El orden
Hay que atender al orden, saber que lo primero es lo primero, es decir, ir por partes para no hacerse un l¨ªo con las partes, lo cual resultar¨ªa doloroso, inc¨®modo y de mala educaci¨®n. Nada de levantar la casa por el tejado. Los mundos al rev¨¦s se sostienen tan s¨®lo en las ilustraciones de Grandville y en los poemas sat¨ªricos y melanc¨®licos del buen Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo. ?Pero qu¨¦ es lo primero? Ah¨ª est¨¢ la cuesti¨®n capital, la madre del cordero, el meollo del asunto. Esa es la clave. Primero las mujeres y los ni?os, dec¨ªan en los cl¨¢sicos naufragios. Cada d¨ªa, sin embargo, hay un naufragio en el que no nos basta con seguir esa norma benem¨¦rita. Hay, por lo tanto, que establecer un orden de preferencias y de prioridades. Cada d¨ªa usted y yo, apreciado lector o lectora, tenemos que elegir y descartar: carne o pescado, monte o playa, metro o tranv¨ªa. Todo depender¨¢ de cada uno.
"Antes roja que rota", dec¨ªan los espa?oles bienpensantes en la guerra civil. Ese era el orden l¨®gico porque no cab¨ªa otro en sus cabezas ni en sus corazones: una Espa?a enteriza de piedra berroque?a, eterna y monol¨ªtica. La unidad de la patria era lo prioritario, y el enrojecimiento un mal menor comparado con el centrifugado secesionista. Antes que viscerales anticomunistas, los espa?oles bienpensantes de los a?os treinta (y me barrunto que los del a?o en curso) eran nacionalistas constitucionales (no confundir con constitucionalistas, que esa historia es distinta). El caso es que ten¨ªan su orden de prioridades perfectamente definido. El orden resultaba para ellos de meridiana claridad: lo primero era Espa?a.
Todos los espa?oles bienpensantes (que seg¨²n fuentes gubernamentales no alcanzan los 200.000 y seg¨²n ellos mismos superan el mill¨®n) se re¨²nen ahora en Madrid y nos recuerdan que lo primero es la familia, amenazada de muerte, al parecer, por la reforma que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ellos lo tienen claro; no les cabe la m¨ªnima duda de que los matrimonios gays, lo mismo que el divorcio, acabar¨¢n tarde o temprano con la familia. Hay que lanzarse por lo tanto a la calle en su defensa: la familia cristiana est¨¢ en peligro de extinci¨®n, anuncian, a pesar de que muchos de los manifestantes (excepci¨®n hecha de los obispos y dem¨¢s religiosos de menor rango) pastorean familias que recuerdan a la de Alberto Closas en aquella pel¨ªcula de Fernando Palacios titulada ni m¨¢s ni menos que eso: La gran familia. Han salido a la calle a defender el orden natural de las cosas seg¨²n ellos mismos. Bien.
El conflicto lo tienen ahora esos homosexuales del PP al que PP ha colocado en un brete al apoyar tan expl¨ªcitamente la manifestaci¨®n del s¨¢bado. Algunos amenazan con sacar del armario a sus barandas a que se oreen un poco. Antes que militantes del PP son ciudadanos homosexuales que sienten menoscabados sus derechos, aunque tambi¨¦n habr¨¢ otros que antes que homosexuales militantes se consideren miembros del PP. La obediencia debida rige en las organizaciones pol¨ªticas m¨¢s que en el mismo ej¨¦rcito.
Obedecer es amar, como saben muy bien los obispos que acudieron a la manifestaci¨®n madrile?a pero no fueron vistos en ninguna de las muchas que salieron a la calle en contra de la guerra de Irak, condenada por Juan Pablo II y gracias a la cual millares de familias han volado literalmente por los aires, se han volatilizado o desmembrado de manera brutal. Tampoco fueron vistos en aquellas masivas manifestaciones celebradas a lo largo y lo ancho del pa¨ªs y sus di¨®cesis los cat¨®licos miembros del PP que esta vez han salido en legi¨®n. Antes que cat¨®licos practicantes y devotos del Papa difunto eran y son pol¨ªticos del Partido Popular. Lo primero era y es lo primero: lo primero era Aznar y su pol¨ªtica de acatamiento a Bush. Lo primero era estar en esa guerra junto a Estados Unidos. "Antes que el Papa, el PP", parec¨ªan decirnos sonrientes.
Todo es cuesti¨®n, ya digo, de establecer un orden de preferencias. Hace tiempo que descubrimos que los matarifes de ETA, antes que matarifes de izquierdas, eran matarifes nacionalistas. Ahora prometen que ya no matar¨¢n cargos electos del PP y del PSE. Pero es que un cargo electo, antes o al mismo tiempo, suele ser otras cosas: sindicalista, profesor, paseante e incluso homosexual. A ver a qui¨¦n apuntan esta vez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.