Hallazgos desperdiciados

Lo m¨¢s valioso del mundo, donde se desarrolla la pel¨ªcula Rottweiler, son los pasaportes, los visados y los permisos de residencia. En definitiva, los papeles. Alberto V¨¢zquez Figueroa, guionista del filme y autor de la novela de donde parte la historia, la muy vendida El perro, ha ambientado su reescritura en el a?o 2018, en una supuesta Zona de Control de Inmigraci¨®n, en el sur de Espa?a. Una hip¨®tesis que supone uno de los pocos aciertos de esta aparatosa pel¨ªcula de acci¨®n disfrazada de un supuesto terror que nunca infunde miedo.

Brian Yuzna ha elaborado un producto de serie B con toques de casquer¨ªa que no provoca la tensi¨®n que conten¨ªa la primera adaptaci¨®n de la novela de V¨¢zquez Figueroa: El perro, dirigida en 1976 por Antonio Isasi-Isasmendi, que llev¨® a su pel¨ªcula al sucio territorio fronterizo por el que sol¨ªa deambular Peckinpah. Rottweiler desperdicia algunos hallazgos, como ese juego de rol para ni?os pijos que quieren convertirse en inmigrantes ilegales a la deriva, o esa moderna isla de leprosos, habitada exclusivamente por prostitutas, chulos, yonquis y clientes. Pero todo es tan superficial que la reflexi¨®n m¨¢s profunda del fugitivo en su huida del perro asesino es gritarle: "?Vete a la mierda!".