Inventario de los enigm¨¢ticos hongos mucilaginosos
La gran asignatura pendiente para quienes estudian la biodiversidad en la Tierra es la vida a escala microsc¨®pica, de la que se estima que se conoce menos del 1%. Un ejemplo de las rarezas que pueblan el mundo invisible a simple vista son los hongos mucilaginosos, llamados tradicionalmente as¨ª porque los mic¨®logos los han estudiado siempre como hongos, aunque no lo son; su nombre preciso es eumicetozoos, y est¨¢n a medio camino entre los hongos y los protozoos. Son de los organismos considerados tipo enigma, a¨²n muy poco estudiados. Se cree que las 1.500 especies catalogadas hasta ahora en todo el planeta son s¨®lo el 70% de las que debe de haber. Las que faltan est¨¢n en los continentes donde se han buscado menos: Suram¨¦rica, Asia y ?frica. Encontrar estas especies y hacer un inventario a escala mundial de eumicetozoos es el objetivo principal de un equipo internacional de investigadores reunidos hasta el pasado lunes en el Real Jard¨ªn Bot¨¢nico, en Madrid.
Las especies de mayor tama?o poseen finas prolongaciones que llegan a medir metros
Los hongos mucilaginosos viven en cualquier parte donde haya materia vegetal en descomposici¨®n y se alimentan de otros microorganismos como bacterias, levaduras y esporas de otros hongos. Los investigadores creen que cumplen un papel ecol¨®gico muy importante en la formaci¨®n de humus del suelo. Existen desde hace m¨¢s de 1.000 millones de a?os, antes de que aparecieran los primeros seres pluricelulares. La mayor parte de su vida son seres unicelulares heter¨®trofos que se reproducen asexualmente, pero cuando el organismo est¨¢ a punto de morir, por ejemplo al agotarse los recursos alimenticios, las c¨¦lulas se dividen y acuerdan generar una fructificaci¨®n y producir esporas, como los hongos. "Las esporas son muy resistentes, as¨ª que es una manera de asegurarse la supervivencia", explica Carlos Lado, del Real Jard¨ªn Bot¨¢nico.
En los detalles del proceso hay muchas sorpresas. Hay tres tipos de eumicetozoos, con nombres verdaderamente dif¨ªciles: mixomicetes, dictyost¨¦lidos y protost¨¦lidos. Los mixomicetes son los de mayor tama?o; sus c¨¦lulas poseen fin¨ªsimas prolongaciones que llegan a medir metros y, a veces, pueden verse a simple vista. Su gran peculiaridad es que como organismo unicelular se mueve como un protozoo, y tiene much¨ªsimos n¨²cleos.
"Es impresionante", dice Lado, especialista en mixomicetes. "Son como una c¨¦lula gigante con m¨¢s de un mill¨®n de n¨²cleos que se est¨¢n dividiendo sincr¨®nicamente, algo rar¨ªsimo". Cuando llega el momento de formar esporas, y s¨®lo entonces, esa macroc¨¦lula con infinidad de n¨²cleos se fragmenta, y cada n¨²cleo, con un fragmento de protoplasma, queda encerrado en una espora.
Las otras dos clases de eumicetozoos son m¨¢s peque?os que los mixomicetes, y m¨¢s normales durante su fase unicelular, puesto que tienen un s¨®lo n¨²cleo. Pero, de nuevo, cuando su vida se ve amenazada todas estas c¨¦lulas independientes se agregan y empiezan a funcionar como un solo organismo, que fructifica y produce esporas. Los dictyost¨¦lidos generan decenas y hasta centenares de esporas; los protost¨¦lidos, apenas una o dos. Los mixomicetes y los dictyost¨¦lidos se conocen desde hace varios siglos, pero los protost¨¦lidos, los m¨¢s simples y peque?os, desde hace apenas cuatro d¨¦cadas.
Todas estas peculiaridades est¨¢n convirtiendo a los eumicetozoos en un objetivo cada vez m¨¢s atractivo para los investigadores. En las ¨²ltimas d¨¦cadas est¨¢n siendo usados "como excelentes modelos biol¨®gicos, ya que no son pat¨®genos, se cultivan f¨¢cilmente en los laboratorios y poseen formas de vida aparentemente muy sencillas", dice Lado, que colabora con varios grupos del CSIC que usan los eumicetozoos como organismo modelo. En el caso de los mixomicetes su mero tama?o ya les hace interesantes: "El que una sola c¨¦lula pueda llegar a verse a simple vista es muy ¨²til, porque permite observar algunos de los procesos que tienen lugar en las c¨¦lulas s¨®lo con una lupa".
Pero adem¨¢s, el estudio de las se?ales que se mandan las c¨¦lulas entre s¨ª durante la fase de reproducci¨®n "es muy interesante desde el punto de vista biol¨®gico. Conocer las se?ales puede ser ¨²til para entender otros muchos procesos que desconocemos, por ejemplo c¨®mo se multiplican las c¨¦lulas cancerosas". Prueba de este inter¨¦s es la secuenciaci¨®n del genoma de uno de estos organismos, el Dictyostelium dicsoideum, publicada hace unas semanas en Science.
El proyecto de b¨²squeda de los eumicetozoos a¨²n no catalogados comenz¨® en septiembre de 2003 y durar¨¢ cinco a?os. Est¨¢ financiado por la Fundaci¨®n Nacional de la Ciencia estadounidense a trav¨¦s del programa Inventario de Biodiversidad Planetaria (PBI). Cuenta con cinco investigadores principales, dos europeos -Lado es uno de ellos- y tres estadounidenses, y en ¨¦l participan cerca de un centenar de expertos de diversos pa¨ªses.
"El objetivo es hacer un inventario mundial con la distribuci¨®n geogr¨¢fica de los eumicetozoos", explica Frederick W. Spiegel, de la Universidad de Arkansas, coordinador del programa. "Hasta ahora los hemos encontrado en todos los ecosistemas en que hemos buscado, tanto en selvas tropicales como en desiertos, o en el ?rtico".
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