Mart¨ªnez de Pis¨®n ve paralelismos entre su investigaci¨®n hist¨®rica y la restauraci¨®n de la Catedral de Vitoria
Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n (Zaragoza, 1960) ha practicado en su ¨²ltimo libro Enterrar a los muertos una suerte de investigaci¨®n que tiene muchas conexiones con la arqueolog¨ªa de la arquitectura que se lleva a cabo en la restauraci¨®n de la Catedral vieja de Vitoria, salvando todas las distancias. Pero el escritor aragon¨¦s ha visto ciertas vinculaciones entre su indagaci¨®n hasta la ra¨ªz del asesinato del profesor y traductor Jos¨¦ Robles Pazos durante la guerra civil y el proceso de recuperaci¨®n de la seo vitoriana. Ayer lo cont¨® en la capital alavesa, dentro del ciclo Encuentros con la catedral, acompa?ado por Bernardo Atxaga y el catedr¨¢tico Jos¨¦ Mar¨ªa Iturralde.
"En Enterrar a los muertos yo cuento lo que investigo y c¨®mo voy desarrollando mi trabajo, tal y como hoy he descubierto que realizan en la catedral de Vitoria", dijo el autor. En el caso de las obras del templo, le llam¨® la atenci¨®n "c¨®mo la investigaci¨®n de ra¨ªz es para corregir errores del pasado que han ido creciendo con el tiempo, como la cimentaci¨®n". Sin embargo, en su ¨²ltimo libro, Mart¨ªnez de Pis¨®n no tiene esa voluntad: "Hay una necesidad de recuperar la memoria, ya que la guerra civil es de todos y lo que ocurri¨® hay que saberlo bien".
El autor de novelas La ternura del drag¨®n o Carreteras secundarias no se ha convertido, con todo, en un historiador. "Los novelistas estamos interesados por el alma humana; yo no puedo contar la historia de la guerra civil a secas, me tengo que meter en la piel de un personaje. Por eso, a trav¨¦s de un drama familiar, como es el de Robles, cuento una parte imprescindible de aquel conflicto", comenta.
La experiencia ha sido definitiva. Como narrador, Mart¨ªnez de Pis¨®n ha vivido una satisfacci¨®n inmensa, la de "no tener que inventarte nada, s¨®lo revelar la historia que est¨¢ ah¨ª". Y tambi¨¦n ha supuesto un cambio en su manera de encarar la literatura: "Hasta ahora, me dedicaba a historias que se podr¨ªan llamar secundarias; por primera vez me he enfrentado con uno de los referentes principales de la historia de la Humanidad en el siglo XX, el de los totalitarismos".
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