El abrazo de la ciudadan¨ªa
Las cuartas Jornadas de Solidaridad de Gesto por la Paz se centran en el reconocimiento social de las v¨ªctimas de terrorismo
El reconocimiento a las v¨ªctimas ha centrado las IV Jornadas de Solidaridad con la V¨ªctimas organizadas por Gesto por la Paz en Bilbao. Durante dos jornadas, los d¨ªas 21 y 22 de junio, ocho ponentes, entre los que se encontraban cinco v¨ªctimas de terrorismo, explicaron c¨®mo creen que deber¨ªan ser los actos de reconocimiento a quienes ha padecido el zarpazo de ETA y c¨®mo se sienten ante ellos o ante su ausencia.
El primer d¨ªa cont¨® con las intervenciones del profesor de la Universidad de Deusto Galo Bilbao y del asesor del gabinete del Alto Comisionado de apoyo a las V¨ªctimas, Ignacio P¨¦rez. Adem¨¢s, la jornada incluy¨® el testimonio directo de Maixabel Lasa, viuda de Juan Mar¨ªa Jauregui, asesinado por ETA en 2000, y actual directora de V¨ªctimas del Gobierno vasco, y de Amaia Guridi, viuda de Santiago Oleaga, asesinado en 2001. Todos ellos intentaron desbrozar lo que supone el reconocimiento.
Lasa y Guridi hablaron del papel de los ayuntamientos como agentes m¨¢s cercanos
Galo Bilbao defini¨® seis elementos constitutivos de ese concepto: volver a conocer a las v¨ªctimas, rescatarlas; incorporar su mirada; identificar la sinraz¨®n que provoc¨® su estado de v¨ªctimas; aceptarlas como sujetos y referentes pol¨ªticos; sentir con ellas, para lo cual Bilbao considera fundamental incidir en la educaci¨®n, e incorporar el relato de las v¨ªctimas a lo colectivo, a la memoria p¨²blica.
La organizaci¨®n Gesto por la Paz, que atrajo a numeroso p¨²blico, adelant¨® que este a?o llevar¨¢ las Jornadas de Solidaridad a San Sebasti¨¢n al menos un d¨ªa aunque a¨²n no est¨¢ definido, seg¨²n explic¨® un portavoz, y probablemente en oto?o.
Los testimonios de Amaia Guridi y Maixabel Lasa se centraron en la labor de los ayuntamientos como agentes de reconocimiento m¨¢s cercanos a las v¨ªctimas. Guridi admiti¨® que, en su caso, se ha sentido amparada por el Ayuntamiento donostiarra y que ello le ha servido de consuelo.
Pero esto no es as¨ª en todos los casos, y a¨²n menos en aquellas personas que sufrieron la p¨¦rdida de un familiar en los a?os ochenta. Precisamente, la segunda jornada de Gesto por la Paz reuni¨®, junto al profesor de Teolog¨ªa de Deusto Rafa Aguirre, a tres v¨ªctimas de esa etapa, cuando se las condenaba al olvido e incluso al desprecio: Pedro Mar¨ªa Baglieto, hermano de Ram¨®n Baglieto, asesinado por ETA en 1980; Montserrat Antol¨ªn, esposa de un polic¨ªa nacional v¨ªctima de un atentado, y ?ngel Antuna, hijo de Basilio Antuna, tambi¨¦n asesinado en 1980.
La sociedad vasca tiene una deuda con las v¨ªctimas. Gesto por la Paz ha acu?ado tres t¨¦rminos que definen lo que habr¨ªa que hacer para saldarla: reconocimiento, solidaridad y memoria. Para ello trabaja Gesto. En la sala del hotel bilba¨ªno donde se escuch¨® la voz de las v¨ªctimas, un enorme calendario era testigo mudo de la barbarie: en negro, aparec¨ªan marcados los d¨ªas del a?o en los que ha habido una o m¨¢s personas muertas en los ¨²ltimos. Apenas quedan d¨ªas ya en los ¨²ltimos 40 a?os en los que una v¨ªctima no tenga que recordar a un ser querido asesinado.
Las vivencias de cada una de las personas participntes en estas cuartas jornadas reflejaron lo que fue el tema tratado en las celebradas el pasado a?o: la realidad diversa de las v¨ªctimas, sus distintas reacciones al saberse objetivos terroristas. Aunque cada una piensa que su caso es especial, siempre hay un punto en el que una v¨ªctima contacta con otra. Es un dolor que se reconoce. Incluso hay v¨ªctimas que se juntan entre ella,s llegando a formar una nueva familia.
Les une la necesidad de reconocimiento. Echan en falta a m¨¢s personas en los actos en favor de las v¨ªctimas, un acercamiento m¨¢s informal de sus vecinos. M¨¢s cari?o. M¨¢s reconocimiento. Gesto por la Paz ha tomado la bandera de ese abrazo solidario, de esa compa?¨ªa que alivia el dolor causado por el terrorismo. La organizaci¨®n seguir¨¢ trabajando por incorporar el reconocimiento a las v¨ªctimas a la memoria colectiva de la sociedad vasca. Aunque ello desestructure el discurso mantenido hasta ahora, aunque para eso sea necesario que cada uno de los ciudadanos vascos mire de frente al dolor.
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