"Mis padres apadrinaron a 30 ni?os"
"Los Juegos Ol¨ªmpicos fueron una gran experiencia para m¨ª. Cuando llegu¨¦ a Barcelona y entr¨¦ en el estadio ol¨ªmpico, no par¨¦ de llorar al ver todo aquel espect¨¢culo. Nosotros no ten¨ªamos ni idea de c¨®mo eran unos Juegos. Mi familia viv¨ªa cerca de un lago, cerca de Johanesburgo. Mi padre, electricista, se divert¨ªa navegando con un peque?o bote. Mis padres ayudaban a ni?os que se encontraban por la calle. Adoptaron a 30. Fui a la universidad de Durban, en pleno apartheid. Hab¨ªa guerras en las ciudades. Empec¨¦ a ense?ar matem¨¢ticas y geograf¨ªa a los m¨¢s desfavorecidos en los 80. Dej¨¦ la universidad y me fui a Inglaterra, con mi barca. Compr¨¦ un coche por 75 libras y sub¨ª mi barca al techo para participar en regatas por mi cuenta. Hubo una masacre en un tren en Sur¨¢frica y s¨®lo dos meses antes de Barcelona 92 nos permitieron ir a los Juegos, en los que llor¨¦ orgulloso de ser de Sur¨¢frica, de un pa¨ªs por fin democr¨¢tico, aunque las primeras elecciones no llegaron hasta 1994. Los blancos no ten¨ªamos problemas con el apartheid. Fuimos a buenos colegios. ?ramos los beneficiados. En las manifestaciones de las universidades, la polic¨ªa apresaba a los negros. Hab¨ªa mucho miedo de que despu¨¦s de la revoluci¨®n mataran a mucha gente, pero, cuando apareci¨® Nelson Mandela y habl¨® de reconciliaci¨®n, hubo un gran alivio. En 1990 conoc¨ª en Durban a Sarno. Nunca le ped¨ª nada, pero me ayud¨® para que fuera a los Juegos. Fue m¨¢s un amigo que un sponsor. Ense?¨¦ a navegar a Solomon y Marcello. Ellos nunca tuvieron antes la oportunidad de pisar una piscina ni de nada parecido. Sus padres se pon¨ªan nerviosos cuando los ve¨ªan cerca del agua. Y ahora estamos aqu¨ª, en Valencia. Incre¨ªble: hemos ido muy lejos.
La escuela contin¨²a en marcha: seis d¨ªas a la semana, unos 170 ni?os y cuatro profesores fijos.
Por supuesto que somos inexpertos en esta Copa, pero eso es parte de nuestra gracia, de nuestras enormes ganas de aprender. Algunos de los chicos nunca hab¨ªan estado antes en un gran barco. Es la primera vez que tenemos un barco nuevo y necesitamos tiempo. No hay grandes egos. Todos estamos dispuestos a hacer de todo. Soy estratega [decide los movimientos del velero] y pocos son tan afortunados de competir a tan alto nivel. Cuando navego, soy completamente feliz. Focalizo toda mi energ¨ªa en eso. Me siento parte de la naturaleza y de los elementos".
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