El Lebrijano se une al violinista marroqu¨ª Fai?al en su nuevo disco, 'Puertas abiertas'
El cantaor ha experimentado desde los 80 la mezcla del flamenco con la m¨²sica ¨¢rabe
En los ochenta, el cantaor Juan Pe?a, El Lebrijano (1941, Lebrija, Sevilla), realiz¨®, junto a la Orquesta Andalus¨ª de T¨¢nger, el disco Encuentros, que constituy¨® una de las primeras aproximaciones a la fusi¨®n del flamenco con la m¨²sica ¨¢rabe. Sin abandonar la pureza de su cante, volvi¨® a fusionarse con el Magreb en los a?os noventa con Casablanca. Ahora, con el violinista marroqu¨ª Fai?al Kourrich, acaba de publicar Puertas abiertas, su tercer y contundente intento de tender puentes entre las culturas de las dos orillas del Mediterr¨¢neo.
En febrero de este a?o, El Lebrijano perdi¨® a su madre, Mar¨ªa la Perrata, que le hab¨ªa ense?ado cuando era muy ni?o muchos de los secretos del cante que ¨¦l lleva por el mundo desde los a?os sesenta: "Me queda un gran recuerdo suyo; como cantaba ella no cantaba nadie. Ten¨ªa una voz limpia, timbrada". Con el joven violinista marroqu¨ª Fai?al Kourrich, art¨ªsticamente Fai?al, El Lebrijano ha dado ahora continuidad al Encuentros de 1986. Una de las canciones m¨¢s celebradas de aquel disco, El anillo, encuentra casi su final con Ya se casa la ni?a. Si se tomara en tiempo real, tratar¨ªa de uno de los noviazgos m¨¢s largos de la historia, pues la ni?a que tiraba el anillo en un lago para encontrar novio, por fin se casa. "Es verdad, parece un culebr¨®n", bromea. "Como ya encontr¨® pareja, ahora le falta que se quede embarazada y tenga un ni?o. Y que luego se le muera el marido, y que ella se ponga muy triste...".
Antes de preguntarle si eso significa entonces que la historia le va a dar para m¨¢s discos, El Lebrijano sale al paso asegurando que la fusi¨®n que ¨¦l y Fai?al proponen no se puede acabar con este disco. "Por mi parte, habr¨¢ que hacer otro o no s¨¦ cu¨¢ntos, pues entre los dos tenemos ganas de seguir. La f¨®rmula nos gusta".
A su lado, el violinista marroqu¨ª asiente, no sin antes confesar que cuando El Lebrijano hizo Encuentros, ¨¦l era todav¨ªa un ni?o, pero que en su T¨¢nger natal se tuvo mucho conocimiento de esa obra. "Como Juan con el flamenco, yo intento tambi¨¦n ser respetuoso con la m¨²sica ¨¢rabe", asegura Fai?al, que ya lleva colaborando con El Lebrijano m¨¢s de diez a?os. "Somos de la misma familia", asegura el de Lebrija.
Esas fusiones entre culturas distintas le han granjeado a El Lebrijano alguna cr¨ªtica desde el sector m¨¢s ortodoxo y purista del flamenco: "Me han llamado hereje y de todo; pero a m¨ª qu¨¦ me van a decir de purezas, que he aprendido de los m¨¢s grandes. A los puristas les digo que para hablar de puros, hablen de los coh¨ªbas que se fuma Fidel, y nada m¨¢s". Para contrarrestar esas cr¨ªticas, presume de tener una dedicatoria de pu?o y letra de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez que dice: "Cuando El Lebrijano canta, se moja el agua", y una foto dedicada de Indira Gandhi cuando pas¨® un mes en el Rajast¨¢n indio en un encuentro mundial de gitanos. "Con esas dos cosas, ya tengo el ego pagado", afirma rotundo.
El t¨ªtulo del disco, Puertas abiertas, aseguran ambos, tiene mucha carga emocional: "Lo hacemos como hermanamiento. Para reivindicar la tolerancia y luchar contra la xenofobia. Es un puente para tratarnos todos como hermanos. Lo nuestro no es m¨¢s que un intento de buena fe, de buena voluntad; la ¨²ltima palabra la tienen otros. Creemos que la m¨²sica puede que sirva para mover conciencias".
Y entre los pasajes m¨¢s emocionantes de Puertas abiertas est¨¢, sin duda, la canci¨®n Alicia, donde alejados del morbo y el espect¨¢culo, se habla de la tragedia vivida en Madrid el 11 de marzo de 2004. "Le¨ªmos la historia de una se?ora embarazada que en el atentado perdi¨® parte de la mano, pero salv¨® a la ni?a que llevaba dentro. Al nacer le puso el nombre de Alicia, y Marcos Castro le hizo una letra que nosotros musicamos. Luego conocimos a la familia, y le dedicamos en directo la canci¨®n cuando les invitamos a la presentaci¨®n que hicimos en la SGAE. Es una ni?a preciosa. Cuando la cant¨¦ delante de ella, me emocion¨¦ como pocas veces en mi vida. A Fai?al y a m¨ª nos brotaron las l¨¢grimas", recuerda Juan Pe?a. "Alicia es un s¨ªmbolo. Una vida nueva entre tanta destrucci¨®n". Con su acento andaluz caracter¨ªstico, El Lebrijano concluye que "esa ni?a est¨¢ ilumin¨¢, est¨¢ toc¨¢ por una mano divina, o algo as¨ª".
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