Debajo de un lim¨®n verde

El tenor argentino Ra¨²l Gim¨¦nez aparc¨® anteayer por unas horas su dedicaci¨®n a los Mozart, Rossini o Donizetti y volvi¨® a su repertorio quiz¨¢s m¨¢s querido, o al menos el m¨¢s enraizado en sus or¨ªgenes, proponiendo un viaje latinoamericano a trav¨¦s de canciones. Lo hizo con la complicidad de su compatriota Andr¨¦s Maspero, y con la intenci¨®n de mostrar las esencias de unas canciones en las que la expresividad popular ha desplazado a veces la fina estampa del trazado. Canciones chilenas, brasile?as, mexicanas, peruanas y, sobre todo, argentinas han servido de eje nost¨¢lgico para el recorrido emocional de una pareja que ech¨® el resto en desentra?ar hasta el ¨²ltimo matiz de Viniendo de Chilecito, Pueblito mi pueblo, Se equivoc¨® la paloma, La rosa y el sauce, Estrellita, Canci¨®n al ¨¢rbol del olvido, e incluso la milonga Los ejes de mi carreta, para cuyo acompa?amiento Ra¨²l Gim¨¦nez recurri¨® a la guitarra. Un acierto.

Un recital emotivo, en el que cada palabra, cada s¨ªlaba, se reproduc¨ªan con delectaci¨®n, con una precisa claridad de dicci¨®n y hasta con ese puntito de emoci¨®n contenida que pod¨ªa haber llevado a la p¨¦rdida del equilibrio racional. Pero no. Lo sentimental no se apoder¨® del tono de la velada, pero s¨ª lo entra?able, y el estremecimiento saltaba en muestras como la canci¨®n popular argentina Debajo de un lim¨®n verde o en una canci¨®n de cuna india ya en las propinas. En fin.

Le van bien al estilo belcantista de Ra¨²l Gim¨¦nez estas canciones de su tierra, impregnadas de otro tipo de aromas mel¨®dicos y r¨ªtmicos, aunque siempre con un sentimiento a flor de piel, que el acompa?amiento instrumental contribu¨ªa a poner a¨²n m¨¢s de relieve.

El recital -muy bien cantado por un tenor en buena forma- desprend¨ªa as¨ª una sensaci¨®n de a?oranza compartida, de familiaridad muchas veces olvidada del idioma. Los ecos de la memoria tend¨ªan gui?os pasajeros y la sensaci¨®n de bienestar impregnaba cada parcela de este viaje imaginario.

Hay que agradecer a Ra¨²l Gim¨¦nez y a Andr¨¦s Maspero que renunciasen por un d¨ªa a repertorios m¨¢s proclives al ¨¦xito o la exclamaci¨®n, y mostrasen su lado m¨¢s argentino, m¨¢s, en definitiva, de alma latina. La ¨²ltima de las propinas, dedicada a Joaqu¨ªn Turina, sobrepas¨® as¨ª criterios geogr¨¢ficos y tendi¨® un puente para reforzar lazos afectivos. Todo el mundo sali¨® del teatro con la sonrisa puesta.