Ahorrar agua en un pa¨ªs lleno de fugas

Enrique Cabrera, catedr¨¢tico de Fluidos de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia y una autoridad en Espa?a en temas de agua, publicaba hace 10 a?os en este peri¨®dico una tribuna titulada: "Algo m¨¢s grave que una pertinaz sequ¨ªa: Un pa¨ªs con una pluviometr¨ªa irregular est¨¢ condenado a sufrir peri¨®dicas crisis de p¨¢nico". Pues bien, la profec¨ªa se ha cumplido: ya ha llegado esa nueva crisis. Y la alarma se propaga, como ocurri¨® entonces.

El nivel del agua en los pantanos de casi toda Espa?a no deja de descender, el Gobierno quiere que Bruselas considere esta sequ¨ªa como una cat¨¢strofe natural para que le conceda ayudas fuera de plazo, las restricciones empiezan a afectar a los ciudadanos de Huesca y Alicante y el Ministerio de Medio Ambiente ha puesto en marcha una campa?a de publicidad para ahorrar agua.

El Gobierno quiere que Bruselas considere esta sequ¨ªa como una cat¨¢strofe natural

En Ceuta y Melilla, en lugar de desaladoras, se mejorar¨¢ la red para evitar fugas del 40%

Ahorrar agua. "S¨®lo nos acordamos de santa B¨¢rbara cuando truena", dice ahora Cabrera. Y es que ¨¦l, como la mayor parte de los expertos y estudiosos del uso de este recurso natural b¨¢sico y limitado, hace mucho tiempo que es consciente de que el agua no se ahorra en este pa¨ªs de clima mediterr¨¢neo, sino que se despilfarra en ingentes cantidades.

"Basta con ser conscientes de que entre un 30% y un 35% del agua (un 19% seg¨²n los datos del INE) que va por las redes de suministro de las ciudades se pierde en fugas", asegura Cabrera. "As¨ª que, si se trata de ahorrar, m¨¢s nos valdr¨ªa por empezar a arreglar las tripas de nuestras ciudades aunque no se vean", agrega Pedro Arrojo, presidente de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua.

Ante la ausencia de una auditor¨ªa sobre el rendimiento de las redes de abastecimiento en Espa?a, los datos que ofrecen ambos expertos est¨¢n basados en sus propios estudios de abastecimiento en distintas ciudades con un n¨²mero determinado de habitantes y de un c¨¢lculo estimativo posterior tras su extrapolaci¨®n a toda la poblaci¨®n espa?ola. No obstante, aseguran que tienen estudios que muestran que hay pueblos en Espa?a en los que se fuga hasta un 80% del agua que corre por sus tuber¨ªas.

De toda el agua que se consume en Espa?a, entre el 70% y el 80% va destinada a regad¨ªos y el 20% ¨® 30% restantes se reparte entre el uso industrial y urbano. Esto significa que el consumo humano no representa m¨¢s que entre un 10% y un 15% del total. Y, en consecuencia, ese ahorro individual al que apela ahora la ministra Cristina Narbona es algo insignificante, aunque no por ello menos necesario, dentro de lo que es el gasto.

"Es m¨¢s bien una cuesti¨®n de concienciaci¨®n que de otra cosa. Pero es importante empezar a reeducar a la ciudadan¨ªa para que empiece a entender que el agua es un bien p¨²blico en cuya conservaci¨®n debemos participar todos. Y que alcanzar niveles de rendimiento de nuestras redes de m¨¢s del 90% como los de Alemania nos costar¨¢ voluntad, esfuerzo y dinero", dice Arrojo.

Pero, como recuerda Cabrera, esto no es algo que se pueda improvisar de un d¨ªa para otro. Espa?a tiene unos kilom¨¦tricos intestinos, 100.000 kil¨®metros de tuber¨ªas aproximadamente. Muchos de ellos con m¨¢s de 100 a?os de vida y cada vez m¨¢s sobrecargados, a medida que crece la poblaci¨®n y aumenta la demanda. La inversi¨®n econ¨®mica que requerir¨ªa su revisi¨®n y modernizaci¨®n se calcula f¨¢cilmente si se tiene en cuenta que el coste aproximado de un metro lineal de tuber¨ªa es de 125 euros. Es decir, la modernizaci¨®n de la red de abastecimiento de toda Espa?a vendr¨ªa a suponer unos 12.500 millones de euros (m¨¢s de dos billones de pesetas).

En el ahorro y rendimiento del agua est¨¢ todo bastante inventado, aunque poco practicado. La clave est¨¢, seg¨²n los t¨¦cnicos y seg¨²n ha reconocido ahora el propio Ministerio de Medio Ambiente, en cambiar la filosof¨ªa. Seg¨²n Arrojo, hay que pasar de una pol¨ªtica de promoci¨®n de infraestructuras (embalses, desaladoras, trasvases...) a una optimizaci¨®n de la gesti¨®n; modernizar las redes de abastecimiento, controlar el consumo de pozos y acu¨ªferos (unos sobreexplotados y otros despreciados); instalar contadores que permitan conocer la evoluci¨®n del gasto y limitarlo en caso de necesidad; crear bancos p¨²blicos de agua como hicieron en California, que permitan comprar concesiones de agua a los agricultores cuando esa agua sea necesaria para los abastecimientos; crear una Agencia del Agua, que coordine todos los mecanismos de control y reaccione con agilidad en funci¨®n de las necesidades.; instalar circuitos cerrados en las industrias que obliguen (e incentiven al mismo tiempo) a las empresas a reciclar las aguas que utilizan y con la consecuente reducci¨®n de vertidos... Todas estas medidas ya practicadas y de acreditada eficacia en otros pa¨ªses de climatolog¨ªa similar a la de Espa?a, demuestran, seg¨²n Arrojo que "lo de los cortes de agua es algo tercermundista".

Desde el Ministerio de Medio Ambiente se asegura que la pol¨ªtica va cada vez m¨¢s en esa direcci¨®n. "Se trata de introducir la racionalidad dentro de la pol¨ªtica del agua", asegura un portavoz. "Prueba de ello es que en Ceuta y en Melilla, donde inicialmente se iban a construir desaladoras, se han programado obras de emergencia en la red urbana para evitar que se siga perdiendo el 40% del agua, como ocurre actualmente", aseguran las mismas fuentes. "Y, en Lorca (Murcia) se ha optado por la modernizaci¨®n de riegos", agrega el portavoz.

Porque al final, seg¨²n los expertos, no se trata tanto de ahorrar como de que exista la voluntad pol¨ªtica suficiente para gestionar bien un recurso que es de todos y para todos.