Puntualizaci¨®n

En la informaci¨®n sobre la visita a Washington de una delegaci¨®n de la Comisi¨®n de Exteriores del Congreso (11/6/5) se me atribuye la afirmaci¨®n de que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no viaj¨® a Washington en su primer mandato. Evidentemente esto no se corresponde con la realidad; tampoco con mis palabras. Ante la pregunta sobre una eventual reuni¨®n Zapatero-Bush, record¨¦ que Aznar tard¨® casi dos a?os en celebrar la ¨²nica reuni¨®n de su primera legislatura con el presidente de EE UU.

En cuanto al titular que encabeza la informaci¨®n ("EE UU discrepa de la pol¨ªtica exterior espa?ola sobre Cuba y Venezuela"), contiene, sin duda, un obvia realidad, pero no refleja adecuadamente, a mi juicio, el clima positivo en la relaci¨®n con Espa?a que hemos constatado los diputados espa?oles. Como declar¨®, en nombre de toda la delegaci¨®n, el presidente de la Comisi¨®n, Josep Antoni Dur¨¢n i Lleida, tras constatar el entendimiento en importantes ¨¢mbitos de pol¨ªtica exterior, las l¨®gicas divergencias existentes en la estrategia hacia Cuba -tambi¨¦n las hab¨ªa con Aznar- o Venezuela no impiden un evidente clima de normalizaci¨®n en las relaciones ni la voluntad de cooperar y complementar esas estrategias. En el caso de Cuba, no existe una visi¨®n homog¨¦nea entre los responsables norteamericanos, y alguno simpatiza abiertamente con la estrategia impulsada por Espa?a en la UE. Creo necesario destacar, tanto en el caso de Cuba como en el de Venezuela, que hemos encontrado, en todos nuestros interlocutores, respeto y comprensi¨®n hacia la pol¨ªtica de Espa?a, a la que se reconoce como un actor de primer orden en Am¨¦rica Latina. En ning¨²n momento se nos ha trasladado el discurso crispado, agresivo y catastrofista que el Partido Popular mantiene en pol¨ªtica exterior; es, la del PP, una visi¨®n que no comparte ninguna persona relevante en Washington. En palabras de un alto responsable del Consejo de Seguridad Nacional, refiri¨¦ndose a las divergencias sobre Irak y Venezuela, "no hay que mirar atr¨¢s". El mismo interlocutor valoraba muy positivamente la comunicaci¨®n entre Moratinos y Rice y la coordinaci¨®n entre los dos pa¨ªses en las crisis de Ecuador y Bolivia, al igual que la contribuci¨®n de Espa?a a la reconstrucci¨®n de Irak y la estabilizaci¨®n de Afganist¨¢n o la cooperaci¨®n en materia antiterrorista.

Igualmente, el influyente senador Norm Coleman, presidente del subcomit¨¦ que se ocupa de Am¨¦rica Latina, en referencia a la Cumbre entre Colombia, Venezuela, Espa?a y Brasil, defin¨ªa el papel de nuestro pa¨ªs en la regi¨®n como "una fuerza unificadora y positiva, un factor determinante de moderaci¨®n y estabilidad". Esa es hoy, objetivamente, la realidad de la relaci¨®n entre Espa?a y EE UU, m¨¢s rica y compleja y bien distinta de la visi¨®n apocal¨ªptica que el PP intenta proyectar.

En la reciente visita de Clinton a Madrid no hemos escuchado una sola descalificaci¨®n hacia el Gobierno de su pa¨ªs; cada cual tiene su estilo y su sentido de Estado, pero en EE UU no hemos encontrado los parlamentarios espa?oles nostalgia del pasado, sino una clara voluntad de trabajar estrecha y lealmente conel Gobierno que han votado los espa?oles. Atendiendo la petici¨®n de los diputados espa?oles, el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado va a acelerar la votaci¨®n sobre el candidato a embajador de EE UU en Madrid, una presencia necesaria para seguir fortaleciendo una relaci¨®n cuya intensidad e importancia est¨¢ muy por encima de cualquier discrepancia en nuestras estrategias y prioridades.