Amigos esp¨ªas
Un reportaje aparecido en su peri¨®dico bajo el encabezamiento de Investigaci¨®n y An¨¢lisis, lleva por t¨ªtulo La red de amigos de Cuba. La amistad se caracteriza, como todo el mundo sabe y seg¨²n consta en el diccionario, por ser una relaci¨®n desinteresada, a diferencia de lo que ocurre con las relaciones laborales, comerciales, etc¨¦tera. Sin embargo, ya en el encabezamiento el redactor afirma: "El r¨¦gimen [la cursiva es m¨ªa] cubano cuenta, gracias a las simpat¨ªas pol¨ªticas o [de nuevo m¨ªa] a la penetraci¨®n de sus servicios secretos, con una amplia plataforma de vigilancia y apoyo en Espa?a".
Aun cuando el uso de la "o" puede denotar separaci¨®n, alternativa, es decir, o una cosa o la otra, no parece que sea ¨¦ste el caso, pues la frase no est¨¢ redactada en forma de pregunta, y flaca tarea de investigaci¨®n y an¨¢lisis habr¨ªa hecho el redactor si no hubiera conseguido saber si est¨¢ hablando de amigos o de esp¨ªas. Todo indica, por el contrario, que el investigador utiliza la "o" en el sentido de equivalencia. Es decir, para el redactor la simpat¨ªa pol¨ªtica y la penetraci¨®n de los servicios secretos es lo mismo. Y, en efecto, la primera l¨ªnea de un reportaje sobre la red de amigos, insisto, de amigos, no de esp¨ªas, esa primera l¨ªnea comienza as¨ª: "Los servicios secretos cubanos, considerados entre los m¨¢s eficaces del mundo...".
Lo cierto es que en ning¨²n momento a lo largo del reportaje se aportan pruebas acerca de esas supuestas relaciones que los amigos de Cuba tendr¨ªan con sus servicios secretos. Quiz¨¢ el reportaje debiera haber aparecido bajo el encabezamiento: "Insinuaci¨®n o an¨¢lisis". Acaso en la cabeza del periodista no quepa la idea de que miles de personas puedan comprometerse con un modelo pol¨ªtico, con unos principios y unos valores por algo que no sea el inter¨¦s mercantil ni esas oscuras fantas¨ªas de servicios secretos a que alude el periodista sin aportar un solo dato. O tal vez, simplemente, el periodista preferir¨ªa pensar que a quienes apoyamos la revoluci¨®n cubana nos han comprado y que, si fuera necesario, se nos podr¨ªa comprar para que dej¨¢ramos de hacerlo.
No resulta adecuado en un reportaje de investigaci¨®n confundir los deseos con la realidad. Parece, en todo caso, conveniente que su peri¨®dico d¨¦ alguna explicaci¨®n a miles de personas que en Espa?a apoyan la revoluci¨®n cubana sin que en su apoyo medie v¨ªnculo alguno con los servicios secretos, y s¨ª, en cambio, la amistad.
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