No me influyen

Menos de una semana para las elecciones gallegas y las promesas aumentando a un ritmo exponencial. A m¨ª, sin embargo, no me influyen: mi mujer, gallega, y yo queremos comprar un piso pero por mucho que Fraga prometiera 1.000.000 de viviendas de protecci¨®n oficial a menos de 10 millones de los de antes, eso no cambiar¨¢ mi voto. Mi empresa, gallega, con sus dos empleados gallegos, no es ninguna joya, pero aunque Touri?o me asegurase que iba a bajar las cotizaciones sociales un 50%, no cambiar¨ªa mi voto. Mis dos hijos, gallegos, van uno al colegio y otra a la guarder¨ªa, pero no hace falta que Quintana se comprometa en la gratuidad de los libros de texto: no cambiar¨ªa mi voto.

El de mi mujer s¨ª. Pero el m¨ªo nunca jam¨¢s. Es que yo no puedo ni podr¨¦ votar. Por gabacho. Quiero decir: por ser franc¨¦s. Tengo tarjeta de residente, llevo 10 a?os viviendo aqu¨ª y seguramente pasar¨¦ aqu¨ª el resto de mi vida; quiero a Galicia m¨¢s que a mi antigua tierra pero la ley no me permite votar ni en las auton¨®micas, ni en las nacionales. ?Es eso justo.