XX Congreso en el Oriente Pr¨®ximo
No se parece en nada la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, al que fuera efusivo secretario general del PCUS, Nikita Jruschev. Pero lo que dijo ayer la se?orita Condi en una conferencia multitudinaria en El Cairo recuerda al acto de contrici¨®n del m¨¢ximo l¨ªder sovi¨¦tico en el XX Congreso cuando revel¨® los "errores" del partido y los cr¨ªmenes de Stalin ante unos camaradas estupefactos. La secretaria de Estado manifest¨® ayer que "durante 60 a?os mi pa¨ªs ha buscado en Oriente Pr¨®ximo la estabilidad a costa de la democracia y no ha logrado ni lo uno ni lo otro. Esto cambia ahora". Busque el lector por su cuenta, pero yo no conozco en la historia de Estados Unidos ning¨²n mea culpa de semejante rotundidad y calado. El pa¨ªs m¨¢s poderoso del planeta proclama que su pol¨ªtica en la regi¨®n m¨¢s explosiva pol¨ªtica y militarmente y de mayor importancia estrat¨¦gica para la estabilidad del mundo ha sido una interminable cadena de errores que determinaron su fracaso. Ah¨ª es nada. Y lo hac¨ªa ayer ante los dignatarios de un r¨¦gimen, el egipcio, que con la monarqu¨ªa saud¨ª ha sido el m¨¢s beneficiado de esa pol¨ªtica ahora condenada por "err¨®nea y fracasada". Despu¨¦s, para dar ¨¦nfasis al mensaje, Condoleezza Rice se fue a ver a miembros de la oposici¨®n perseguida por el r¨¦gimen de Hosni Mubarak al que antes hab¨ªa exigido algo tan inimaginable como limpieza en el proceso electoral ante los comicios de septiembre. Ni Mubarak ni la casa real del ag¨®nico rey Fahd tuvieron ayer su mejor d¨ªa. Rice viaj¨® a continuaci¨®n a Arabia Saud¨ª, a cuya monarqu¨ªa exhort¨® desde El Cairo a poner fin a la represi¨®n a la disidencia y a la negaci¨®n a la mujer de sus derechos.
Tampoco fue buena la jornada de ayer para otro dictador de la regi¨®n, el joven presidente sirio Bachar Assad, que presencio un nuevo cap¨ªtulo del desmantelamiento de su poder en L¨ªbano. El m¨¢s radical adversario de nuevas componendas con Damasco, Saad Hariri, hijo de Rafia Hariri, el ex primer ministro asesinado en febrero pasado, se ha erigido en vencedor en las elecciones con lo que el Gobierno prosirio de Lehoud puede tener los d¨ªas contados. A la retirada total del Ej¨¦rcito sirio que concluy¨® recientemente, y tras la previsible ca¨ªda de Lehoud, comenzar¨¢ la dura tarea de desactivar al otro ej¨¦rcito sirio no uniformado y tan bien infiltrado en las fuerzas armadas y la polic¨ªa libanesa como lo han permitido los 30 a?os de hegemon¨ªa de Damasco en Beirut. La nueva reordenaci¨®n de Oriente Pr¨®ximo est¨¢ plenamente en marcha y, aunque pueda irritar a muchos, se produce a grandes rasgos de acuerdo con los planes esbozados por los trotskistas del Pent¨¢gono, los neoconservadores intervencionistas que la idearon y que prepararon la guerra en Irak como factor desencadenante. La condena de Rice a la pol¨ªtica de Washington en la regi¨®n desde la posguerra es un paso m¨¢s en esta direcci¨®n como lo es la destrucci¨®n de los asentamientos israel¨ªes en la franja de Gaza.
Junto a la frontera siria est¨¢ la ciudad turca de Antakya (Antioquia) que Mustafa Kemal, Atat¨¹rk, arrebat¨® a Damasco en 1938 mediante un refer¨¦ndum auspiciado por Francia. Hasta el pasado a?o toda su provincia aparec¨ªa en los mapas sirios como territorio propio. Aqu¨ª, donde San Pedro y San Pablo establecieron su primera iglesia cristiana en una inmensa gruta del monte Silpius y los romanos construyeron, uno siglo despu¨¦s, junto a las cataratas de Dafne, la urbanizaci¨®n de veraneo m¨¢s elegante y sofisticada del Imperio, el Gobierno turco y la Comisi¨®n europea han reunido estos d¨ªas a diplom¨¢ticos, analistas y periodistas para estudiar la nueva situaci¨®n de Turqu¨ªa tras la debacle de la UE en su cumbre de Bruselas. Nadie es sinceramente optimista en Turqu¨ªa, por mucho que el Gobierno de Erdogan insista en que las negociaciones para el ingreso se iniciar¨¢n como est¨¢ previsto el 3 de octubre gracias, por supuesto, a propios m¨¦ritos. Pero el sentimiento de agravio de los turcos hacia Europa crece por momentos. Como dicen algunos, "nada excluye que cuando quieran ellos, en 20 a?os, nosotros no queramos". Qui¨¦n sabe c¨®mo ser¨¢ Oriente Pr¨®ximo entonces y quien puede vaticinar qu¨¦ ser¨¢ de Europa.
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