En defensa de Benito Bermejo
En 1999, realizamos el documental Francisco Boix: Un fot¨®grafo en el infierno, sobre la historia de los republicanos espa?oles deportados en el campo de concentraci¨®n de Mauthausen. Ante la necesidad de dar cobertura historiogr¨¢fica a la investigaci¨®n que llev¨¢bamos a cabo, contactamos con Benito Bermejo, profesor de la UNED, que llevaba a?os trabajando el exilio de la posguerra espa?ola desde diferentes ¨¢mbitos. El encuentro no pudo ser m¨¢s acertado por cuanto Bermejo se aplic¨® a la tarea con un rigor, eficacia y entrega que fueron decisivos para el buen fin del documental. Acabado ¨¦ste, Benito sigui¨® investigando en este ¨¢mbito, profundizando en el conocimiento de la tr¨¢gica aventura de los deportados espa?oles hasta convertirse en un especialista en este tema. As¨ª fue como descubri¨® la impostura de Enric Marco como falso deportado en Flossenb¨¹rg. Que los compa?eros de ¨¦ste en la junta de la Amical de Mauthausen acusen al historiador de "inoportuno" y "malintencionado" tan s¨®lo demuestra la poca capacidad de estos gestores para analizar correctamente la situaci¨®n, para distinguir lo secundario de lo principal. Es pat¨¦tico y sorprendente observar de qu¨¦ modo estas personas mantienen la defensa de Marco: parece que les sepa mal que se le haya desenmascarado. ?Por qu¨¦? En cualquier caso, podemos asegurar que si de algo carece Benito Bermejo es del "af¨¢n de notoriedad" del que le acusan, como demuestra el hecho de que present¨® su informe exclusivamente a las partes afectadas, al igual que su silencio durante las semanas de pol¨¦mica (en la que los medios han prescindido de la fuente principal, por cierto). Aunque lo que nos parece m¨¢s grave es que se pueda encontrar una motivaci¨®n en la denuncia de Bermejo en el hecho de que sea "salmantino". Sentimos mucho tener que puntalizar a quienes merecen todo nuestro respeto por lo que les toc¨® sufrir, pero ellos deber¨ªan saber mejor que nadie que se empieza llamando "salmantinos" (o "jud¨ªos", o "polacos", o "rojos espa?oles") y se acaba encerrando a la gente en campos de concentraci¨®n.
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