongar la supervivencia y que la clave de la curaci¨®n, hoy por hoy, es detectarlo a tiempo o prevenirlo protegi¨¦ndose de las radiaciones solares.
Olga se hab¨ªa olvidado ya de todas esas largas tardes de su infancia en la playa de Santo?a (Cantabria), jugando a las palas hasta que se pon¨ªa el sol. Pero su piel no. Las c¨¦lulas de la dermis de su oreja, una de esas partes del cuerpo en las que nadie se detiene a ponerse crema protectora, recordaban perfectamente los rayos ultravioletas del sol que durante a?os penetraron hasta lo m¨¢s hondo de sus n¨²cleos y modificaron sus c¨®digos gen¨¦ticos. Primero una, luego otra, y otra c¨¦lula mutada. Y, un buen d¨ªa, como ocurre misteriosamente a¨²n en todos los procesos cancer¨ªgenos, esas c¨¦lulas empezaron a querer tener su espacio y a proliferar. En este caso, con la suerte de que parte de ese proceso era visible y ella misma not¨® que, con el tiempo, su lunar hab¨ªa crecido, incluso, se hab¨ªa abultado un poco.
La piel s¨ª tiene memoria. Esa es una de las razones por las que, cuando Olga se decidi¨® a ir al dermat¨®logo a interesarse por su lunar, tuvo que responder a cuestiones como si recordaba haberse quemado alguna vez en su infancia o haber cogido una insolaci¨®n. Preguntas que entonces le parecieron algo absurdas y para las que no ten¨ªa una respuesta clara: "Supongo que s¨ª. Al principio de cada verano, imagino".
"Dos mensajes. Uno, ante cualquier mancha oscura o modificaci¨®n de un lunar de hace tiempo, hay que ir al dermat¨®logo. Y dos, la piel no se pigmenta para embellecerse sino para protegerse". Son dos m¨¢ximas que transmite el doctor Jos¨¦ Lu¨ªs D¨ªaz P¨¦rez, jefe del servicio de dermatolog¨ªa del Hospital de Cruces en Bilbao y presidente de la Academia Espa?ola de Dermatolog¨ªa y Venerolog¨ªa, que esta semana celebraba su XXXIII congreso en Salamanca bajo el t¨ªtulo "La piel, imagen del interior".
Los datos relativos al melanoma, considerado un importante problema de salud p¨²blica en Espa?a, y recopilados en este congreso, muestran que el caso de Olga no es, ni mucho menos, aislado. Se calcula que hay un caso de melanoma por cada 1.000 habitantes en Espa?a. Es decir, "es uno de los que m¨¢s incidencia tiene", dice Manuel Fern¨¢ndez Lorente, especialista en estos tumores y perteneciente al servicio de dermatolog¨ªa del hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid. Adem¨¢s, es el segundo m¨¢s prevalente en la gente joven (20-40 a?os), despu¨¦s del de test¨ªculos, y parece que cada vez m¨¢s frecuente y m¨¢s en las mujeres que en los hombres. "Que los fotoprotectores no se popularizaran hasta los a?os 80, ha contribuido a aumentar la frecuencia con la que nos encontramos estos casos. Pero es de esperar que en unos a?os, y si la gente se sensibiliza, la curva descienda", augura D¨ªaz P¨¦rez.
Las razones por las que pieles como la de Olga, no muy blanca, desarrollan un melanoma y otras m¨¢s claras no, son un enigma. Del mismo modo que se sabe que fumar provoca c¨¢ncer pero hay no fumadores que lo padecen y fumadores que no. Parece probado que la piel clara, el mayor n¨²mero de manchas en el cuerpo, la exposici¨®n al sol -especialmente en la infancia, pero no s¨®lo-, la existencia de un caso de melanoma en la familia o haber tenido ya uno, son factores relacionados con el desarrollo de estos tumores de apariencia inocua para los legos en la materia.
El caso de Olga tiene final feliz porque le extirparon el lunar y no perdi¨® su oreja -la cirug¨ªa suele ser muy agresiva-, aunque no puede volver a tomar el sol por prescripci¨®n m¨¦dica. Pero la clave, seg¨²n los expertos, es la prevenci¨®n, a la par que avanzan las tecnolog¨ªas para facilitar su detecci¨®n. Australia, donde por la climatolog¨ªa y las caracter¨ªsticas de sus habitantes el melanoma alcanz¨® cotas alt¨ªsimas, es un ejemplo. All¨ª, las campa?as informativas y el cambio de la publicidad y, con ello, el de un canon de belleza de cuerpos morenos en ba?ador, redujeron su incidencia a niveles europeos o inferiores. As¨ª que, ahora que llega el verano y los cuerpos se desnudan, siempre ser¨¢ mejor que lo hagan con protecci¨®n.
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