Merino re¨²ne en un libro a los 70 artistas "m¨¢s representativos de la cultura vasca"

La vida de Jos¨¦ Luis Merino (Bilbao, 1931) es la historia de una pasi¨®n por el arte. Fue galerista en el Bilbao de los a?os 60, despu¨¦s cr¨ªtico y siempre un aficionado atento a cuanto ocurr¨ªa en el arte contempor¨¢neo. A lo largo de los ¨²ltimos 40 a?os ha recopilado impresiones sobre el trabajo de los creadores m¨¢s cercanos y ahora ha reunido en un libro los que considera 70 nombres "m¨¢s representativos de la cultura vasca". Merino ha seleccionado "70 juicios de valor sobre 70 artistas" con el "criterio caprichoso del gusto" despu¨¦s de ponerse "en la piel" de los creadores.

Los 70 artistas elegidos por Jos¨¦ Luis Merino son pintores y escultores vascos y navarros, divididos en cuatro bloques por su provincia de origen, y ordenados cronol¨®gicamente, "desde Oteiza en adelante". En la n¨®mina figuran, entre otros, Eduardo Chillida, Amable Arias, Rafael Ruiz Balerdi, Remigio Mendiburu, Agust¨ªn Ibarrola, Dar¨ªo Urzay, Txomin Badiola, Juan Luis Moraza, Vicente Ameztoy, Andr¨¦s Nagel, Bonifacio, Pello Irazu y Xabier Morr¨¢s. La selecci¨®n tambi¨¦n ha atendido a autores de las generaciones m¨¢s j¨®venes, como Xabier Urberuaga, Edu L¨®pez, Javier Ramos o Francisco Ruiz de Infante, entre otros.

Merino asegura que no se arrepiente de sus cr¨ªticas. "Asumo mis errores, pero el arte es cr¨ªtica, es refutaci¨®n, es adentrarse a discutir a un artista que est¨¢ haciendo y descubrir las trampas, como las de los artistas que hacen lo que saben", dice. "Lo m¨¢s importante en el arte es hacer lo que no se sabe".

Despu¨¦s de tantos a?os de contacto directo con los creadores, Merino ha llegado a la conclusi¨®n de que a los artistas no les gusta la pintura o la escultura. "Les gusta su pintura o su escultura", afirma. "La diferencia es que a los cr¨ªticos nos gusta todo el arte".

"La manera de juzgar las obras de los artistas ha sido libre", explica el autor en el pr¨®logo de 70 artistas, "l¨²dica y sin cortapisas. He ido abierto al milagro formal de los colores y a la risa arco¨ªrica de las formas. Escrib¨ª al dictado de mi primera fascinaci¨®n por el arte. Casi seguido a?ad¨ª otra fascinaci¨®n, m¨¢s pr¨®xima y si cabe mayor, como es la de la escritura".

Merino se confiesa "adicto al esp¨ªritu" de Baudelaire y, como tal, cree que la cr¨ªtica de arte debe ser "divertida y po¨¦tica", lejana al fr¨ªo planteamiento "que bajo el pretexto de explicarlo todo, se despoja voluntariamente de todo temperamento".

El cr¨ªtico se?ala que escribe sobre arte movido por los sentimientos que le provoca enfrentarse a la obra, un acercamiento sin prejuicios para ver la pieza "desde la posici¨®n del artista". El proceso se repite tantas veces -"hasta siete y ocho", reconoce- como sea necesario. "Visito las exposiciones, tomo notas, dibujo, entro en el lugar del artista, me pongo en su piel, hasta ver la obra". Recomienda al p¨²blico que se acerque al arte contempor¨¢neo, mire las obras "y no deje de mirarlas hasta verlas".

La mayor¨ªa de las opiniones vertidas sobre los artistas por Merino son el resultado del estudio directo de sus obras. Otros artistas se presentan respondiendo a un cuestionario de 10 preguntas. En todos los casos, cada uno de los nombres figura acompa?ado por una cita literaria. Para su admirado Oteiza, Merino ha seleccionado una frase tomada de una carta de Mallarm¨¦ a Henry Cazalis, datada en marzo de 1864: "El vac¨ªo nos invade: el vac¨ªo se introduce donde Dios no est¨¢".

Merino defiende que la palabra escrita ayuda much¨ªsimo a comprender la expresi¨®n pl¨¢stica. "Es una gran alegr¨ªa haber ayudado a una sola persona a desbrozar un cuadro", concluye el cr¨ªtico.