Los bolivianos luchan por su petr¨®leo
Los grupos sociales exigen al nuevo Gobierno de La Paz un mayor control sobre los hidrocarburos
La propiedad de los hidrocarburos ha generado los mayores conflictos sociales en Bolivia. S¨®lo en el ¨²ltimo a?o y medio, esta cuesti¨®n forz¨® la salida de dos presidentes en uno de los periodos de mayor enfrentamiento civil en la historia del pa¨ªs. El problema sigue latente. La reciente dimisi¨®n del presidente Carlos Mesa tras la ¨²ltima revuelta, y la designaci¨®n del ex presidente de la Corte Suprema, Eduardo Rodr¨ªguez, como nuevo jefe del Estado, s¨®lo ha sido una salida a la crisis antes de que desembocara en una guerra civil. Bolivia ha ganado un poco de tiempo. Rodr¨ªguez, como ¨¦l mismo ha dicho, har¨¢ las reformas legales necesarias para la convocatoria de unas elecciones de las que salgan renovados todos los poderes p¨²blicos. Parece que la patata caliente del gas y el petr¨®leo pasar¨¢ al Gobierno siguiente.
Si la nacionalizaci¨®n del sector se lleva a cabo, ser¨¢ la tercera en la historia del pa¨ªs
Nueve de las 13 principales organizaciones sindicales, ind¨ªgenas y campesinas bolivianas piden la nacionalizaci¨®n de los hidrocarburos, con lo que hay pocas posibilidades de que el tema se enfr¨ªe. "La propiedad del gas y del petr¨®leo nunca ha dejado de ser del Estado boliviano", explica Ronald Fesi, portavoz de la C¨¢mara Boliviana de Hidrocarburos, que aglutina a las petroleras que operan en el pa¨ªs. "Por tanto, la nacionalizaci¨®n que se exige es, en realidad, una expropiaci¨®n de los activos de las compa?¨ªas. No sabemos qu¨¦ va a suceder. La ley energ¨¦tica que se aprob¨® hace casi un mes da de plazo hasta noviembre para modificar los contratos firmados por las compa?¨ªas extranjeras con la estatal Yacimientos Petrol¨ªferos Fiscales Bolivianos (YPFB), pero las empresas todav¨ªa no han sido convocadas a ninguna reuni¨®n para discutir los cambios".
"A¨²n no est¨¢ claro cu¨¢l es la pretensi¨®n de los movimientos sociales. No hay una propuesta ¨²nica", dice Carlos Arce, del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA). "Si se analizan las diferentes demandas, se concluye que para los manifestantes la ¨²ltima ley de Hidrocarburos no garantiza suficientemente la propiedad del Estado sobre el gas y el petr¨®leo. Creen que la carga fiscal de las empresas no llega al 50%, que las petroleras conservan demasiado poder sobre los ¨®rganos de control estatales y que la propiedad p¨²blica sobre los hidrocarburos se incrementa a medias. La mitad del negocio, la exploraci¨®n y producci¨®n, s¨ª pasan a YPFB, pero las de mayor valor a?adido, la de refino y comercializaci¨®n, no. YPFB deber¨ªa poder exportar no s¨®lo materia prima, sino tambi¨¦n gasolinas y gas¨®leos, como hacen otras estatales como la brasile?a Petrobras o la venezolana PDVSA", a?ade Arce.
Fuentes de Repsol YPF han se?alado que, como todos, ahora hay que dar un respiro al nuevo Gobierno y que esperar¨¢n a ver c¨®mo se desarrollan los acontecimientos. La petrolera hispanoargentina es, junto a Petrobras, el grupo extranjero con mayor presencia en Bolivia entre los 25 que suscribieron contratos para la explotaci¨®n del gas y petr¨®leo. Entre 1996 y 2004, estos grupos extranjeros invirtieron unos 3.500 millones de d¨®lares, casi la mitad del PIB boliviano. Este auge petrolero fue el que coloc¨® a las reservas de gas de Bolivia en el segundo puesto entre las de Am¨¦rica del Sur, s¨®lo por detr¨¢s de Venezuela.
Los detractores de la nacionalizaci¨®n sostienen que si se lleva a cabo, Bolivia no s¨®lo perder¨¢ la inversi¨®n extranjera que necesita para seguir desarrollando su sector, sino que, adem¨¢s, quedar¨¢ al margen de los grandes proyectos energ¨¦ticos regionales. En estos d¨ªas se ha hablado mucho en La Paz sobre las conversaciones de Argentina, Chile, Brasil, Paraguay y Uruguay con Per¨² para comprar el gas del yacimiento de Camisea. Brasilia y Buenos Aires quieren asegurarse otro proveedor aparte de Bolivia, calificado de inseguro. En cambio, los que est¨¢n a favor de refundar YPFB creen que s¨®lo con una petrolera estatal fuerte, Bolivia podr¨¢ participar en el proyecto impulsado por Venezuela, Argentina y Brasil para crear una gran empresa regional llamada Petrosur.
Si la nacionalizaci¨®n del sector de hidrocarburos se lleva a cabo, ser¨¢ la tercera en la historia del pa¨ªs. El primer desenga?o de Bolivia con una petrolera extranjera data de 1936. Tras la derrota en la guerra con Paraguay, el Gobierno boliviano no s¨®lo reproch¨® a la Standard Oil de Nueva Jersey (hoy ExxonMobil), una de las empresas del imperio petrolero de John Rockefeller, no haberle ayudado suministr¨¢ndole carburantes, sino que adem¨¢s la acus¨® de venderle petr¨®leo a sus enemigos. Con los activos de la compa?¨ªa estadounidense, Bolivia cre¨® YPFB. Una segunda nacionalizaci¨®n se produjo en 1969 con la expulsi¨®n de la tambi¨¦n estadounidense Gulf Oil a ra¨ªz de una supuesta jugarreta desleal de la compa?¨ªa con el contrato de suministro de gas a Argentina. El tercer intento tambi¨¦n tiene un origen fuertemente patri¨®tico, puesto que el detonante fue el intento de exportar gas a EE UU a trav¨¦s de Chile, el pa¨ªs que arrebat¨® a Bolivia la salida al mar tras la guerra de 1879.
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