Bajo el signo de Escorpio
?Qu¨¦ cab¨ªa esperar del escorpi¨®n? Lo que est¨¢ en su naturaleza, que pique. Descuiden, no voy a redondear la cr¨®nica entomof¨¢gica del otro d¨ªa con una receta nueva de escorpi¨®n a las finas hierbas, porque ETA de fina no tiene nada. Por mucho que quiera parecerlo. Su declaraci¨®n de que no atentar¨¢ contra cargos electos del PP y del PSOE deja la puerta abierta a que atente 1) contra quien no sea cargo electo, aunque sea del PP y del PSOE, 2) contra los cargos electos que no sean del PP o del PSOE, y 3) contra quienes no tienen nada que ver con cargos pol¨ªticos electos: ertzainas, polic¨ªas, guardia civiles, jueces, periodistas, empresarios, etc., etc. O sea. En un comunicado anterior ETA dejaba bien clara su voluntad de seguir luchando, l¨¦ase, atentando, y justificaba su necesidad de luchar en dos pilares: a) no se le ha dado la palabra a Euskal Herria (enti¨¦ndase no se le ha concedido la independencia) y b) el enemigo, es decir, quienes no somos ETA, estar¨ªamos apret¨¢ndole las clavijas a trav¨¦s del Estado de Derecho. Pero lo verdaderamente importante es que as¨ª como el comunicado dejaba meridianamente claro que seguir¨¢ con las armas, deja en la m¨¢s et¨¦rea de las indefiniciones la voluntad expresada de conseguir la paz o, dicho en los t¨¦rminos exactos del documento etarra, de "involucrarse totalmente" en un proceso de paz. No voy a repetir que ETA jam¨¢s acudir¨¢ a negociar previa entrega de las armas puesto que son las armas la que le hacen ser lo que es (y poder), y si eso es as¨ª y no est¨¢ dispuesta a declarar tregua alguna -le resultan tan costosas que recurre a pseudo-treguas sectoriales-, ?c¨®mo piensa involucrarse en un proceso de paz? Porque el otro lado de la mesa ya ha declarado que no aceptar¨¢ conversar sin entrega previa de las armas y que no har¨¢ ninguna concesi¨®n pol¨ªtica a cambio del cese de la lucha armada, s¨ª, el Gobierno lo ha declarado varias veces pero no est¨¢ de m¨¢s recordarle lo que ha dicho, como le recordaban aquellos esclavos al emperador su condici¨®n de individuo corriente susurr¨¢ndoselo cada noche en la almohada.
Da, pues, la impresi¨®n de que ETA quiere involucrarse en un proceso de paz ret¨®rico, vamos que adopta una estrategia destinada a caer bien a la gente -sobre todo a la suya- fingiendo que es ella la que tiende la mano -pero sin quitarse la pistola- y son otros -los malos- los que desean cort¨¢rsela. Nada nuevo, pues, bajo el sol, antes bien pura repetici¨®n, puro se?uelo que no se deber¨ªa tomar en serio y menos para sacar talante, digo pecho, invocando un inminente fin de ETA incluso en las mesas. Menos mal que existen individuos como De Juana Chaos para reestablecer el principio de realidad. No voy a referirme al hecho de que haya pasado 0,74 a?os de c¨¢rcel por asesinado, o a que existiera un C¨®digo que pod¨ªa castigar con 3.000 a?os y descontara pena no sobre los 3.000 sino sobre 30 (cosa que Batasuna nunca ha subrayado prefiriendo destacar lo mal que les iba a los presos), tampoco quiero mencionar el hecho de que el Gobierno vasco -en funciones- no entienda que a lo mejor no hay que dejarle salir de la c¨¢rcel pero no por aquello por lo que ya ha cumplido sino por lo que haya podido cometer despu¨¦s, no, De Juana Chaos est¨¢ ah¨ª para recordarnos su condici¨®n de asesino sanguinario, su falta de arrepentimiento y su m¨¢s que probable reincorporaci¨®n a la banda (si es que alguna vez ha dejado de pertenecer a ella), en una palabra, De Juana Chaos est¨¢ ah¨ª para recordarnos c¨®mo es ETA por debajo de las treguas y los petardos de baja intensidad. De Juana crea alarma social y lo mejor que podr¨ªa ocurrir es que se le pudiera probar que ha delinquido mientras estaba en la c¨¢rcel, porque hablar de reinserci¨®n en su caso suena a broma siniestra. Pero hay otros Chaos y escorpiones dentro y fuera de la c¨¢rcel, y frente al caos lo mejor es permanecer vigilante y no darle ocasi¨®n para que festeje como victorias las propias debilidades, ah, ni dejarle tampoco ninguna esperanza (armada).
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