Los siete pecados capitales, por lo menos

Lo que se propone en 7Sins es convertirse en un canalla. Subir en el escalaf¨®n social sin ning¨²n pudor, pisando a todo aquel que ose plantarle cara. De no ser nadie, se pasar¨¢ a formar parte de la clase m¨¢s importante e influyente de la ciudad Apple City (por aquello de la manzana del pecado original) si se visitan los puntos de inter¨¦s que har¨¢n que crezca la importancia econ¨®mica y la fama entre los especuladores.

Adem¨¢s de subir en la escala social, tambi¨¦n habr¨¢ que convertirse en un lig¨®n o m¨¢s bien un cr¨¢pula, para intentar beneficiarse a todas las chicas que se pongan a tiro. As¨ª pues, este juego tambi¨¦n explota el fil¨®n de los llamados juegos para adultos como Singles: ?En tu casa o en la m¨ªa?, Playboy: The mansion o quiz¨¢ el m¨¢s inocente de ellos Leisure Suit Larry: Magna cum laude.

7Sins no destaca por su calidad gr¨¢fica ni por su capacidad de mantener delante de la pantalla al jugador; es simplemente un producto que llama la atenci¨®n porque intenta realizar virtualmente las fantas¨ªas sexuales del, principalmente, hombre. Por ello, el principal p¨²blico receptor de un disco como ¨¦ste son jugadores casuales. ?Al sexo por el videojuego!

La acci¨®n se contempla desde una perspectiva en tercera persona. Los personajes, incluido el protagonista, pululan por los escenarios en unas correctas tres dimensiones.

De alguna manera bebe de las fuentes de Los Sims y en algunos aspectos llegan a parecerse, aunque obviamente son productos diferentes. Gr¨¢ficamente no es un alarde de la ¨²ltima tecnolog¨ªa, tanto el n¨²mero de pol¨ªgonos como las animaciones pod¨ªan haberse cuidado un poco m¨¢s.

Una de las pruebas consiste en centrar la vista en los pechos de una posible conquista. Tanto el vocabulario como las situaciones son expl¨ªcitos. Es la principal baza de 7Sins. Las escenas de sexo desenfrenado y sadomasoquismo son comunes, as¨ª como el flirteo con transexuales.