Seis meses en el Alto Comisionado
Por primera vez en mi vida, a los sesenta y siete a?os, he o¨ªdo en una manifestaci¨®n contra la posici¨®n del Gobierno en la lucha antiterrorista gritos de "Peces-Barba dimisi¨®n". No eran un¨¢nimes pero s¨ª se hac¨ªan o¨ªr y se repitieron por sectores de los asistentes a lo largo de la marcha. Desde la cuna aprend¨ª de mis padres los valores de la democracia, del respeto a la voluntad popular y tambi¨¦n aprend¨ª que las personas somos seres dignos, que no tenemos precio, que somos seres de fines y que no podemos ser utilizados como medios. A lo largo de mi vida he ido enriqueciendo, racionalizando y completando esas ideas. He tenido buenos maestros como Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, que influy¨® mucho en mi condici¨®n como profesor y como persona, igual que El¨ªas D¨ªaz, Felipe Gonz¨¢lez Vic¨¦n, Norberto Bobbio, Renato Treves, o Hart. De todos ellos he aprendido respeto a los dem¨¢s, tolerancia y amistad c¨ªvica como motor de la vida p¨²blica. Estas ideas han informado siempre mis ense?anzas en Filosof¨ªa del Derecho como pueden testimoniar los miles de alumnos que he tenido desde 1963 en que inici¨¦ mi trabajo universitario. Son ya 42 a?os de docencia y tambi¨¦n de investigaci¨®n y de publicaciones. En mis libros y en mis art¨ªculos, los valores de libertad, igualdad y solidaridad, los derechos fundamentales y los principios democr¨¢ticos han inspirado siempre mis escritos, m¨¢s de 30 libros y de 70 art¨ªculos cient¨ªficos con esos contenidos difundidos en Am¨¦rica y en Europa y traducidos al ingl¨¦s, al italiano, al franc¨¦s y al portugu¨¦s.
En la vida pol¨ªtica me compromet¨ª en la lucha contra el franquismo, en la construcci¨®n de la democracia, con la Constituci¨®n, con la reforma de nuestro ordenamiento, con la presidencia del Congreso de los Diputados, entre otras experiencias en todo momento conformes y coherentes con los valores liberales, democr¨¢ticos y socialistas. Siempre me he considerado y me considero un militante del PSOE, aunque siempre con el esp¨ªritu cr¨ªtico y la distancia intelectual frente a la militancia ciega. Mi libro La Democracia en Espa?a es un signo y un ejemplo de ese talante que nunca he abandonado. He sido muy consciente de que ese sentido cr¨ªtico ha sido utilizado torticeramente por los enemigos del socialismo y a veces sacado de su contexto y generalizado injustamente. Pero la indignidad moral no puede ser excusa para no decir lo que se piensa. En mi actividad pol¨ªtica nunca he faltado al respeto a los adversarios; al contrario: he mantenido siempre una relaci¨®n cordial y me he esforzado en reconocer sus aciertos y en estudiar sus cr¨ªticas. El clima de comunicaci¨®n con todos ha sido tambi¨¦n uno de mis objetivos principales. Durante mi etapa pol¨ªtica activa hasta 1986, todos los adversarios pol¨ªticos de AP, UCD, de los comunistas o nacionalistas han sido siempre amigos o personas con las que he desarrollado una acci¨®n constructiva y eficaz. Desde 1989 he dedicado todo mi tiempo a crear una Universidad, la Carlos III de Madrid que, al cabo de los a?os, con el esfuerzo de todos (profesores, PAS y estudiantes) hemos convertido en una Universidad de prestigio y de calidad. Es el orgullo de mi vida.
En contraste con esta experiencia y con esas realizaciones, desde que el Presidente del Gobierno me nombr¨® Alto Comisionado he sentido la hostilidad del Partido Popular y del Presidente de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo. Nada m¨¢s empezar pidieron mi dimisi¨®n pese a los esfuerzos de aproximaci¨®n que hice como, por ejemplo, con el nombramiento de la Directora de la Oficina de Apoyo al Alto Comisionado, D?a. Dolores de la Fuente o con mi entrevista, larga, en un hotel cercano a su sede, con Mariano Rajoy. No han tenido ning¨²n inter¨¦s en el contenido real del trabajo del Alto Comisionado y han repetido los mismos t¨®picos en las dos intervenciones de sus portavoces en el Congreso y en el Senado, durante mis dos comparecencias: que he venido a dividir a las v¨ªctimas, que no las represento, que estamos ante una figura innecesaria y que su actual titular no es el id¨®neo para el cargo; incluso alg¨²n senador del PP me ha calificado como defensor de los terroristas, infamia que otros han repetido en art¨ªculos de peri¨®dicos y en vi?etas presuntamente de humor.
En contraste con esta imagen, el trabajo que hemos realizado en el Alto Comisionado en estos seis meses ha sido denso y eficaz. Hemos constatado, desde el primer d¨ªa, la existencia de muchos problemas de desconfianza y de recelos entre las v¨ªctimas, de muchas fallas, de indefensiones y de lagunas en el funcionamiento del sistema pese al enorme esfuerzo de los gobiernos democr¨¢ticos para atender a estas v¨ªctimas y a sus familiares. De ese estudio han salido soluciones puntuales a problemas de tratamiento psicol¨®gico, de trato igual en medallas y condecoraciones, cuidados y apoyos a v¨ªctimas estudiantes y a sus hijos, de rehabilitaci¨®n de personas con discapacidad con un programa de un mill¨®n y medio de euros con MAPFRE que hemos acordado, de ascensos honor¨ªficos a v¨ªctimas, de consideraci¨®n de justicia gratuita para ellas, de cr¨¦ditos blandos en bancos y cajas, de facilidades de acceso a la vivienda y de rehabilitaci¨®n de las mismas. Adem¨¢s, tenemos pendientes programas de ayudas para el empleo o de reserva de plazas en la Funci¨®n P¨²blica, entre otras muchas medidas. Asimismo cada d¨ªa recibimos directamente a v¨ªctimas con problemas de distinta ¨ªndole, o a quienes vienen recomendados por asociaciones o fundaciones de v¨ªctimas. El conocimiento directo de estas experiencias nos permite formular propuestas normativas generales, como las que acabo de mencionar.
El empe?o principal del Alto Comisionado ha sido avanzar en la igualdad entre las v¨ªctimas, pese a las diferencias, e incluso, a las discriminaciones existentes. Las v¨ªctimas de ETA o del GRAPO son muy distintas entre s¨ª: las hay famosas y an¨®nimas, civiles, militares y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, periodistas, pol¨ªticos, empresarios, concejales, obreros, ni?os o personas que pasaban por all¨ª; las v¨ªctimas del 11 de Marzo son igualmente resultado de la irracionalidad porque han muerto por tomar un tren a las siete y media de la ma?ana un d¨ªa aciago y siniestro. Por esta raz¨®n peleo para que monumentos y conmemoraciones sean unitarios y para que todas las
medidas que se tomen puedan favorecer a todas las v¨ªctimas. Asimismo he propiciado y defendido la apertura del plazo para solicitar los beneficios de la Ley de Solidaridad para todos los sectores que se hab¨ªan quedado fuera. Igualmente estamos a punto de implantar un espacio virtual de comunicaci¨®n inform¨¢tica entre v¨ªctimas para que puedan relacionarse f¨¢cilmente entre s¨ª.
Por fin, el tema central del trabajo del Alto Comisionado es la revisi¨®n de la Ley de Solidaridad de 1999, para evitar alguna discriminaci¨®n, para actualizar algunas cifras y para repasar algunos criterios de manera que tenga un car¨¢cter m¨¢s integral y comprensivo. El tema ha sido discutido con la Vicepresidenta del Gobierno y lo planteamos en la reuni¨®n que mantuvimos con las Asociaciones de V¨ªctimas, de la Guardia Civil y Sindicatos Policiales, los d¨ªas 26 y 27 de mayo en Colmenarejo. El asunto est¨¢ en marcha y esperamos que en las pr¨®ximas semanas nos lleguen sugerencias para impulsar esta reforma. Por cierto que la reuni¨®n de esos d¨ªas congreg¨® a todas las asociaciones, fue unitaria y al final todos apoyaron el trabajo concreto que estamos haciendo. A esto lo llamo yo luchar por la uni¨®n de las v¨ªctimas.
En el entorno de la manifestaci¨®n, comentarios desde los medios de comunicaci¨®n afines al PP y propiedad de la Conferencia Episcopal Espa?ola han multiplicado su hostilidad, su desprecio, sus insultos y sus maledicencias. Es evidente que todo lo realizado les importa poco. Han construido en este tema, con el apoyo de v¨ªctimas y familiares, muchos de ellos de buena voluntad, una operaci¨®n de acoso y derribo contra el Alto Comisionado. Seg¨²n ellos, debe ser un Secretario de Estado que no represente al Gobierno sino a las v¨ªctimas, cuando de lo que se trata es de apoyar a las v¨ªctimas desde el Gobierno.
En este rosario de sofismas y de falacias que se encadenan en sucesivos momentos la convocatoria del Presidente del Gobierno a las asociaciones de v¨ªctimas la interpretan como una desautorizaci¨®n al Alto Comisionado y como una primera etapa para su destituci¨®n. Una vez m¨¢s, su pasi¨®n y sus prejuicios les ciegan. El Presidente tiene siempre sobre la mesa mi dimisi¨®n y sabe que puede utilizarla en cualquier momento si piensa que soy m¨¢s un problema que una soluci¨®n.
Gregorio Peces-Barba Mart¨ªnez es rector de la Universidad Carlos III de Madrid y Alto Comisionado de Apoyo a las V¨ªctimas del Terrorismo.
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