La lengua

Lo m¨¢s f¨¢cil es sacar y meter la lengua. Si todo funciona bien, el movimiento es r¨¢pido. Puedes burlarte del pr¨®jimo sin que ¨¦ste te vea. Mi perro lo hace a todas horas. No como los se?ores Gonz¨¢lez Pons y Font de Mora, que han sacado sus lenguas, naturalmente, para que hablemos la nostra llengua. Ambos presumen de lengua. La lengua de don Esteban es m¨¢s gorda, aunque no tan larga, que la de don Alejandro. Queremos comparar las jugosas lenguas de los pol¨ªticos como hacen esas personas en el cartel de la campa?a de la lengua, todas sonrientes sacando la lengua. ?Es que ofrecen su ¨®rgano anunciando un morreo en toda regla?

Hasta los pol¨ªticos menos deslenguados se han vuelto exhibicionistas. Pueden mezclar lenguas vivas y muertas, como hace el se?or Gonz¨¢lez Pons en sus discursos, mitad en castellano pijo, mitad en valenciano de la huerta. Da igual. Lo que ya no da igual es que encima de sacarnos la lengua nos saquen del bolsillo 120.000 euros, que es el coste de esta original campa?a.

Como ciudadano y contribuyente juro que sacar¨¦ la lengua en la consejer¨ªa, aunque s¨®lo sea al guarda de la puerta. La sacar¨¦ tambi¨¦n en todos y cada uno de los negociados del Ayuntamiento, a ver qu¨¦ pasa. Todos tenemos lengua y derecho a sacarla de contexto. Y naturalmente solicitar¨¦ que la se?ora Barber¨¢, y el se?or Camps, muestren sus respectivas y cotizadas lenguas antes de que se las tengan que tragar en alguna manifestaci¨®n.