Un h¨¦roe

La m¨²sica tiene sus h¨¦roes, quienes recorren la vida siguiendo su propio dictado art¨ªstico, humildemente y al margen de los acontecimientos. Blas Rivera es uno de ellos. Este saxofonista argentino, educado musicalmente en EE UU, residente en R¨ªo de Janeiro y visitante frecuente de nuestro pa¨ªs, se sabe de todos los sitios y de ninguno. Como su m¨²sica, que recoge del jazz y del tango su esencia y consigue no ser reconocida ni por los jazzistas ni por los tangueros. La m¨²sica del sin patria, la del eterno desplazado, esa "ensalada bastarda" que no busca otra cosa que existir por s¨ª misma.

Rivera toca a su modo las composiciones de Astor Piazzolla y las suyas propias que, tambi¨¦n, suenan a Piazzolla, ser¨¢ porque al genio del tango se le toca, incluso, cuando no se toca su m¨²sica. Su Selmer Mark 6 suena a gloria y a otros tiempos, los de los grandes tenores raps¨®dicos de la historia, Dexter Gordon o el primer Gato Barbieri. A su vera tiene a dos ilustres compatriotas suyos y a una aplicada violinista gallega. No obstante, a su m¨²sica le viene bien la desnudez. Blas solo -Uno- o acompa?ado por el bandone¨®n o el viol¨ªn: imposible imaginar nada m¨¢s hermoso.