Nadal aterriza con comodidad en la hierba
El espa?ol exhibe su fiereza habitual, resuelve un partido c¨®modo ante Spadea y conquista a la afici¨®n londinense
Rafael Nadal no tiene el instinto b¨¢sico para jugar en la hierba, pero conoce el tenis al dedillo y compite con una fiereza que invita a sus rivales al des¨¢nimo. Vincent Spadea, un buen jugador estadounidense, termin¨® desmoralizado frente al joven campe¨®n espa?ol, que se encontr¨® con el adversario perfecto para aterrizar en Wimbledon. Spadea le dio juego en el sentido m¨¢s estricto de la palabra. Permiti¨® a Nadal un partido c¨®modo, sin ninguno de los problemas que generan los especialistas en hierba. Jugador de fondo de pista, correcto pero sin ning¨²n rasgo de genialidad, Spadea fue la v¨ªctima perfecta para Nadal, que venci¨® en tres sets: 6-4, 6-3 y 6-0.
La secuencia del resultado dice todo del partido y del tipo de tenista que es Nadal. Gana por destrucci¨®n. Spadea aguant¨® con cierta firmeza en el primer set, dio alguna muestra de debilidad en el segundo y se entreg¨® en el tercero. No soport¨® la presi¨®n que ejerci¨® Nadal en el partido. Es cierto que el tenista espa?ol extra?¨® en ocasiones la pista, como si no reconociera ciertas reacciones de la pelota en la hierba, pero su dominio fue aplastante. Gan¨® todos los puntos que debi¨® ganar y no perdi¨® ninguno de los que pudo perder. Esa cualidad est¨¢ relacionada con su capacidad competitiva y con un minucioso conocimiento del juego.
Aunque el tenis es casi otro deporte cuando se disputa en la hierba -la belga Justin Henin, ganadora en Roland Garros, fue eliminado ayer por la griega Eleni Danilidou-, Nadal aprovech¨® todo aquello que le distingue en las pistas de tierra. Su maravilloso drive le dio los puntos necesarios en los momentos precisos del partido. Respondi¨® con un eficaz rev¨¦s para defenderse y se impuso en los puntos m¨¢s trabajosos. No cometi¨® fallos. Los errores fueron de Spadea, que comenz¨® con energ¨ªa y termin¨® desmoralizado. No encontr¨® nunca un resquicio para comprometer a Nadal, cuya respuesta fue perfecta. Expres¨® su autoridad de tal manera que cada set fue m¨¢s corto que el anterior.
Generalmente Wimbledon es un torneo que los tenistas m¨¢s j¨®venes comienzan a disputar en las pistas m¨¢s alejadas de la m¨ªtica central. Juegan entre el bullicio de los miles de aficionados que recorren el viejo recinto y se detienen aqu¨ª y all¨¢ para presenciar un partido. Para tenistas de la edad de Nadal el sue?o es llegar un d¨ªa a la pista central, un sue?o que muy pocos cumplen. Nadal lo ha cumplido inmediatamente. En su segunda intervenci¨®n en Wimbledon -hace dos a?os fue eliminado en la tercera ronda- ha debutado en la central, como cuarto cabeza de serie nada menos. Es el efecto de su consagraci¨®n. Pocos jugadores han levantado tanta expectaci¨®n en los ¨²ltimos a?os. A los rectores de Wimbledon les ha importado poco su inexperiencia en el torneo o las dudas que puede plantear en la hierba. El chico tiene gancho y hay que aprovecharlo. As¨ª que a la pista central.
Sustancialmente no cambi¨® su juego. Jug¨® casi siempre en la l¨ªnea de fondo y se anim¨® pocas veces a volear. Cuando lo hizo, estuvo impecable. Dio la sensaci¨®n de procesar positivamente todos los datos de su respuesta a la hierba. No perdi¨® ni un solo juego, rest¨® perfectamente y aprovech¨® todos los momentos cruciales del duelo. En el primer set, rompi¨® el servici¨® de Spadea en una ocasi¨®n. Suficiente. En el segundo, se lo arrebat¨® pronto y no se permiti¨® ninguna concesi¨®n. En el tercero gan¨® todos los juegos. Por el camino dej¨® todos los detalles que le hacen singular. Aunque juega en el fondo de la pista, Nadal no es un jugador aburrido. Su drive es magn¨ªfico, sus restos plantean graves dificultades a sus rivales y siempre deja lo mejor para los momentos m¨¢s complicados. Es el t¨ªpico atleta que se crece frente a la adversidad, lo contrario que Spadea y la mayor¨ªa de los tenistas. Esa caracter¨ªstica impagable le convierte en un jugador excitante.
Frente a Spadea jug¨® con una naturalidad que seguramente no podr¨¢ desarrollar frente a los especialistas en la hierba. Spadea no es un ca?onero de saque y ataque en la red. Es un tipo tranquilo que se maneja bien en el fondo de la pista, escaso equipaje para progresar en Wimbledon. Nadal puede tener caracter¨ªsticas parecidas, pero es otro tipo de tenista, mucho m¨¢s complejo, un jugador que es a la vez competitivo y anal¨ªtico, apasionado y fr¨ªo cuando conviene. Y siempre, una esponja. Aprende mucho y r¨¢pido. Ayer se sent¨ªa satisfecho despu¨¦s del partido: "S¨¦ que no puedo ganar este a?o el torneo y s¨¦ que Federer, Hewitt, Roddick y Henman son mejores que yo en la hierba, pero el partido me ha servido para pensar que puedo jugar bien aqu¨ª". El mensaje est¨¢ claro. Sus principales adversarios saben que el chico tambi¨¦n tiene apetito en Wimbledon. Y eso le hace temible ante cualquiera.
Hombres: A. Roddick (EE UU)-J. Vanek (R. Che.): 6-1, 7-6 (7-4) y 6-2. Calatrava-T. Ketola (Fin): 6-4, 7-6 (7-4) y 6-4. F. Santoro (Fra.)-S. Wawrinka (Sui.): 6-2, 6-7 (7-9), 7-5 y 6-1. D. Tursunov (Rus.)-Almagro: 7-6 (7-2), 7-6 (7-4) y 6-1. Tim Henman (RU)-J. Nieminen (Fin.): 3-6, 6-7 (5-7), 6-4, 7-5 y 6-2. Garc¨ªa-Lopez-Ferrer: 6-3, 6-2 y 7-6 (9-7). G. Muller (Lux.)-Mantilla: 5-4 y abandono. Mujeres: Srebotnik (Esln.)-A. Medina: 6-3 y 6-3. (R. Che.): 6-2 y 6-4. Petrova (Rus.)-V. Ruano: 4-6, 6-3, 6-2. C. Martinez-Bondarenko (Ucr.): 6-1 y 7-6 (7-4).
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